Desarmar el lenguaje
Las dos primeras jornadas de esta investidura navideña, que hoy -salvo monumental sorpresa- proclamará a Pedro Sánchez presidente del Gobierno, han visualizado una inusitada virulencia ... del lenguaje utilizado por los 'jabalíes' de la derecha, término acuñado en el Congreso para los voceros de la bancada de PP, Vox y Cs, y que al parecer la propia presidenta del Congreso, Meritxel Batet, tiene ya indentificados. Es absolutamente rechazable que representantes públicos, que en teoría deberían esmerarse en utilizar el verbo y la palabra para rebatir las legítimas ideas del adversario político se hayan dedicado estos últimos días a esgrimir un lenguaje cargado de descalificativos gruesos, malsonantes, casi obscenos, que rozan en ocasiones el insulto personal. Cargar el discurso político con semejante arsenal de improperios es inadmisible y debería ser rechazable por la popia clase política. «Sociópata, mentiroso, fatuo, patético, arrogante, indigno, estafador, villano y timador» fueron, entre otras lindezas, los exabruptos que salieron de la boca de Casado y Abascal para censurar al candidato Sánchez. Los líderes políticos de la derecha deberían cuidar con celo sus expresiones para ganarse el respeto de la ciudadanía. Sin duda alguna, insultar no es ni el mejor ejemplo ni el camino para convencer y contrarrestar cualquier pronunciamiento discrepante.
Casado y Abascal deberían saber que por mucho que descalifiquen al candidato Sánchez -el cual, bien es cierto, cuenta con un abultado bagaje de contradicciones en los últimos meses- no lograrán más adeptos. Más bien al contrario. El presidente en funciones, que al margen de agradecer la abstención de EH Bildu también pudo también afear a su portavoz el domingo el lastre que todavía arrastra la coalición abertzale por no condenar con nitidez el terror de ETA, logrará hoy por la mínima, si no se tuerce nada en el camino, el primer Gobierno de coalición de izquierdas desde que se restauró la democracia. Todo un reto, sobre todo porque el futuro de Sánchez depende de muchos votos secesionistas que buscan diferentes objetivos de futuro. Va a necesitar toda la suerte y algo más que le ha ido acompañando.
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