Roberto Uriarte y Nagua Alba

Las mil y una crisis de Podemos Euskadi

Las desavenencias entre las distintas familias que conviven en el partido han marcado la trayectoria de Podemos en Euskadi

Elisa López

San Sebastián

Viernes, 28 de febrero 2020, 06:45

Era solo un espejismo. La paz nunca ha terminado de cuajar en Podemos Euskadi. Cuando después de cinco años de crisis parecía que la concordia y la unidad se habían consolidado en la formación morada, hace unas semanas surgió un nuevo incendio por la elección de Rosa Martínez para las primarias internas a lehendakari. Por enésima vez, las diferentes almas que conviven en el partido no fueron capaces de consensuar una candidatura única. La elección de la exmilitante de Equo y la decisión de encabezar la decisión de salvar los Presupuestos de Iñigo Urkullu han sido la puntilla que obligó ayer a Lander Martínez a decir adiós.

Publicidad

El partido que hace cinco años nació para asaltar los cielos vuelve a vivir su enésima fractura. Cuando en febrero de 2015 un contertulio de la Sexta con coleta, profesor de Ciencias Políticas de la Complutense, y su grupo de colegas fundaron un partido al calor del 15-M, nadie pensaba que aquellos jóvenes profesores podrían hacer historia e irrumpir en las elecciones europeas de ese año. Tampoco nadie podía presagiar que las desavenencias iban a ser marca de la casa de Podemos.

El tsunami morado llegó a Euskadi. Y arrasó. Incluso ganó en votos al PNV. Entonces, en febrero de 2015, Roberto Uriarte, un bermeano de 54 años y profesor de Derecho Constitucional de la Universidad del País Vasco, se convirtió en el primer secretario general de Podemos Euskadi. Se estrenó con ilusión y «con ganas de cambiar las cosas». Sin embargo, unos meses más tarde, en diciembre, Uriarte presentó su dimisión. Dejaba un partido fuerte, convertido en la tercera fuerza vasca más votada. Pero era una dimisión anunciada. Solo era cuestión de tiempo. La razón de esta decisión era un secreto a voces: las desavenencias con la dirección de Madrid eran ya insostenibles. Y «sin confianza ni reconocimiento» a su capacidad, decidió tirar la toalla. «El problema de Podemos es que se ha convertido en un partido aparatero cuando teníamos que ser un manantial de agua limpia», aseguró en alusión al secretario de Organización en España, Sergio Pascual.

Los predecesores

  • Febrero 2015-Diciembre 2015. Roberto Uriarte (Bermeo, 1960). Primer líder vasco. Profesor de Derecho Constitucional de la UPV. Diputado por Bizkaia en el Congreso. Pertenece al sector pablista. Dejó el cargo por discrepancias con el errejonista Sergio Pascual, entonces secretario de Organización.

  • Marzo 2016-noviembre 2017. Nagua Alba (Donostia, 1990). Representó al sector errejonista. Tomó el liderazgo tras dimitir Uriarte. Se apartó de la secretaría general para ser diputada por Gipuzkoa y por las voces críticas que se levantaron contra su gestión. Ha vuelto a su trabajo de psicóloga.

A los meses, en abril de 2016, una joven Nagua Alba fue elegida nueva secretaria general en medio de la polémica. Las tensiones internas empezaban a ensombrecer la proyección del partido. Un mes después de asumir el liderazgo en Euskadi, los desencuentros y los recelos desataban una crisis en un partido con unas expectativas electorales extraordinarias, que dio la campanada en la última cita con las urnas y que debía afrontar unas previsibles elecciones generales además de las autonómicas. Y todo en medio de una fuerte división interna. Era el contraste de una formación que, por un lado, electoralmente había llegado a unos niveles inusitados en Euskadi para un partido de nuevo cuño, pero que, por otro, no lograba cerrar las heridas que se abrieron en la etapa de Uriarte.

Nagua Alba tampoco agotó su mandato al frente de Podemos Euskadi. La joven dirigente anunció por sorpresa en diciembre de 2017 que dejaría la secretaría general a finales de ese año -apenas un año y ocho meses después de que fuera designada en el cargo-, para centrarse en su labor como diputada de Unidos Podemos en el Congreso. Una decisión madurada y meditada que, según dijo entonces, había sido foco de debate en el seno de la formación durante los últimos meses. Se fue antes de tiempo como su antecesor, Roberto Uriarte. A pesar de que trató de desvincular su decisión de las voces críticas del sector discrepante -censuraban su gestión-, lo cierto es que las disputas internas precipitaron que Alba diera una vuelta de timón dentro de la formación para tratar de pacificar de una vez el partido.

Publicidad

La decisión de Alba de echarse a un lado volvió a abrir, por tercera vez en apenas dos años, la carrera para hacerse con el poder. Entonces Lander Martínez se convirtió en diciembre de 2017 en el nuevo secretario general con una ejecutiva fragmentada que debía integrar a miembros de las principales corrientes que se presentaban a las primarias para asegurarse una estabilidad interna.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad