Campo de minas
EL FOCO ·
El PP de Casado ha sembrado dudas de manera incomprensible sobre la candidatura de Alfonso AlonsoEl PP de Pablo Casado ha vuelto a jugar una estrategia tan incomprensible como suicida al esconderse en los últimos días a la hora de ... proclamar de manera indubitada a Alfonso Alonso como candidato a lehendakari, y no hacerlo hasta ayer, horas después de que el lehendakari Urkullu anunciara el cantado adelanto electoral del 5 de abril.
El espectáculo que han dado los altos dirigentes que habitan en la sede de Génova ha sido escasamente edificante, ya que han permitido de manera deliberada que todo tipo de especulaciones que ponían en cuestión la idoneidad de Alonso corrieran como la pólvora y erosionasen la propia imagen de un candidato que tenía que haberse confirmado hace mucho tiempo.
¿Por qué el PP de Casado ha demorado tanto el nombramiento de Alonso? ¿Tenían otro baza oculta? El presidente del PP, que anoche dio el visto bueno a que Alonso vuelva a competir por Ajuria Enea, se ha equivocado al no haber sofocado 'ipso facto' el fuego que durante los últimos días ha confundido a propios y extraños cuando todo tipo de especulaciones y rumorología se aireaba para cuestionar la candidatura de Alonso.
Las conjeturas de Génova sobre Alonso han erosionado de forma gratuita su candidatura
Esa falta de determinación de la dirección nacional del partido conservador para erradicar esas conjeturas alimentadas por los propios dirigentes de Madrid ha erosionado de manera gratuita la candidatura de Alonso, damnificado por un avispero agitado por manos 'amigas', es decir, desde la misma sede de Génova. ¿Por qué no se confirmó a Alonso en tiempo y forma su candidatura, abiertamente expresada y deseada por el ex ministro de Sanidad?
Si la dirección de Génova ha querido demostrar a Alonso -en el pasado congreso nacional del partido defendió al opción de Sáenz de Santamaría frente a la de Casado- quién es el que manda, lo ha conseguido a medias y de puertas adentro, pero de cara al exterior ha errado porque el procedimiento final ha estado trufado de enredos.
Resulta inverosímil que se argumentara desde Génova que había que acordar con Ciudadanos el cartel del candidato ante una más que probable coalición electoral de la derecha en Euskadi, cuando la formación naranja no tiene ningún representante electo en las instituciones vascas y su implantación en Euskadi es residual.
Alonso, con un incuestionable respaldo por el aparato del partido en Euskadi, ha aguantado un pulso que podía venir de la mano de los aledaños de Aznar, y ahí es cuando siempre aparece en escena Cayetana Álvarez de Toledo, quien litigó hace meses en una agria disputa verbal. Que sonara el nombre de Rosa Díez como posible recambio a Alonso ha sido una broma de mal gusto.
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