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El ministro polaco Szlapka, ayer en el Parlamento Europeo. EFE

Con la lengua hemos topado

La sensación de que el PP ha maniobrado contra la cooficialidad del catalán, euskera y gallego interpela a Feijóo

Alberto Surio

San Sebastián

Miércoles, 28 de mayo 2025, 07:32

La sensación de que el PP ha maniobrado en la sombra para impedir el reconocimiento oficial del euskera, del catalán y del gallego en las ... instituciones europeas, y así propinar una sonora y visible derrota a Pedro Sánchez va a perseguir a Alberto Núñez Feijóo como una sombra de prejuicios. El asunto tiene su miga porque pone en el centro de gravedad un tema de altísimo voltaje emocional y simbólico. El PP se muestra satisfecho de que haya descarrilado esta locomotora, pero debería enfriar su euforia y no vender la piel del oso antes de cazarlo. Porque en vez de colocar políticamente a Sánchez a los pies de los caballos –un motivo más para su inmediata dimisión– los nacionalistas vascos y catalanes consideran que el principal responsable de este desaguisado es el PP y sus movimientos orquestales en la oscuridad. ¿Y si en vez de 'romper' con Sánchez, los aliados endurecen su rabia frente al centroderecha y terminan por apreciar mayor voluntad política al inquilino de Moncloa? O sea, que podemos estar ante un gol al PP en propia meta.Feijóo alegó ayer que su apuesta por el 'bilingüismo cordial' tiene en Galicia su principal banco de pruebas. Puede ser cierto. Pero, a la vez, es rehén de los sectores de la derecha española que siguen siendo muy reacios a la pluralidad cultural y lingüística, que solo entienden una España en castellano. Habrá mil argumentos para debatir sobre los efectos logísticos y económicos de la aplicación del reconocimiento de nuevas lenguas. Incluso de peso, como los económicos. Pero las lenguas son instrumentos de comunicación, y a la vez expresan sentimientos de identidad con los que no se puede jugar ni banalizar. Un partido de Estado debería haberse puesto en la pancarta de esta reivindicación, por costosa que resulte políticamente. No hacerlo vuelve a colocar a los populares en un territorio hostil a la periferia, por muchos aplausos que reciba en el ecosistema de la M30. Se repite con el idioma lo que en su momento pasó con el nuevo Estatut catalán y lo que puede ocurrir en Euskadi si el acuerdo de nuevo estatus sale adelante. El PP se coloca contra todos los demás y lo hace convencido de que esta posición le da votos en el resto de España. Puede, incluso, que esta ofensiva 'lingüística' pueda anticipar un debate profundo sobre la diversidad lingüística de Europa y cómo se gesta el respeto a este gigantesco patrimonio cultural, un tesoro de todos. Hay que tener mucho cuidado en tocar determinadas teclas afectivas. Es meterse en el jardín de las emociones. Casi siempre se sabe cómo se entra pero nunca cómo se sale.

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