Adelantarse a la jugada
El foco ·
El lehendakari Urkullu sorprendió ayer a propios y a extraños al abrir una deliberación en el seno de su gobierno sobre la posibilidad de activar ... en breve un adelanto electoral para evitar, principalmente, cualquier interferencia del efervescente escenario catalán. Es la primera vez que trasciende que lo hace. Todo un dato. Urkullu quiere adelantarse a cualquier jugada externa que pudiera interferir en el debate vasco, donde parte de claro favorito, y busca un terreno lo menos contaminado posible de la esgrima política que el binomio Torra-Puigdemont está ya desplegando con Moncloa con el objeto de agitar su mantra del 'cuanto peor mejor'.
No es la primera vez que Urkullu juega a la contra y regatea cualquier escenario bronco que la política estatal pueda escenificar. Ya lo hizo en la convocatoria de las anteriores elecciones autonómicas, en julio de 2016, cuando en aquel momento estaba Rajoy bloqueado tras una repetición electoral y dependía de la abstención de un PSOE que echó entonces a Sánchez a los leones y que luego lo resucitó. Urkullu, que en ese momento supo saltar por encima de aquella hoguera, y colocó -también por sorpresa- unas elecciones a la vuelta de las vacaciones de verano, quiere volver a dibujar la misma estrategia para levantar un cordón sanitario sobre los próximos comicios vascos, que desde Lakua pronostican que serán más pronto que tarde. El lehendakari quiere centrarse en el crecimiento económico, en el empleo, en la culminación del Estatuto con las transferencias pendientes y en construir un marco jurídico que blinde el autogobierno y la relación bilateral con el Estado. Urkullu, con las encuestas a favor -le otorgan mayoría absoluta si repite coalición con el PSE-, quiere exhibir su gestión y su moderación. La clave en estas elecciones volverá a estar en la centralidad, un espacio en el que PP vasco no logra asentar su posición y busca oxígeno de un Ciudadanos deshinchado. Atentos.
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