Alos Quartet: «La música instrumental ofrece un mundo más sugerente y abierto»

- Alos Quartet nunca ha sido un cuarteto de cuerda al uso...

- No hay duda de que somos una formación poco común o habitual. En el fondo somos un cuarteto de cuerda que crea su propia música y se mueve en terrenos estéticos bastante poco habituales, y en todos estos años hemos aprendido muchísimo, especialmente de los artistas con los que hemos tenido la suerte de trabajar: hemos conocido muchas formas diferentes de entender y hacer música.

- En la hoja promocional Harkaitz Cano dice que en Alos Quartet «tienen cabida tanto el salón vienés como la plaza del pueblo, la música clásica y la más popular». ¿Dónde se ven ustedes?

- Diría que en ambos escenarios. Somos una formación bastante camaleónica que se mueve con naturalidad en terrenos diferentes. Bebemos de diversas fuentes creativas y creo que esa libertad y esa apertura de miras ha hecho que se consolide un sello bastante reconocible en nuestra música.

- Cano subraya que no está al alcance de todo el mundo aunar la invitación a la acción, el anhelo del baile y la tesitura reflexiva. ¿Qué escenario prefieren para su música? ¿Un auditorio elegante o en la plaza del pueblo?

- Cada lugar tiene sus peculiaridades, sus ventajas y desventajas. Una plaza se presta más al jolgorio y a la fiesta, mientras que en un teatro se crean climas y momentos más íntimos y delicados. Solemos adaptar nuestro repertorio a cada situación.

- No es fácil etiquetar su sonido...

- Hoy en día parece que es necesario poner nombre o etiqueta a todo. En nuestro caso, creo que esa dificultad de encasillar a Alos Quartet es más una ventaja que un inconveniente. Es verdad que en un primer momento quizás al público le cueste dar con nosotros, conocernos, pero una vez que algo te llega no hay más que dos etiquetas: la música que te emociona y la que no te conmueve. Con el paso de los años tenemos un público fiel que nos sigue y eso es muy bonito para nosotros.

- ¿Qué ideas esconde 'Lau'?

- Más que un concepto hemos querido trabajar mucho el sonido y la estética sonora. Son temas diferentes entre sí, pero tienen un hilo conductor en ese sentido. El músico Aitor Etxebarria es quien ha trabajado el diseño sonoro del disco.

-Hay mucha agua, nombres de meses, estaciones, fenómenos atmosféricos... Todo muy sensorial y sugerente.

- Nos gusta crear climas, sensaciones, atmósferas... Intentar transportar al oyente a otros lugares. En la música instrumental no cuentas con la palabra para narrar una historia pero, al mismo tiempo, ofreces un mundo mucho más sugerente y abierto que invita a cada oyente a crear su propio universo con cada melodía.

- La base es el cuarteto clásico de cuerda, pero han utilizado instrumentos como la nyckelharpa sueca, la kalimba africana ('Uretan'), la txalaparta de piedra de Oreka TX ('Eguzkilore'), el archilaúd de Enrike Solinis ('Ametsa')... ¿Es la música una forma de viaje?

- Sin duda. Todos esos timbres aportan una gran riqueza a nuestro sonido. Cuidamos mucho las colaboraciones en nuestros discos para que se fusionen con naturalidad en nuestra estética. Todos son músicos de primer nivel y es un gran lujo para nosotros que aporten su arte a nuestra música.

- En la citada 'Uretan' canta Izaro, que le da un toque muy pop...

- Es que el pop es un mundo que también nos apasiona. Desde nuestros comienzos hemos trabajado con muchos grupos de este mundo como Ken Zazpi, Bide Ertzean, Los Piratas... En este tema que hemos creado entre Izaro y yo unimos su maravillosa voz con nuestro sonido. A veces no resulta fácil fusionar con naturalidad diferentes estilos pero creo que en este caso hemos conseguido que 'Uretan' sea Izaro y Alos Quartet al mismo tiempo.

- También hay apuntes electrónicos, muy sutiles, de Aitor Etxebarria en 'Pool', 'Ekialdetik dator'... ¿Qué les interesa de la electrónica?

- A mí personalmente es un mundo que me interesa cada vez más. Me encantan algunos artistas escandinavos como Olafur Arnalds, que fusionan cuerdas y electrónica de forma muy sutil. Creo que hay un campo muy interesante en ese sentido. La aportación de Aitor ha sido tan fundamental como sutil en este trabajo. Hemos aprendido mucho con él, y creo que ha abierto un nuevo horizonte en nuestra música.

- Supongo que una electrónica más invasiva no les interesará... ¿Qué límites pondrían a la fusión de Alos Quartet con otras músicas?

- Límites, ninguno. Esa ha sido y es una de nuestras principales señas de identidad. Siempre es enriquecedor tocar y colaborar con otros artistas. Siempre se aprende algo y si te pones límites tu universo se vuelve muy reducido y monótono.

- A 'Oi Pello Pello', inmortalizada por Mikel Laboa, le han sumado, sampleado, uno de los lekeitios del mito donostiarra...

- La tradición es, sin duda, una de nuestras fuentes más potentes de inspiración y Mikel ha sido un referente para nosotros en ese sentido. Fue un fuera de serie, alguien que unió la vanguardia y la tradición de forma sublime. Hemos querido hacerle un pequeño homenaje con esta versión cuyo resultado es curioso.

- 'Oskorria' es otro homenaje, en este caso al grupo en el que militó usted durante casi 20 años.

- Oskorri ha sido casi todo en mi vida musical: mi universidad. Ingresé en el grupo muy joven y tuve la gran suerte de compartir 18 años intensos con unos magníficos músicos con los que aprendí el oficio. El tema 'Oskorria' está creado sobre una melodía que compuse para el disco 'Ura', de Oskorri. Es una recreación de 'Udabarriko lora ederra' pero llevado al terreno de Alos Quartet en un guiño y agradecimiento a Natxo, Bixente, Anton y compañía.

- ¿Qué otras experiencias le han marcado en este tiempo?

- Cualquier experiencia, por pequeña que parezca, siempre deja huella. Quizás una de las más potentes fueron las giras que realizamos como Alos Quartet acompañando a Dulce Pontes durante varios años por escenarios de España y Portugal. Teníamos veintipocos años y tocar en los teatros más importantes junto a artistas de ese nivel fue un lujo: Kepa Junkera, Carlos Nuñez, Leonardo Amuedo, Waldemar Bastos...

- Usted compagina Alos Quartet con sus colaboraciones junto a Izaro y Benito Lertxundi...

- Con Izaro colaboro esporádicamente en directo y tras la despedida de Oskorri, llevo tres años formando parte de la banda de Benito. También disfruto mucho trabajando como arreglista de cuerda para otros artistas. Tengo un pequeño estudio en casa que me permite grabar estos arreglos. Este otoño he trabajado en los discos de Oreka TX, Izaro, Lauroba y Xabi Aburruzaga, entre otros.

- Es usted profesor en la musika eskola de Agurain (Álava). ¿Cómo ve a los alumnos en cuanto a interés musical, inquietud, habilidad...?

- El nivel medio no es alto, pero no se puede generalizar. Hay alumnos más motivados que otros pero sí creo que la cultura en general y la enseñanza musical en particular han visto decaer su prestigio. Hoy en día no hay tanta paciencia. Se quieren resultados instantáneos. No hay tanta cultura del esfuerzo. Aprender a tocar un instrumento requiere una dedicación y no en todos los casos se está dispuesto a ello.