'El crucero de la caca'

'El crucero de la caca' rememora el accidente de un barco de la naviera Carnival Cruise Line, que en 2013 se quedó sin electricidad en alta mar por un incendio en uno de sus motores. A bordo, 4.000 pasajeros con ganas de juerga en una singladura de tres días, que sufrieron los efectos colaterales del apagón: los retretes quedaron inutilizados y las aguas fecales inundaron camarotes y pasillos.

Eso es todo. Un chiste que se viralizó gracias a la CNN, que dedicó reporteros y hasta un helicóptero a un suceso en el que no hubo un solo herido, pero con el que el canal dio el pelotazo informativo del año. Este es uno de esos documentales sarcásticos en el que sus participantes están encantados de salir. Netflix está lleno de películas así, anécdotas alargadas hasta la hora con una voz en off chistosa y efectos de sonido para remarcar lo gracioso de la situación.

Mucho más interés tiene la crónica de otro crucero calamitoso, el Costa Concordia, disponible en Prime Video. ¿Recuerdan? Su capitán, Francesco Schettino, fue condenado a 16 años de cárcel por el naufragio del barco en 2012, que costó la vida a 32 personas frente a la isla toscana del Giglio. Quería impresionar a una joven con la que acababa de cenar y apuró acercándose a la costa y huyendo cuando empezaron las vías de agua. Otro fiasco total.