Borrar

Por humanidad

Domingo, 24 de septiembre 2023, 07:44

Comenta

No estábamos allí, pero podemos imaginarlo: la alegría del perro cuando, al abrirse la puerta, su dueño entra en casa; su lealtad inquebrantable, también en ... los malos momentos, cuando incluso los amigos dan la espalda; su tristeza, su sensación de abandono, al ver que un día su dueño no está, ni al día siguiente, ni al otro. El vínculo que se establece entre un perro y su dueño (ya, a mí tampoco me gusta este término) es muy hondo. Por eso celebro que el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 1 del País Vasco haya permitido que un preso pueda reunirse con su perro por última vez, en un vis a vis, antes de que el animal, enfermo, sea sacrificado.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco Por humanidad