Mirando al futuro
Vamos a impulsar, a través de Emakunde, un gran pacto de país por la igualdad y por una vida libre de violencia contra las mujeres
BEATRIZ ARTOLAZABAL
Martes, 8 de marzo 2022, 06:24
Los avances en igualdad no se producen de un día para otro. El trabajo en igualdad consiste en buena medida en tomar decisiones hoy para ... que se hagan realidad mañana, en imaginarnos en el presente el futuro que queremos construir. Este 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, se celebra cinco días después de que el Parlamento vasco haya aprobado la Ley para la Igualdad, un logro colectivo que nace sobre los cimientos de igualdad que se han ido construyendo durante muchos años en nuestro país.
Hemos asistido a la aprobación de una ampliación y actualización ambiciosa de la Ley para la Igualdad de Mujeres y Hombres de 2005. Entonces, el lehendakari Juan José Ibarretxe aseguró que aquella no solo era la ley más importante de la legislatura, sino también la más importante desde la creación del Parlamento vasco. Y el tiempo le ha dado la razón; la ley supuso un antes y un después para la igualdad en nuestro país. Entre otras cosas, porque miraba al futuro, a la sociedad que hemos construido en este tiempo y más allá.
Aquella fue una ley pionera y referente –incluso premiada por Naciones Unidas– y fue, sobre todo, una ley visionaria, porque ubicó con gran acierto la erradicación de la violencia contra las mujeres en el marco de las políticas de igualdad, algo que después fue ratificado por el Convenio de Estambul sobre prevención y lucha contra la violencia de la mujer, adoptado por el Consejo de Europa de 2011. Nuestra ley para la igualdad fue, por tanto, una norma adelantada a su tiempo, una ley que miraba al futuro.
Queremos construir el mañana desde hoy porque nuestra gran ambición es que la próxima generación sea la de la igualdad
Y ahora crece. Y se vuelve a adelantar. Vuelve a mirar más allá. Porque, a pesar de los grandes avances, somos conscientes de los enormes desafíos que quedan aún pendientes. Para ello necesitamos instrumentos estratégicos en los que apoyarnos.
Durante estos años, la Ley para la igualdad nos ha ayudado a ir integrando la perspectiva de género en la sanidad, educación, economía, empleo, cultura, servicios sociales, seguridad, urbanismo. Y hoy contamos con un instrumento más completo aún para seguir avanzando en el empoderamiento de las mujeres, en el reparto de los cuidados, en la implicación de los hombres, en la autonomía económica de las mujeres, en su participación social y política, en la coeducación, en la construcción de una vida libre de violencia contra las mujeres...
Las leyes no son únicamente palabras impresas en un papel. Afectan a nuestra vida diaria. Y gracias al paso que ha dado este país con la aprobación de la nueva ley para la igualdad, las mujeres víctimas de violencia serán mejor atendidas por equipos profesionales más formados en igualdad; los menores, hijos e hijas de víctimas de la violencia, tendrán mayor protección; la igualdad estará más presente en las aulas; se garantizará la atención de las mujeres con independencia de si están inmersas en un procedimiento judicial; se tendrá principalmente en cuenta a las que sufren situaciones de especial vulnerabilidad... Mujeres con nombre y apellidos.
Nos encontramos en un momento histórico clave para la igualdad de mujeres y hombres. Por un lado, en una situación de crisis provocada por la pandemia, donde también afloran los discursos contrarios a la igualdad. Pero son discursos que chocan con una ciudadanía vasca cada día más sensibilizada y que nos reclama que sigamos avanzando. La sociedad nos pide que sigamos mirando al futuro, que sigamos construyendo las condiciones propicias para que aflore la igualdad. Y para ello necesitamos normas como la que acabamos de aprobar, pero necesitamos también voluntad y trabajo en equipo. Siendo conscientes de su peso estratégico, también sabemos que la igualdad no se logra solo con leyes. Esta sociedad necesita un cambio de valores y sabemos que es algo que no se consigue de un día para otro, pero que se puede lograr si toda la sociedad en su conjunto se planta ante la desigualdad.
Desde el Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno vasco, a través de Emakunde, vamos a impulsar un gran pacto de país por la igualdad y por una vida libre de violencia contra las mujeres. Queremos que sea el reflejo del sentir y de la voluntad de esta sociedad que siempre ha mirado al futuro.
Queremos impulsar este acuerdo de la mano de las nuevas generaciones de mujeres y hombres jóvenes. Estoy convencida de que las mujeres jóvenes son la más eficaz palanca para el cambio social. Las cada vez más empoderadas chicas de 2022 son ya protagonistas de la agenda del futuro. Son las constructoras de una agenda marcada por la lucha contra el cambio climático, por el anhelo de una transición digital más humanista, por una muy diferente búsqueda de la felicidad en el trabajo y en el ocio o por la natural asunción de la diversidad como un aspecto consustancial a las sociedades modernas.
Queremos construir el mañana desde hoy, porque nuestra gran ambición es que la próxima generación sea la de la igualdad.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión