El foro sobre seguridad puesto en marcha por el lehendakari es una oportunidad para abrir una profunda reflexión sobre la realidad de la delincuencia en ... Euskadi, sin apriorismos ni mensajes populistas. Es un problema de creciente inquietud entre los vascos por el aumento de los delitos, constatado por las policías locales y la Ertzaintza, y por la alarma social que generan los de mayor gravedad como la violencia machista y las agresiones sexuales, cuya cifra se dispara en el último año. El «incremento de la criminalidad» reconocido por Imanol Pradales obliga a soluciones integrales y con el mayor consenso para evitar el riesgo de estigmatizar situaciones y colectivos. Los 'hackers', la crisis climática y, sobre todo, la seguridad ciudadana exigen un diagnóstico certero antes de intentar atajar la lacra. Sin rehuir su trascendencia por impopular que parezcan algunos compromisos contra la delincuencia. Han sido demasiados años de tabúes y complejos, en palabras de Pradales, que han retrasado una radiografía compartida. Solo una respuesta firme, proporcional y multidisciplinar puede frenar un fenómeno que, de no corregirse, alimenta el discurso del miedo y sus peligrosas derivadas.
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