Cerdán lo contamina todo
Sánchez se refugia en la acción judicial para evitar más responsabilidades políticas por confiar en un presunto corrupto que tensiona a sus socios
El escándalo de corrupción que salpica al PSOE entró ayer en una nueva dimensión con el encarcelamiento de Santos Cerdán como presunto cabecilla de una ... trama de mordidas a cambio de contratos públicos. A diferencia de José Luis Ábalos y Koldo García, los otros dos principales investigados en la red, el juez instructor asumió la petición de la Fiscalía y decretó el ingreso en prisión sin fianza del exsecretario de Organización de los socialistas para evitar que destruya pruebas. Es un salto cualitativo en la investigación sobre los amaños cometidos por quien ha sido el último hombre de confianza de Pedro Sánchez en el partido, sospechoso de los delitos de integración en organización criminal, cohecho y tráfico de influencias.
Los socios de investidura de Sánchez han pasado de mantenerse en vilo antes de su declaración en el Supremo a vivir como una incómoda sacudida cualquier revelación que implique a sus siglas. Si ya el caso había llevado la legislatura al límite, las confesiones de Santos Cerdán sobre su trayectoria como negociador por encargo del presidente del Gobierno concluyeron ayer con un señalamiento del PNV y Bildu, partidos involucrados en el cambio político en Navarra tras la etapa de UPN en el poder. Primero con Geroa Bai y después con la socialista María Chivite, situada en el ojo del huracán desde que estalló el escándalo de Cerdán, su mentor. Las declaraciones del ex número tres del PSOE sobre el papel del empresario Antxon Alonso Egurrola como mediador en el mundo del nacionalismo añaden tensión. Los jeltzales se apresuraron a negar cualquier vínculo con el dueño de Servinabar, empresa en la que Cerdán figura como propietario del 45% de las acciones. Mientras, Chivite insiste en la transparencia de las adjudicaciones de obra pública en las que aparece esa constructora de Alonso Egurrola, quien además ejercía de asesor de grandes proyectos para el Ejecutivo foral.
Santos Cerdán lo contamina todo. Sánchez intentó frenar el terremoto provocado por el ingreso en prisión incondicional de quien fue su estrecho colaborador con una defensa de la acción judicial –«ahora es momento de la Justicia»–, aunque ese parapeto no le exime de nuevas responsabilidades políticas por haber confiado en un presunto corrupto que aún no ha dicho su última palabra. O, como insinúa el propio Emiliano García-Page metiendo el dedo en la llaga, «no pueden hacerse pasar por víctimas de Cerdán» quienes han sido «determinantes en su trayectoria».
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