Cuesta arriba
Volvemos a estar inmersos en un nuevo embrollo político. El enésimo. Nada que no se intuyera o esperase de antemano en Moncloa. La euroinmunidad dictada ... ayer por el Tribunal de Luxemburgo a favor del líder preso de ERC, Oriol Junqueras, ha supuesto todo un balón de oxígeno para los republicanos en este alambicado proceso de negociación abierto con el PSOE para facilitar la investidura de Sánchez en su tercer intento. ERC, en una clara posición de fuerza, quiere relamer esta victoria legal y hacer ver a Puigdemont -preparado ya para recoger su acta de eurodiputado- que también ellos saben presionar al Estado. Que no les tiembla el pulso. Los republicanos, como si fuera en una partida de ajedrez, quieren parar el reloj para estudiar detenidamente su próximo movimiento ante un Sánchez, quizá algo sobrepasado por la urgencia a la que sorprendentemente se ha autosometido para sacar adelante su investidura antes de final de año. Las prisas -en julio no las tenía el líder del PSOE- no son buenas compañeras para tejer acuerdos tan cruciales como determinantes para sustentar una gobernabilidad duradera. Un aspecto, el de la consistencia de ese futuro pacto, que ya se empieza a cuestionar desde las propias filas socialistas.
Pero con la sartén por el mango tras la sentencia de la UE, los republicanos quieren ir piano piano para oír con meridiana claridad la postura del Gobierno sobre el futuro de Junqueras y del resto de los presos. Es toda una prueba del algodón para Sánchez, que tendrá que echar mano de su particular 'manual' y de grandes dosis de funambulismo político para respetar y hacer guardar el ordenamiento jurídico, por un lado, y al mismo tiempo satisfacer las reivindicaciones soberanistas de los catalanes y mitigar los recelos con que canarios, turolenses y cántabros empiezan a ver los discretos acuerdos que los socialistas mantienen con ERC. El presidente en funciones tiene en su mano todo un cubo de Rubik. Y es tal la complejidad que está adquiriendo este proceso negociador para investir a Sánchez que el propio PNV no ocultó ayer sus temores y prefirió tentar la ropa. Significativo.
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