EL BLOQUEO DE LAS SELECCIONES GRANDES
Finalizada la primera fase del Mundial nadie podrá decir que no ha tenido ingredientes de emoción, suspense, sorpresa, admiración... y hasta un equipo (Japón) ha ... pasado a octavos de final por menor número de tarjetas amarillas. La fase de grupos ha alcanzado cotas de interés sobresalientes. El fútbol, como deporte, ha ganado -está ganando- muchísimo en esta Copa de Rusia. Otros deportes, indudablemente, tendrán igualmente atractivos pero esa pasión es única y de ahí el gancho que arrastra mayoritariamente a numerosos países a vivir el fútbol de una forma intensa.
Uno de los análisis de esta fase de grupos pasaría por el bloqueo visto de las grandes selecciones, esos equipos favoritos que han tenido apuros para estar en octavos, incluso uno de ellos, la misma campeona del mundo, se ha ido a casa. Ese bloqueo puede que esté motivado por la igualdad hoy por hoy existente entre casi todas las selecciones. Es evidente que cualquier equipo sin 'tradición' futbolística puede hacerte un roto y eliminar al del gran pedigrí. Brasil, Argentina, España, Alemania, Portugal... han tenido que hacer mil operaciones matemáticas para conocer si seguían o no. Han sudado para ganar o rascar un empate ante Irán, Marruecos, Nigeria, Islandia, Serbia, Corea del Sur...
Los equipos de la clase baja en el planeta fútbol, a falta de calidad técnica o jugadores-cracks, preparan el campeonato con sumo mimo, apuestan por un método reconocible que pueda derrumbar al gigante. Un ejemplo fue el partido México-Alemania. Durante meses habían estudiado al equipo germano y le hicieron una fechoría táctica brillante. Pero no solo México. Suecia tienen un modelo de juego identificable (ahora más sin Ibrahimovic), o Irán con sus murallas; y hasta los suizos disfrutan ahora con su equipo y van dando sustos.
No es casualidad que los tres últimos campeones del mundo hayan caído en el siguiente Mundial en la fase de grupos. Italia, España y Alemania. El temor a ese ridículo de no avanzar, la presión de demostrar que mantienen el nivel de cuatro años antes, han provocado esos batacazos en las ediciones de 2010, 2014 y 2018. Pero no solo son los vigentes campeones: a Brasil le falta una marcha, Argentina está sin marchas, España va gripada, y Alemania ha carecido de imaginación para superar la primera fase, circunstancia que no sucedía en los últimos 80 años. Hasta Gary Lineker ha tenido que cambiar con humor su celebérrima frase de los alemanes como eternos ganadores.
Finalizada la fase de grupos, el pronóstico es ese: bloqueo de las grandes selecciones. Y ahora la pregunta: con la careta del miedo ya quitada y el pase asegurado a octavos, los grandes protagonistas ¿se salpicarán esa cagetona inicial y comenzarán a mostrar galones? Pues este fin de semana tendremos las primeras respuestas. Portugal, Argentina y España están en disposición de olvidar su temblor y dar un puñetazo en la mesa, o siguen mostrando sus debilidades y dan paso al siempre manido 'cambio de ciclo'. O quizás aprovechen esas dudas selecciones como la joven Inglaterra, la tapada Bélgica, o una Croacia que combina coraje y calidad. La función sigue.
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