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Errenteria estalla de júbilo
El chupinazo detona tres años después y los errenteriarras festejan con «más ganas que nunca» el regreso de las fiestas «más especiales y emotivas»
Primero fue Tolosa con sus carnavales y los sanjuanes, además de Hernani, Eibar y Andoain. Después llegó San Pedro en Lasarte y Pasaia y San Pelayo en Zarautz. Acto seguido los sanmarciales de Irun. Culminaron hace escasos días los sanfermines de Pamplona, Pasaia y Lesaka y aún queda en la retina la fiesta del Carmen.
En un visto y no visto, el calendario ya marca 21 de julio, primer tercio del verano. Eso significa que un nuevo municipio vuelve a festejar la vuelta de sus fiestas patronales. Quién sino, Errenteria, con sus típicas y reconocidas Madalenas. La localidad galletera ha recobrado su vida desde que ha explotado en el cielo el fulminante del chupinazo a ritmo de txunpa, mucha txunpa-txunpa.
Atrás quedan imágenes para olvidar, como las calles vacías de Biteri y Xenpelar y persianas bajadas a la 01.00 horas en los bares de la Alameda en plenos meses de verano y en estas fechas señaladas los últimos años. Tres en total ha tenido que esperar el errenteriarra para volver a sentir, disfrutar y emocionarse de sus mejores fiestas.
Desde una hora antes de dar comienzo de forma oficial a las Madalenas 2022, las cuadrillas se han agolpado en los distintos rincones de la villa para acudir en grupo a la llamada del chupinazo. Nada de elegancia y manos vacías, todo lo contrario. Ropa sucia y vieja y botes de ketchup, mostaza, mayonesa y harina en mano. Pueden pasar dos, cuatro o siete años que la tradición nunca se pierde. En segunda fila, y a unos metros de distancia para evitar sustos mayores, el público miraba sus relojes.
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A media hora del estruendo, la algarabía ha comenzado a notarse desde incluso el interior del Ayuntamiento, donde miembros de las asociaciones de Arrats y Ekintza Bibe ultimaban los detalles del lanzamiento. Este año, miembros de la corporación y la alcaldesa Aizpea Otaegi -también presentes-, han decidido reconocerles y homenajerles por su labor más solidaria con las personas y colectivos más vulnerables.
Ya solo faltaban quince minutos, los más largos e intensos. Mientras la juventud cantaba y brincaba con el cuerpo pegajoso y lleno de harina y ketchup, los músicos de la Banda de Errenteria-EMKE han ido tomando posición con sus instrumentos.
Una vez prendida la mecha de las fiestas, se ha desatado la locura de los cientos de errenterriarras y visitantes aglotinados en la Herriko Plaza.
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Se dió así el pistoletazo de salida a cinco días de fiesta, diversión y algarabía en Errenteria: consulta el programa de Madalenas 2022
