Director deportivo y entrenador de Oarso Boleibol Taldea

José Vicente Holgado: «Me ha hecho mucha ilusión traer el voleibol a Errenteria»

El voleibol se ha hecho un hueco en Errenteria y eso no se puede entender sin la figura de José Vicente Holgado (San Felices de los Gallegos, Salamanca, 1961), que ha aprovechado la prejubilación para «no perder un segundo en dedicarme a Oarso Boleibol Taldea», el nuevo club de voleibol en Errenteria que apenas tiene ocho meses de vida y la respuesta ha sido muy positiva.

–¿Cómo se inicia con el voleibol?

–Mis padres fueron de Salamanca a Barcelona y yo llegué aquí con doce años. Empecé como cualquier otro, en el Instituto Nacional de Enseñanza media. Había un profesor de gimnasia que era entrenador de voleibol e hicimos un equipo. Empecé en cadetes en el mismo sitio donde entrenamos ahora, algo que me hace mucha ilusión. Una vez que pasas a juveniles te tenías que buscar la vida con otros clubes del territorio. Yo me uní a un equipo de la Facultad de Derecho y cuando se inauguró el polideportivo de Hernani –allí estaba Eusebio Lizarazu– nos invitó a hacer un partido inaugural y empezamos la relación con él. Nosotros vivíamos en las Agustinas y teníamos que ir en tren a los entrenamientos y partidos. Fue surgiendo un núcleo de voleibol con un grupo de gente que estaba huérfana en el deporte.

–Junto a Eusebio Lizarazu, fue una de las figuras más relevantes en esta disciplina.

–Él era presidente de la Federación Guipuzcoana de Voleibol y yo le ayudaba, como mi hermano y más gente. Empezamos a tener relaciones con el resto de federaciones, organizábamos competiciones, y a mí incluso me tocó dirigir la escuela de entrenadores y acudir a las reuniones de la Federación Española. Todo eso compaginándolo con una carrera de Ingeniería. Trataba de organizarme, que es lo que les aconsejo ahora a las chicas que entreno en juveniles. Se generó tan buen ambiente que incluso llegamos a jugar dos años en Primera (conocida como División de Honor) con el Hernani.

–¿Ya era entrenador?

–Así es. Era técnico y jugador, pero sigo pensando que los verdaderos héroes eran y son los que se pelean en los clubes día a día con las subvenciones y demás con el Ayuntamiento. El voleibol existe gracias a ellos. Eusebio Lizarazu ha montado una estructura importante en Hernani y allí es uno de los deportes referentes.

–Pero por una cosa u otra se vio obligado a echarse a un lado.

–A raíz de que empiezas a trabajar y dedicarte a la familia, te desvinculas y a mí solo me gusta comprometerme si es al 100%. Tuve que dejarlo, continué ayudando en la Federación, pero había que darle oportunidad a otros.

–Pero su vida le ha devuelto a su pasión. ¿Cómo surgió Oarso Boleibol Taldea?

–Pues mira, hace justo un año y estando prejubilado, contacté con Eusebio Lizarazu para desearnos un feliz año y eso, lo típico. Me dijo que quería montar conmigo algo. Cuando fui a ver los equipos que tenía en Hernani, me contó que tenían un montón de chicas que venían de Errenteria y estaban llegando al colapso. Les daba pena que fueran allí. Ahora es más fácil moverte, pero aún y todo a las familias les fastidia que sus hijas tarden tanto en ir y venir. Le comenté que yo no tenía ni un segundo que perder, pero si había algo serio, que contara conmigo para lo que fuera. Quedamos en ver como evolucionaba el tema.

–Evolucionó positivamente.

–No nos lo creíamos. Sabía que había padres que estaban intentando hacer algo. En las primeras reuniones me sorprendió mucho la involucración con el voleibol de los padres y de sus niñas. Estaban muy interesados en aportar lo que hiciera falta. Así empezó la historia. Teníamos para dos equipos (cadetes y juveniles), pero cuando realizamos la jornada de puertas abiertas se inscribió mucha más gente. De dos equipos veíamos que teníamos para cinco o seis. Eso sí, el problema fueron las limitaciones, no teníamos ni entrenadores ni espacio para jugar y entrenar.

–Claro, era uno de los principales inconvenientes.

–Sin duda, pero hablamos con el Ayuntamiento, con la concejala de Deporte, y conseguimos el gimnasio de Koldo Mitxelena para entrenar y Orereta Ikastola para jugar en competición.

–¿Cuántos equipos tienen?

–Pues dos infantiles, para los que conseguimos entrenadores de la comarca, dos cadetes (uno se ha creado ahora en enero con el resto de jugadoras que tuvimos que decir que no por fichas) y un juvenil. Cinco equipos en total, alrededor de 65 jugadoras y seis entrenadores.

–Todos femeninos.

–Así es. Uno de los objetivos que nos ponemos para la próxima temporada es poder crear algún equipo masculino, pero para ello hay que conseguir que haya jugadores suficientes de la misma edad. También intentaremos conseguir con el Ayuntamiento alguna cancha pública que nos permita gestionar más y mejor los equipos.

–¿Qué supone para un buen aficionado al voleibol como usted que además de crearse el club tenga una respuesta positiva?

–Me ha hecho mucha ilusión porque después de mucho tiempo hemos conseguido traer el voleibol a Errenteria. No esperaba ni mucho menos todo este 'boom'. Me acuerdo cuando montaba campeonatos de voleibol en las fiestas de Agustinas, a ver si alguien se animaba. No era sencillo atraer gente.

–Pero ahora pueden decir lo contrario.

–Pues sí, queremos seguir haciendo camino y ampliando esta familia. Si ves la que se forma cada sábado en la Ikastola... Es increíble. Además, pienso que tenemos entrenadores por aquí y les necesitamos, no queremos que se marchen a otros clubes. Uno de los problemas de la Federación es que no dispone de árbitros para los partidos, pero ya tenemos a jugadoras haciendo cursos de árbitros y otras tres voluntarias más para ser entrenadoras. Con un poco de ilusión todo es posible.