Eroski se libra de los fondos 'oportunistas' y cancela en un día 703 millones de deuda
La cooperativa abre una nueva etapa con un pasivo más cómodo de manejar, al emitir 500 millones y cerrar un crédito bancario de 112
Eroski se libró ayer de un plumazo de una deuda de 703 millones de euros en un gesto cuya verdadera importancia no es lo ... que parece a simple vista –puesto que el pasivo no ha desaparecido, sólo ha cambiado de manos– sino lo que esconde la operación, que da muchísimo más margen de maniobra a la firma de Elorrio, que ahora tiene despejado el horizonte para poder dedicarse al negocio sin la losa de la deuda sobrevolando permanentemente la empresa.
Y es que la cooperativa liderada por Rosa Carabel ha cancelado anticipadamente 503 millones que debía abonar el 31 de julio del próximo año y otros 200 a los que tenía que hacer frente justo tres años después y que en su mayoría estaban en manos de un grupo de fondos de inversión que podríamos calificar de 'oportunistas'.
Unos compañeros de viaje un tanto incómodos –aunque su relación con Eroski haya sido siempre buena y no tengan nada que reprochar al grupo de Elorrio, que nunca dejó de pagarles lo que les debía– y a los que su propio ADN impone la obligación de cobrar sí o sí cuando toca sin pensar demasiado en el deudor.
«La cooperativa y los fondos tenían intereses no coincidentes», explican fuentes conocedoras de la relación entre ambos, que apuntan que esos acreedores, que en su día compraron con descuento la deuda de Eroski a varios bancos, «tienen una vocación de corto plazo y quieren retornos rápidos en una filosofía alejada y desconectada del negocio del grupo».
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Eroski, con suma elegancia, habla de «optimizar la estructura financiera». ¿Por qué? Por la sencilla razón de que el esquema financiero es ahora bien distinto y bastante más cómodo.
El grueso de la deuda de la cooperativa se concentra en una emisión de bonos de 500 millones de euros con vencimiento en 2029 que han comprado inversores institucionales internacionales (fondos soberanos, aseguradoras y otro tipo de agentes más 'tranquilos') que, cabe decirlo, han confiado en la empresa de distribución y en su futuro.
Para ello, Eroski ha tenido que 'desnudarse' ante las agencias de calificación, que le han conferido el 'rating' necesario para colocar esos bonos. Eso sí, el novato que accede a ese mercado (en el que no entra cualquiera, como lo demuestra el hecho de que la cooperativa haya sido la segunda firma que se estrena en él este año) lo paga caro en el sentido más literal de la palabra, puesto que el cupón que ha de abonar Eroski a los inversores es del 10,625%.
Más posibilidades
Las ventajas, que las tiene, y muchas, van mucho más allá. De entrada, y según han confirmado a DV fuentes conocedoras de la operación, esa deuda 'sólo' comporta el pago (semestral) de unos intereses que suman unos 53 millones de euros al año. Junto a eso, una vez que se ha abierto esa puerta se puede volver a plantear una nueva emisión o la revisión de las condiciones de la primera, que desde ayer cotiza libremente en la Bolsa de Luxemburgo.
El nuevo oxígeno le llega a Eroski también a través de otros instrumentos. El primero y más relevante, un paquete de deuda bancaria al uso (toda firmada a interés variable) por importe de 112 millones y que han suscrito Laboral Kutxa, Kutxabank, el ICO y Sareb (que ya eran financiadores de la cooperativa y que ayer vieron también cancelados sus préstamos) a los que se ha unido Mondragon Inversiones. Este crédito nuevo, que a buen seguro Eroski irá amortizando como hasta ahora, comporta unos intereses anuales de unos siete millones.
El nuevo esquema del pasivo incluye un crédito puente de 35 millones ligado a la venta de activos inmobiliarios (algunos se colocarán antes de fin de año), la deuda de 209 millones por las obligaciones subordinada (OSE), un préstamo de 57 millones afín al mismo y unas líneas de crédito disponibles de hasta 280.
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