Redes, entre bosques encantados y ríos

Silencio. Belleza. Tranquilidad. Armonía. Son algunos de los ingredientes que hacen del parque natural de Redes un lugar único. En este comienzo de otoño, multitud de contrastes y paisajes se convierten en las claves de la inmensidad de sus 38.000 hectáreas. Repartidos por todo su territorio, fresnos, tejos, abedules o acebos se preparan para el invierno. Mudan sus hojas, inundando los bosques de tonos rojizos antes de desprenderse de sus angostos follajes.

De hecho, cabe destacar que el parque natural asturiano cuenta con una superficie arbolada que ocupa el 40% del territorio. Aunque según los expertos, el hayedo es la formación vegetal dominante en los montes de Redes, junto al roble albar que se extiende en importantes manchas. Sus bosques, fragmentados por áreas de pasto y matorral, son los más destacados de las cuencas altas del río Nalón. El hayuco, nutritivo fruto de las hayas, forma parte de la alimentación de la preciada fauna del Parque de Redes.

El verde que se va transformando contrasta con el gris casi blanco de las zonas rocosas de los montes que pueblan el parque natural de Redes que se encuentra situado en el sector de montaña centro-oriental, y abarca los términos municipales asturianos de Caso y Sobrescobio. Declarado Parque Natural en 1996, y reconocido por la UNESCO como Reserva de la Biosfera en 2001, el Parque de Redes ocupa la zona centro oriental del Principado de Asturias. Su riqueza ambiental se manifiesta en una multitud de paisajes y contrastes. Pueden observarse incluso formaciones de origen glaciar, como morrenas o circos, formas kársticas en cuevas, y amplios campos de pasto y montes.

Por dichas zonas rocosas o las de pasto pasean todas las especies características del norte peninsular, como el oso pardo, que merodea desde Peloño. El lobo abunda por todo Redes, con zonas estables de cría. También se encuentran las mayores poblaciones de rebecos de la región y ciervos reintroducidos y perfectamente adaptados, sin olvidar el fastuoso urogallo, alimoches, águilas reales y un sin fin de aves. Reptiles y anfibios se benefician del estado de conservación del parque.

Entre las cumbres que se encuentran en el parque destacan Retriñón, Peña'l Vientu, Cantu l'Osu, Tiatordos y Rapainal, la máxima altitud del parque con 2.002 metros de altitud.

A sus pies, la acción de los ríos ha dado lugar a la aparición de valles abiertos que forman grandes vegas. También han diseñado impresionantes desfiladeros de roca caliza, como el del río Alba o el de los Arrudos, principales destinos de las familias amantes del senderismo. La Ruta del Alba, también conocida como las Foces del Llaímo, se encuentra en el Concejo de Sobrescobio dentro de Parque natural de Redes. Es un paseo sencillo y un poco artificial al principio con algo más de la mitad hormigonado y espectacular a la vez, no en vano es uno de los tres monumentos naturales del parque.

La ruta de esta semana transcurre por otro territorio,Asturias.Es sencilla, ante los impresionantes recorridos que ofrecen los picos de Europa, pero la niebla impide que paseemos por ellos. Por eso, optamos por disfrutar de esta salida y descubrir qué nos ofrece recorrer un impresionante desfiladero que transcurre a la orilla del río del mismo nombre. Damos fe de que sus tentadoras aguas están heladas, a pesar de que nos dicen que «este cálido verano ha hecho que estén más calientes. La ruta comienza en el pueblo de Soto de Agues. Soto es un escenario propicio para vivir el ambiente del montañismo. Inicio y final de la popular ruta del Alba o de las foces del Llaímo, es un pueblo siempre animado con los miles de senderistas que, en cualquier época del año, se acercan para disfrutar de esta ruta bella y amena.

Se trata de una aldea rural que mantiene con cariño las escenas rurales típicas asturianas, con el ganado en las caleyas, los hórreos, y las casas muy antiguas que llenan de color las calles de piedra que recorremos bajo la atenta mirada de unos cuantos felinos a los que parece no importarles nuestra presencia aunque no pierden detalle de nuestros movimientos. Capillas, lavaderos, plazas, fuentes, hórreos, y en medio del pueblo, el río, uniendo armónicamente una ribera con otra, nos enamoran en nuestro recorrido que seguimos por un camino asfaltado casi llano que nos acerca a las instalaciones de una piscifactoría de trucha. Alcanzamos el río Alba que da nombre a la ruta cuando llevamos aproximadamente 1,5 km coincidiendo con la zona del puente Precia, por donde regresamos a la vuelta para pasar por el mirador y el barrio de San Andrés de Agues.

Atravesamos algunas praderías y pasamos junto a las ruinas de un antiguo cargadero de mineral, un par de fuentes y un puente cortado que da paso a un abrigo para ganado al otro lado del río. Un poco más adelante, en el Puente La Vega, finaliza el tramo hormigonado y continuamos por un sendero más estrecho paralelo al caudaloso río y que penetra en las foces, iniciándose el tramo más espectacular de la ruta, con paredes verticales, voladizos y multitud de saltos de agua y cascadas.

El camino cruza dos pequeños puentes de piedra de medio punto: La Pontona, primero, y el puente de La Resquiebra, después.

A los pocos minutos se llega a La Cruz de los Ríos, donde encontramos un pequeño refugio en una pradera junto a mesas de madera y algún árbol centenario. El regreso lo realizamos por el mismo camino dada la niebla, pero nos queda pendiente el ascenso El Retriñó, a 1.862 m., que se sitúa en el límite entre los concejos de Caso, Aller y Sobrescobio. Las vistas son impresionantes, nos comenta Sergio, que junto a Paloma, regenta la casa rural Los Riegos que se encuentra en Caso, cerca del parque nacional de los Picos de Europa y de la estación de esquí de San Isidro por el puente de Tarna. Sergio, conocedor de la zona, nos recomienda realizar en un día despejado. Volveremos.