Borrar
Mendira

Lezitza, paraíso terrenal del viento

En la sierra de Urbasa-Andia, muy cerca del impresionante Beriain, se encuentra esta discreta cima en el centro de Euskal Herria

Viernes, 29 de julio 2022, 15:17

Comenta

Hegoi e Ipar medían sus fuerzas en una veraniega jornada que nos llevó a la preciosa sierra de Urbasa-Andia. El dios del viento Sur está haciendo estragos en bosques, zonas de pastos, riachuelos,... que sufren la falta de agua ante la ausencia de lluvias las últimas semanas. Tal vez eso, Ipar, el dios del Norte se esforzaba en traer sus nubes hasta esta sierra navarra que poco a poco va perdiendo su omnipresente color verde, dando paso a al amarillo o un marrón ajado que nada bueno hace presagiar a ganaderos, agricultores y pastores.

Desde tiempos inmemoriales estos últimos acercaban sus rebaños a las zonas de pasto de Urbasa-Andia y lo siguen haciendo, de hecho, muy cerca de Lezitza (1.236 metros de altitud) o Trekua (1.265 m.), dos de las cimas de la sierra, se encuentran los restos de las bordas que utilizarona quellos que pasaban temporadas en sus alrededores. Además, cuentan los estudiosos, que los vestigios encontrados en los territorios del parque navarro, indican que los seres humanos habitaban en la zona hace unos 100.000 años y que, por aquel entonces, basaron su subsistencia en la caza.

Añaden, además, que durante el período Neolítico (hace unos 7.000 años), fue descubierta la domesticación de los animales, con lo cual el pastoreo se extendió también por los territorios de la sierra como modo de subsistencia que ha llegado hasta la actualidad. El parque de Urbasa-Andia cuenta con una extensión de 27.858 hectáreas, cuya superficie está ocupada fundamentalmente, además de los pastos de montaña, por hayedos, por los rasos y la vegetación de los roquedos. En este precioso entorno navarro, los hayedos ocupan la mayor parte -12.810 hectáreas-, de la superficie arbolada del parque, en el que también se encuentran arces, tilos, tejos, acebos y fresnos, así como espino albar, el espino navarro y los rosales silvestres. También se pueden encontrar orquídeas, eléboros, narcisos y anémonas, entre otras.

La riqueza natural de la sierra nos sorprende a pesar de la falta del agua, que dadas las fechas en las que nos encontramos no debería extrañarnos según los lugareños, aunque también inciden en que este año ha llegado antes y eso sí les preocupa. Pero saben que Ipar volverá y tal vez, volverá a hacer de las suyas y agosto podrá ser un mes «fresco, porque aunque no llueve por la noche refresca, aunque no tenemos tanto rocío como otros años. Parece ser que Hegoi tiene que ver algo en ello.

El terreno de la sierra se muestra casi desnudo, dejando más que nunca a la vista la roca caliza que predomina en la sierra. Piedra que se formó con los restos de seres vivos que vivieron en el mar que hace 65 millones de años cubría la zona donde ahora se encuentra el Parque Natural. Los restos de aquellos seres: corales, crustáceos y peces, se acumularon en el fondo marino, se compactaron por la presión del agua y se transformaron en la roca caliza. En el proceso natural del tiempo, el agua volvió a ser protagonista de la forma de esa masa rocosa que cuenta con dolinas y uvalas en el exterior, simas y cavernas, estalactitas y estalagmitas en el interior. Cada gota de lluvia dieron forma a unas y otras, ya que el agua que cae en abundancia, pero que se hace invisible, ya que desaparece en las entrañas de la sierra, aunque sigue trabajando, reacciona químicamente con la caliza disolviéndola, se introduce en su interior formando esas simas, galerías y cavernas y solo sale al exterior cuando encuentra rocas impermeables como las margas, formando manantiales y nacederos.

Precisamente, las tres salidas principales de los acuíferos subterráneos del parque natural nutren el nacedero del Urederra y aportan anualmente una media de 296 hectómetros cúbicos de agua, volumen suficiente para abastecer el consumo de más del 25% de la población de Navarra y mantener verdes bosques y zonas de pasto.

INFORMACIÓN MIDE

  • Acceso: Debemos seguir la A-15 hasta Irurtzun, ya en el pueblo tomaremos la NA-7010 y después NA-7033 que nos lleva a Senosiain.

  • Horario: El paseo desde Senosiain ronda las cinco horas de manera tranquila, ya que el terrenos en algunos tramos es exigente, pero las vistas lo recompensan.

  • Distancia: 16 km.

  • Desnivel positivo: 951 m

  • Severidad del medio: 3

  • Dificultad orientación: 3

  • Dificultad del terreno: 3

  • Esfuerzo necesario: 3

Desde Senosiain

Para realizar la ruta de esta semana que nos acerca a la cima de la sierra de Andia, Lezitza (1.236 m.), acudimos hasta Senosiain, pequeña localidad muy cerca de Irurtzun que se encuentra en el valle de Ollo. Lezitza o Lezizagoiena domina el barranco de Lezitza, verdadera cabecera del valle de Ergoiena. Muy cerca de ella se encuentra el imponente monte Beriain (1.494 m.), que no cede nada de protagonismo a nuestro objetivo de esta semana, aunque la hemos elegido, ya que muy cerca de Lezitza se encuentra uno de los puntos más entrañables para muchos mendizales, el centro de Euskal Herria, según los calculos realizados por el ingeniero Félix Isasa, situada en una pequeña depresión denominada majada de 'Obelisario'.

El ascenso desde Senosiain es sencillo, partiendo desde la iglesia de San Martín de Tours de la localidad. Debemos coger dirección Norte, por las calles del pueblo para enlazar con el camino de Ausobe. La ruta es tranquila por la pista de tierra y piedras, que nos conducirá a nuestro objetivo, bastante cómoda aunque en continuo ascenso. Tampoco tenemos prisa, por lo que disfrutamos del entorno y la tranquilidad que se respira en todo el trayecto. Pronto pasamos al lado de un redil y también de un par de abrevaderos con caño de agua que han conocido épocas mejores. Pocos metros más adelante dejamos de lado una pequeña balsa para el ganado. Poco a poco avanzamos por una pista que presenta rodaduras de vehículos hasta que llegamos a una puerta metálica, que deberemos pasar.

Finaliza el camino utilizado por todoterrenos siguiendo un camino más o menos parcado por el que nos dirigiremos directamente hacia la parte alta de la sierra de Santrustegi para llegar al puerto de Irañeta punto de encuentro de diferentes caminos que llegan desde algunos de los pueblos del valle de Sakana.

El camino en algunos tramos es exigente, pero las vistas bien merecen un alto, mientras guardamos las magníficas vistas en unas instantáneas, aunque siempre pensamos que parte del encanto natural no queda reflejado en ellas. Será la recompensa del esfuerzo con el que nos premia la Naturaleza. Conforme vamos ascendiendo se nota más el calor, aunque la presencia del viento también se deja notar por su fuerza y nos reconforta mientras avanzamos dirección Oeste, hasta llegar a la cima de Amorro.

Desde allí, partimos con el propósito de llegar al centro geográfico de Euskal Herria ubicado por diferentes círculos de piedras y una piedra vertical en su interior que lo representa. Muy cerca, a unos diez minutos, se encuentra Lezitza con su buzón y las magníficas vistas. Seguimos nuestro camino por senderos marcados por el paso de mendizales o el ganado hasta que llegamos a una puerta metálica. Tras que la atravesamos y seguimos bajando hasta que llegamos a una pista. Pasaremos por la borda de Bizarnekoa para regresar a Senosiain, Una bonita salida que pone fin a nuestra temporada de rutas.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco Lezitza, paraíso terrenal del viento

Lezitza, paraíso terrenal del viento