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Kurtzebarri, trío de damas
La cima, de 1.113 metros de altitud, ofrece unas magníficas vistas de valles y montañas que la rodean. Un gran balcón entre Gipuzkoa, Bizkaia y Araba
Kurtzebarri (1.113 m.) se erige ante Udalatx y Anboto como parte de un trío de damas que custodia un amplio territorio entre Gipuzkoa, Bizkaia y Araba. Las magníficas vistas que nos ofrece la cima entre Aretxabaleta y Eskoriatza, a escasos metros una piedra nos sitúa la muga, nos permiten perder la mirada más allá de la capital alavesa, o de las tierras vizcaínas sin olvidar que podemos contemplar muchas de las joyas guipuzcoanas de Aralar con Larrunarri en primera línea así como la línea de Aizkorri-Aratz. Impresionante.
Una enorme cruz negra en la cima contrasta con el gris de las piedras que pueblan las campas de la zona. Varias placas dan fe de que la cruz se inauguró el 18 de septiembre de 1928. Al parecer, antes el nombre de este monte era Alto de Zaraia, o simplemente, Zaraia. En una de placas puede leerse: «Kurutze berri, kurutze ona zabaldu izu gure errian pakea eta zoriona. 1928.eko irailak.»
La revista Pyrenaica reconoce en un ejemplar de la época que «un grupo de animosos mendigoitzales de Arechabaleta (Guipúzcoa) han construido una magnífica cruz metálica que han colocado en el pico de este nombre del macizo de Zaraya de aquel punto. El acto de la inauguración y bendición de la misma coincidió con una bonita y bien preparada excursión, a la que acudió una enorme concurrencia de montañeros de ambos sexos».
El diccionario de Madoz recoge que «la voz Zaraya monte elevado en la provincia de Guipúzcoa, partido judicial de Vergara. sit. en jurisd. de Leníz y Arechavaleta, parte térm. con Álava por O. En su falda se hallan las anteiglesias de Arenaza y Goronaeta, y desde su eminencia se ve la mar que dista 6 leguas».
Kurtzebarri es visitada por muchos mendizales cada fin de semana o a diario por los más privilegiados, es considera por muchos como la cumbre más famosa de la sierra de Zaraia. Aunque no es la más alta, ya que la cercana Elorretako Haitza (1.146 m.) la supera en unos pocos metros.
La diferencia de altura hace que la protagonista de esta ruta pierda una perfecta perspectiva de la belleza natural que la rodea en los valles en los que se encuentran el embalse de Urkullu con sus preciosas anteiglesias como Goronaeta, Aozaratza y Mendiola. Preciosos rincones que mantienen esos preciosos caseríos, caminos carretiles, fuentes, iglesias que de manera lineal se erigen en la parte superior de cada loma. Unas estampas preciosas, mientras un fino velo de niebla blanca se despega del cielo con mucha pereza.
Mendiola, la joya a sus piesEntre todas ellas se encuentra Mendiola. Se trata de una de las anteiglesias de Eskoriatza. A mediados del siglo XIV el Valle de Léniz estaba compuesto por 17 anteiglesias, dos de las cuales eran Aretxabaleta y Eskoriatza.
La anteiglesia de Mendiola nos acerca a la época en la que las luchas entre los diferentes linajes marcaban el día a día de los habitantes de la zona. En el año 1374 y gracias al entonces rey de Castilla, Enrique II, además de la de Mendiola, las otras dieciséis anteiglesias que componían el valle también quedaron en manos del Conde de Oñate, perdiendo así la tranquilidad y autonomía de la que gozaban hasta entonces. Fue en 1556 cuando el Valle de Léniz volvió a recuperar la libertad, poniendo fin a un ciclo teñido de sangre derramada.
El gran número de anteiglesias hacía difícil la gestión del valle, y en 1630 se optó por crear dos nuevos municipios que agruparan a todas ellas: Aretxabaleta y Eskoriatza. Ambos se encontraban junto al Camino Real, la principal vía de comunicación que atravesaba el valle. Pese a la importancia y preponderancia de Aretxabaleta y Eskoriatza debido a razones obvias (mayor población, su posición cercana al 'Camino Real'…), todas ellas tuvieron gran peso en las decisiones que afectaban a todo el territorio.
Las huellas de esa peculiar organización han llegado hasta nuestros días, como se puede observar en el fuerte sentimiento de pertenencia a cada una de las anteiglesias y en la propia organización municipal: cada una de las anteiglesias tiene su propio auzo-alkate (alcalde de barrio).Varios caseríos, una iglesia y un pequeño cementerio centran Mendiola. Un buen número de caseríos pueblan la anteiglesia que dejamos atrás en el ascenso hasta la cima de Kurtzebarri.
Información MIDE
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Acceso: Desde Donostia debemos seguir la AP-8 para llegar a Eskoriatza. Una vez en esta localidad de Alto Deba accedemos a la anteiglesia de Mendiola.
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Horario: El paseo de ascenso desde el barrio de Mendiola ronda las tres horas-tres horas y media a un ritmo tranquilo. Hay que superar una importante pendiente.
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Distancia 9,2 km
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Desnivel positivo 704 m
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Severidad del medio 2
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Dificultad orientación 2
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Dificultad del terreno 2
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Esfuerzo necesario 3
Ascensión exigente desde Mendiola
En esta ocasión acudimos hasta Mendiola para emprender nuestra caminata. Una peculiar escultura erigida en 1954, después de que se ampliara y mejorara el acceso al barrio, según nos indica un vecino. Siguiendo la carretera debemos tomar la desviación a la izquierda. Por ella iniciamos la ascensión en la que nos encontramos numerosas marcas blancas y amarillas que nos conducen hasta la cumbre.Continuamos el camino hasta llegar a otro cruce. Por la izquierda se llega al caserío Uriaga (572 m). Justo antes tomamos el camino de la derecha. Este asciende decididamente rodeando la vertiente Norte de la montaña. A la derecha del camino dejaremos la ermita de San Juan Txikia (813 m).
Enormes hayas nos protegen del sol que esta semana ha apretado, aunque la mañana amanecía fresquita. El otoño marca el ritmo, no solo en cuanto a las temperaturas respecta. Los colores rojizos y marrones comienzan a imponerse en algunas de esas enormes hayas que crecen a ambos lados del camino y cuentan a sus pies con un hermoso y denso manto verde. Un verde intenso. No nos cuesta imaginar a ipotxas y demás seres mitológicos rondando por la zona. No logramos verlos, aunque un nutrido grupo de cabras se acerca hasta nosotras de repente en busca de algo que comer. Están habituadas a ello ya que se dirigen directamente a nuestras manos y comienzan abrir sus bocas en el mismo momento en que las retiramos. Llama la atención de su nutrido pelaje.
Seguimos ascendiendo por la importante pendiente. A continuación se atraviesa el paraje de Asuntzeta y se llega a la majada de Udalatza (959 m.). El camino gira a la izquierda y gana el collado Apotza o Kargaleku (1.043 m.), que forma una campa entre Elorreta (1.146 m) y Aranguren (1163 m). Desde este lugar parte una senda que deja a la derecha el cabezón rocoso de Elorretako haitza (1.146 m.) y prosigue en dirección a la visible cruz de Kurtzebarri (1.113 m.), que se gana por un agreste lapiaz.