Ixkier, el agua marca el ritmo de Larraun
El mal tiempo nos impide hacer cumbre esta semana, pero nos invita a conocer la cascada de Mugiro, de una belleza sorprendente
Leyendas, historias y relatos del valle de Larraun narran cómo Mari manda las tormentas desde una sima de Mugiro, y al cruzar el cielo toma forma de caballo. Esta pequeña localidad navarra situada en el valle de Larraun es uno de esos lugares en los que la tradición oral ha hecho que los niños conozcan de boca de sus abuelos lo que ellos escucharon a sus mayores, siendo tan solo unos niños.
No hemos podido descubrir cuál es la sima en la que la diosa vasca genera las tormentas, pero sí hemos podido disfrutar del poder del agua que brotaba por doquier en la ruta que hemos realizado esta semana. Nuestra intención era subir a algún monte de Aralar donde la nieve cubre ya las zonas de pasto y cimas, pero Ipar quiso que optaramos por acercarnos a uno de los rincones más impresionantes de Larraun, la cascada de Ixkier.
Ixkier es uno de los muchos bonitos rincones del valle de Larraun. Este tiene una extensión de 114,3 km² y cuenta con una población que ronda los 1.000 habitantes. A los pies de Aralar, este precioso rincón navarro que cuenta con extensos bosques en los que poder desconectar del estres y disfrutar de la naturaleza, rodeados por enormes hayas, robles, castaños, avellanos…
INFORMACIÓN MIDE
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Acceso: Debemos seguir la A-15 hasta pasar Lekunberri y tomar el acceso a la altura de la gasolinera de Mugiro para acceder por la NA-7505.
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Horario: El paseo desde Mugiro ronda las 2,5 horas a un ritmo tranquilo. Recomendable para hacer en familia ya que no registra gran dificultad. Cuidado si el río está crecido.
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Distancia: 7,3km.
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Desnivel positivo: 157m.
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Severidad del medio: 2.
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Dificultad orientación: 2.
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Dificultad del terreno: 2.
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Esfuerzo necesario: 2.
Pasear por la orilla del caudaloso río Larraun, además de gozar del ritmo marcado por el agua, rememoramos una parte de la historia del valle siguiendo el trazado que antiguamente servía el tren Plazaola para unir Donostia con Iruñea. En la actualidad, una gran parte de la vía verde de Plazaola se ha recuperado como vía verde (54 km) para pasear, tanto a pie como en bicicleta.
Optamos por seguir disfrutando de estos parajes a pie y acercarnos a la cascada de Ixkier, que no goza de tanta fama como la de Aitzarreta, que origina el río Er-tzilla, en Iribas, pero que impresiona por su fuerza y belleza en estos momentos.
Junto a la cascada de Ixkier podemos ver, además, los restos de uno de los molinos de Mugiro.El pequeño concejo de Larraun contaba con Errota txiki y Arotza. Se trataba de molinos harineros que se movían con la fuerza del agua. Los miembros de Kixmi Kultur Taldea, asociación que trabaja en recuperar y salvaguardar el patrimonio material e inmaterial de Larraun, han recuperado los restos de estos molinos que «contaban cada uno de ellos de dos parejas de piedra, la de abajo, estática, y la superior, que giraba a través de un eje, que a su vez iba unido a una turbina o rodete que movía el agua».
La asocación larraundarra creó hace unos años. Junto a la cascada y la vía verde del Plazaola, Ixkier parkea.Se trata de un espacio a orillas del río Larraun que pone en valor los molinos que surtieron de harina para la elaboración de pan o talos, alimentos fundamentales durante siglos para los vecinos de Larraun y otros valles.
La fuerza del agua alimentó a los larraundarras durante siglos, pero también nutrió de luz los enormes y preciosos caserones que se reparten por las campas verdes del valle. De hecho, de camino a la cascada nos encontramos con la central hidroeléctrica de Caballín, donde se acumula la fuerza del agua del río Larraun y se transforma en energía eléctrica.
La fuerza del agua se podía escuchar esta semana desde cualquier rincón de Mugiro. De hecho, se podía ver un crecido río larraun que se adueñaba de las zonas de pasto desde su casco urbano. En el centro del pueblo nos encontramos la iglesia de San Pedro, reconstruida a finales del siglo XVIII y principios del XIX, totalmente destruida durante la guerra de la Convención. Junto al coqueto edificio se encuentran los enormes caseríos del siglo XVII, XVIII y XIX, con impresionantes escudos barrocos en sus fachadas.
Continuamos nuestro paseo por Mugiro y nos topamos con la fuente Ixkier en el parque infantil, junto al frontón.Fuente que fue construida con las piedras que se empleaban en el pasado en el molino del mismo nombre. A escasos metros vemos otro curioso lugar que a pesar de estar en desuso, recoge la historia de un pueblo rural como el de otros muchos, perratokia o punto donde se colocaban las herraduras a yeguas, vacas... Todavía se conserva íntegramente el espacio que conmemora a un oficio que casi ha desaparecido y recuerda cómo los larraundarras que trabajaban en el campo, cuidaban las patas de sus animales en este lugar. Para ello, aquí se inmovilizaba a los animales para colocarles las herraduras sin peligro y cómodamente.
Por la ruta de los tres puentes
Comenzamos la ruta en Mugiro siguiendo el ritmo del caudal del Larraun. Nos adentramos por las calles del concejo en las que disfrutamos contemplando los escudos y la arquitectura de los caseríos, mientras escuchamos el estridente canto de las ocas que anuncian nuestro paso, mientras el resto de los pueblos permanece en silencio. La ruta que está perfectamente señalizada con pivotes y marcas de pintura nos lleva por una pista cementada que nos conduce a la vía verde de Plazaola, tras bajar unas escaleras. Ya podemos ver el río Larraun con su abundante caudal.
Seguimos la dirección de la señal vertical junto al cartel informativo que nos dirige a Latasa. Pronto a mano izquierda vemos un tunel cerrado del antiguo trazado del tren txiki que acercaba a los viajeros a la capital guipuzcoana o navarra desde los pequeños pueblos o a los donostiaras e irundarras a los valles navarros para disfrutar de su paz.
Ver fotos
Nosotros disfrutamos de la tranquilidad y belleza de los bosques que rodean al río y la vía verde. Poco a poco avanzamos por un sendero llano hasta llegar a la señal que nos sitúa junto a la cascada de Ixkier. Bajamos por el sendero con las escaleras hasta el mirador que cuenta con un cercado que delimita una sima. Aprovechamos para sacar unas fotos sin poder plasmar la belleza de la cascada, que desbordada suelta miles de gotas de agua por efecto del viento, formando bonitas cortinas de agua.
Regresamos por las mismas escaleras hasta la vía verde que nos conduce por la senda de los tres puentes en el que se atraviesan los puentes de Intzoa, Zubidenea y Beltzuntze. A la izquierda observamos las enormes piedras de los molinos en el parque del mismo nombre. Seguimos el camino hasta cruzar un pequeño túnel y poco más adelante veremos la presa de Mugiro. Nos adentramos por el bosque y subimos siguiendo en todo momento las marcas de pintura amarilla que nos encontramos en los árboles.
El musgo, que muestra un intenso color verde y contrasta con el marrón de los miles de hojas caídas en el suelo, cubre gran parte de los árboles y piedras que nos encontramos en nuestro camino hasta llegar a Iturrieta. Una poblada cascada cae en este punto.Seguimos hasta llegar primero a Zubidenea y después a Beltzuntze, para regresar a Mugiro por la vía verde.
Ruta muy recomendable para hacer en familia. La crecida de agua hace salirse del camino en algunos tramos, adentrándose por el bosque.