Iruñarri, la piedra de la figura humana

Precisamente, a los pies de estos montes, de los montes protagonistas de esta ruta nace este río navarro en su origen y guipuzcoano en su fin. Urumea recorre a lo largo de 44,9 kilómetros tierras de Ezkurra, Leitza, Goizueta, Arano, Hernani, Ereñotzu, Astigarraga, Donostia hasta desembocar en nuestro bravo mar. Paradojas de la vida. La nieve que nutre el manatial en el que nace Urumea se derrite poco a poco en la cima de Iruñarri, en el que un grupo de yeguas buscan el mínimo rayo de sol que aparece en un cielo encapotado que se va oscureciendo. La nieve se mantiene gracias a la densa capa de hielo que la recubre en algunas zonas, mientras que en otras, Ipar se ha encargado de amontonar y los 30 centímetros acumulado nos recuerdan que este año, el invierno es frío. Eso nos comenta Jaime, vecino de Ezkurra que nos encontramos en el collado de Eskain. El veterano ganadero nos recuerda que en este 2023 el invierno está siendo duro,«dicen que ya no hace inviernos duros, pero a este (haciendo alusión al viento del Norte), no se le ha olvidado y aquí sigue la nieve». Nieve sobre nieve, ya que como indica el ezkurrarra «antes de que se fuera la anterior nevada, volvió a cubrir todo de blanco y con las heladas que ha hecho y este viento frío, le va a costar irse». Lo pudimos corroborar en la balsa de Erakurri, en la que una gruesa capa de hielo medio tapada por la nieve acumulada por el viento permanecía blanca, impoluta.

Para estas horas, la presencia de la nieve será testimonial después de las temperaturas primaverales que hemos disfrutado estos últimos días, pero la visita igualmente merece la pena, porque las impresionantes vistas permanecen.

Vistas que nos sorprenden por su belleza a nosotras, mientras nos preguntamos cómo iaginarían el mar las mujeres y hombres que vivían en la zona hace miles de años. Tal vez, alguno de ellos se había acercado hasta la orilla del Cantábrico y pudo relatar a sus 'vecinos' el sabor de sus aguas, su olor y la fuerza de las olas y las forma y tamaño de los peces que vivían en ellas. Igual les sorprendería tanto como a nosotras el misterio de los monumentos megalíticos que pueblan los montes de Ezkurra y Eratsun, entre otros.

Unos 40 menhires, dólmenes, crómlech y túmulos pueblan la zona. En nuestra ruta de hoy podemos ver el menhir de Iruñarri, en el monte Elazmuño, en Era-tsun. El menhir de Iruñarri tiene asociadas varias leyendas, la más importante es que se trata de una piedra de Roldán, porque la tradición le atribuye su lanzamiento por parte de un personaje, de una fuerza descomunal, por parte de un gigante. Cuentan que el bloque de piedra habría sido lanzado por Roldán desde el monte Igeldo hasta la ladera del monte navarro, aunque Don Jose Miguel Barandiaran menciona en sus escritos que la piedra de este menhir «fue lanzada por Sansón desde el prado de Otsola (monte de Beruete)».

Las leyendas continúan en torno a esta piedra a la que atribuyen poderes fecundantes. Al parecer, las mujeres estériles acudían hasta la piedra para pedir descendencia. El menhir se encuentra muy cerca de la cima de Iruñarri, cerca de la pista que conduce a las antenas de telefonía cercana.

La poderosa piedra, localizada por Juan Miguel Sansinenea Goñi, en la primavera del año 1927, es una laja de arenisca triásica rojiza, común en toda la zona, que se halla hincada. Impresiona su envergadura que alcanza los 2,90m de altura. Los estudiosos del tema aseguran que «la contemplación detenida de este monumento claramente revela que la laja, no solo está situada siguiendo normas astronómicas exactas, con una inclinación perfectamente estudiada al mediodía, sino además que sus perfiles fueron hábilmente elaborados para que la proyección de su sombra produzca una silueta humana en constante variación de postura y situación, a medida que el sol o la luna trazan sus órbitas en el firmamento».

Junto a la cima de Iruñarri nos encontramos también varios crómlech, que la convierten en una impresionante necrópolis de culto, observación y crematorio de las antiguas tribus que vivían en estas tierras hace unos 5.000 años, junto a ruta antigua de trashumancia.

Desde Perraleku (672 m.)

En esta ocasión aparcaremos junto a la carretera que uno Leitza con Doneztebe (Santesteban). Concretamente, nos dirigiremos a Perraleku, situado entre los puntos kilométricos 10 y 11 de la carretera NA-170, en el que a un lado de la carretera nos encontraremos una borda de dicho nombre.

Desde allí, deberemos cruzar la carretera para comenzar la caminata hacia Iruñarri (1.060 m.). Siguiendo las marcas blancas azules que nos encontramos en el camino, iremos ascendiendo de manera tranquila por pistas forestales y hechales, en las que nos encontramos algunas yeguas pastando plácidamente.

Mientras vamos ganando altura podemos disfrutar de magníficas vistas de los montes de alrededor. Kornieta con sus molinos, Ireber,Eguzkizko muinoa y otros son nuestros compañeros en todo el recorrido. Poco a poco vamos alcanzando altura y podemos ver las cimas que visitaremos a nuestra derecha. Antes llegamos a la gélida balsa de agua, situada entre la cima de Erakurri (1.142 m.) y la cota de Idoia (1.062 m.), a la que llegamos rápidamente, tras abandonar las balizas en dirección SW. Desandamos el camino realizado y siguiendo las balizas alcanzamos la cima de Erakurri (1.142 m.).

Desde ella, descendemos hasta el collado de Eskain (1.041 m.) para después dirigirnos por Olegiko lepoa (976 m.) hacia Iruñarri. Las vistas son espectaculares desde su buzón. Fue colocado el 04-04-04 por un grupo d emendizales de Guratz mendi elkartea de Leitza, que eligieron fechas especiales para renovar un buen número de los antiguos que se encontraban deteriorados.

En esta ocasión, nos acercamos al menhir de Iruñarri a unos 500 metros del buzón, para volver por el mismo camino porque el cielo amenaza lluvia, Regresamos a la cima de Iruñarri y después a Olegiko lepoa para tomar la pista a la izquierda que se encuentra en el collado de Eskain.

Cerca de la pista descubrimos una silla tallada en un gran árbol con unas magníficas vistas. Después regresamos a Perraleku.