La alpinista Edurne Pasaban sube 4.400 metros en Nepal junto a su hijo de 8 años: «Ha sido una experiencia emocionante»
La alpinista tolosarra ha compartido en redes sociales todos los detalles de su aventura junto a a su hijo Max
M. S.
Sábado, 13 de septiembre 2025, 12:41
«Siempre soñé con venir a Nepal con mi hijo. Enseñarle las montañas que han marcado mi vida, compartir con él ese pedacito de mundo que tanto me dio y tanto me enseñó», ha escrito la alpinista tolosarra de 52 años junto a varias instantáneas en las que se le ve tanto a ella como a su hijo de 8 años, Max.
«Este año se cumplen 15 años desde que terminé los 14 ochomiles. Y Max ya tiene 8 años, una edad en la que puede caminar por su cuenta, enfrentarse a la altura y mirar de frente esas montañas que tantas veces vio en fotos, pero esta vez con sus propios ojos», revela la conocida guipuzcoana que fue la primera mujer del mundo en escalar los 14 ochomiles.
Noticia relacionada
«Pienso lo afortunada que fui en vivir otras épocas en el Himalaya»
Pero la alpinista, ingeniera y conferenciante guipuzcoana va más allá y se sincera admitiendo que «durante aquellos años de expediciones, más de una vez me pregunté -con miedo y esperanza- si algún día tendría un hijo o hija a quien traer aquí. Si podría enseñarle lo que se siente al respirar este aire, al caminar entre gigantes. A veces pensaba que no pasaría nunca. Que los años iban a seguir y la maternidad no iba a llegar. Y sin embargo… aquí estamos».
Edurne Pasaban junto a su hijo en una cima de 4.400 metros en Nepal
«Ver a Max caminar con fuerza, saludar y reír con los sherpas, compartir en las cocinas de los 'lodges' y jugar con los niños locales ha sido una experiencia profundamente emocionante», admite sobre este logro que ha quedado reflejado en las instantáneas compartidas y que fueron tomadas en 'Langtang National Park', en el norte de Katmandú y que hace frontera con Tíbet.
Y es que madre e hijo han llegado a una cima de 4.400 metros. «Verle sonreír allí arriba ha sido más conmovedor que cualquier cumbre de 8.000 metros que haya pisado. Porque esta vez, el logro no era solo físico. Era personal. Era compartir algo que llevaba años esperando», comparte antes de finalizar con un bonito mensaje.
«Las cosas importantes no siempre llegan cuando queremos. Pero cuando lo hacen, se sienten aún más valiosas», finaliza la guipuzcoana sobre la bonita experiencia familiar.