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Montaña ·
Siete muertes marcan un comienzo de año nefasto en lo que a accidentes de montaña y esquí se refiere, siendo la nieve dura y el hielo las causasSin lugar a dudas estamos ante un comienzo de año en la montaña absolutamente negro, en contraste con el manto blanco que la cubre. Precisamente ... la nieve, el frío, el hielo y las heladas han sido protagonistas en los accidentes de montaña y esquí que se han dado desde el inicio de este ya nefasto 2022.
Comenzaba una semana fatídica con la muerte el miércoles día 12 del joven oscense Pablo Sole (19 años), que falleció por un grave accidente en una zona fuera de pistas en Astún. Dos días después, en la misma estación un hombre de Barcelona de 71 años, por razones desconocidas, se sale de pistas en la de Truchas, se precipita por un barranco y muere a causa de las graves heridas. Y el lunes siguiente, día 17, una mujer de 63 años que esquiaba junto a su marido choca levemente con él, se desequilibra y cae por una ladera en la que, a pesar de ir con casco, perdió la vida.
Al otro lado de los Pirineos sucedían otras dos muertes la misma semana fatal. En el valle D'Ossau, en la zona del Pont de Camps, un montañero francés de 73 años que practicaba raquetas resbaló cayendo unos cien metros por el hielo y la nieve. El mismo día, miércoles 12 de enero, se produjo la segunda víctima, una mujer española de 66 años, en el circo de Anéou, practicando también raquetas, murió al caer por una sima oculta por la nieve e ir a parar a un torrente helado.
Y entre medio sucedieron los accidentes de los montañeros guipuzcoanos. El primero el sábado 15 de enero, cuando Fermin Caminos de Berastegi, hacía esquí de montaña en el Aspe. En la parte alta de la montaña, él y sus compañeros habían dejado los esquís para continuar la ascensión bien equipados con piolet y crampones. Por causas sin determinar, el infortunado montañero de Berastegi se debió resbalar y caer con resultado de muerte. Y sin que pasasen 24 horas, el domingo 16, otro montañero, Iban Carballes, de Berrobi, se resbaló en una zona del monte Balerdi en Aralar, produciéndose una caída mortal.
Tras recordar estos siete fatídicos accidentes mortales en una semana absolutamente negra, quería desde estas líneas incidir en lo importante y necesaria que es la información acerca del lugar al que se va a ir a hacer la actividad, información del estado de la nieve, del peligro de aludes y lo mismo del peligro de heladas..., y por supuesto de la formación de cada uno para practicar lo que más le gusta, formación mediante cursillos que ofrecen las federaciones, los clubes de montaña, los guías titulados para ejercer de profesores de montaña, enseñándonos el medio y cómo utilizar las herramientas (crampones, piolets, esquís, bastones, cuerdas, raquetas...) adecuadas a cada momento. Mi buen amigo el veterano montañero Juan Laredo, quien ha sufrido en sus carnes una avalancha «por imprudencia» y quien a su vez ha sido rescatista en accidentes similares, además de responsable de esquí de montaña de la Federación Vasca, quería también incidir en esa responsabilidad que tenemos todos de ir a la montaña con precaución y prevención. Y así lo define él: «La intuición, el sexto sentido o sentido común, preceden al razonamiento. La seguridad es prioritaria y no negociable, sabiendo distinguir entre peligro y dificultad». La nieve, especialmente dura, y el hielo parecen haber sido los causantes de este fatídico comienzo de año.
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