Von der Leyen propone la suspensión parcial del acuerdo comercial con Israel
La jefa de la Comisión Europea aboga también por sancionar a ministros «extremistas», pero cree que costará lograr una mayoría en el bloque
La crisis humanitaria en Gaza fue este miércoles el punto central de la intervención de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ... ante el Parlamento en Estrasburgo. En su discurso sobre el Estado de la Nación -que cada año refleja las prioridades del Ejecutivo comunitario para el nuevo curso- la alemana anunció que propondrá sanciones a los ministros hebreos «más extremistas» y a los colonos violentos. También pedirá la suspensión parcial del Acuerdo de Asociación entre la UE e Israel en materia comercial para acabar con la «inaceptable situación» del enclave donde, según las autoridades gazatíes, han perdido la vida más de 64.600 personas en la actual ofensiva.
La presidenta del Ejecutivo comunitario, muy criticada hasta ahora por su posición «fría» respecto a la Franja, destacó que «lo que está ocurriendo en Gaza ha sacudido la conciencia del mundo. Personas muriendo mientras recogían comida. Madres sosteniendo a sus hijos sin vida. Estas imágenes son simplemente catastróficas». Esta vez fue clara al afirmar que el hambre «nunca puede ser un arma de guerra. Por los niños, por la humanidad, esto tiene que parar».
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En los últimos meses Europa ha asistido a «la asfixia económica de la Autoridad Palestina». También a los planes para crear nuevos asentamientos y a acciones de «ministros israelíes extremistas que incitan a la violencia». «Todos ellos son ejemplos que vulneran la solución de los dos Estados y no debemos dejar que pase», insistió.
Ante la falta de acuerdo entre los Veintisiete para tomar medidas contundentes contra el Gobierno israelí, Von der Leyen aseguró que entiende a quienes se preguntan cuánto más debe empeorar la situación en Gaza para lograr una respuesta europea unida. La propia jefa de la diplomacia comunitaria, Kaja Kallas, lamentaba hace unos días que esta división minaba la «credibilidad» de la UE. En el hemiciclo se podía ver este miércoles a muchos eurodiputados (sobre todo socialdemócratas y del grupo de La Izquierda) vestidos de rojo para denunciar lo que ocurre en la Franja.
«Europa debe hacer más»
La alemana defendió que la UE «tiene que liderar el camino». «Nuestro apoyo humanitario es mayor que el de cualquier otro aliado. Nuestro compromiso con una Autoridad Palestina viable mantiene viva la solución de los dos Estados. Y tenemos que apremiar a otros a que avancen urgentemente en esa dirección», subrayó. Una vía que estes mes recibirá el respaldo expreso de varios integrantes del bloque, como Francia y Bélgica, en la Asamblea General de la ONU.
Varios Estados miembros, como España, han tomado medidas a nivel nacional ante la incapacidad de lograr una respuesta comunitaria. La Comisión propuso hace meses suspender partes del Acuerdo de Asociación, pero no hubo mayoría entre los Veintisiete, sobre todo por la oposición de Alemania. «Tenemos que superar esto. No podemos permitirnos quedarnos paralizados», insistió.
El Gobierno comunitario trabajará «en todo lo que esté en su mano». Primero, para «suspender el apoyo bilateral a Israel. Pararemos todos los pagos en estas áreas». Ese respaldo económico llega a través de los instrumentos de Ayuda al Desarrollo y el fondo Global Europe, a través del cual Tel Aviv iba a recibir seis millones al año entre 2025 y 2027. Además, la UE paralizaría otros 14 millones en inversiones para varios proyectos en desarrollo en el país. «Soy consciente de que será complicado lograr una mayoría y que cualquier acción que llevemos a cabo será mucho para algunos y demasiado poco para otros». Afirmó que el objetivo de Bruselas siempre ha sido «seguridad real para Israel y un presente y futuro seguro para Palestina», por lo que exigió la liberación de los rehenes y el desmantelamiento de Hamás.
En materia comercial, la alemana defendió el pacto comercial alcanzado con la Administración Trump, muy criticado por las concesiones europeas a EE UU, con el fin de «mantener el mercado abierto para nuestras industrias». Mientras que otros países cuentan con tarifas de base más bajas, las excepciones que aseguró la Comisión (como en el caso de los automóviles europeos) hacen que «el nuestro sea el mejor acuerdo. Sin ninguna duda».
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