Zaporeak vende 10.000 pintxos por la esperanza
La ONG donostiarra celebró ayer en la plaza Bernart Etxepare de Intxaurrondo esta cita para recaudar fondos y apoyar a las personas refugiadas en Lesbos
La solidaridad se sirvió en pequeñas porciones este domingo en Donostia en una nueva edición de Koxk! (¡Da un mordisco a la solidaridad!), una cita ... gastronómica y solidaria organizada por la ONG Zaporeak que reunió a cocineros, representantes institucionales y vecinos en torno a una causa común: alimentar la dignidad. La jornada estaba destinada a recabar fondos para apoyar a las personas refugiadas de Lesbos y, un año más, la ciudadanía guipuzcoana no falló al encuentro de Zaporeak en el inicio de los actos de su décimo aniversario. La lluvia no importó y la empatía llenó la plaza Bernart Etxepare del barrio de Intxaurrondo, que acogió desde las once de la mañana un evento en el que se pusieron a la venta 10.000 pintxos repartidos en 57 puestos, todos ellos con el objetivo de recaudar fondos para seguir financiando el reparto diario de comidas que Zaporeak realiza en Lesbos. Todo un despliegue que sirvió para acercar la realidad de los refugiados y poder colaborar con la causa.
La organización cuenta con un largo recorrido desde sus inicios hace ya una década. Actualmente, Zaporeak distribuye 2.500 comidas diarias en la isla griega, cifra que, según explicó Oraitz García, miembro de Zaporeak, superará los 10 millones de platos servidos este año. «El tiempo no ayuda, pero nos hemos reunido para celebrar, y sobre todo para acordarnos de aquellos que están en Lesbos. Entre todos vamos a hacer un 'koxk' gigante a la unidad», señaló emocionado.
El acto de apertura contó con la participación de numerosas autoridades como el alcalde de Donostia, Eneko Goia; la delegada del Gobierno en el País Vasco, Marisol Garmendia; o las consejeras del Gobierno Vasco, Nerea Melgosa, y Amaia Barredo, entre otros representantes institucionales y del mundo de la cooperación.
El momento más simbólico fue el corte de cinta por parte de los voluntarios, en agradecimiento a su labor durante esta década. Y es que no había nadie más adecuado para conmemorar una cita tan importante como aquellos que son el pilar fundamental de la labor que realiza la organización, quienes han estado implicados y siempre dispuestos ayudar en este proyecto.
«Estamos aquí para celebrar, hagamos un Koxk gigante a la unidad por aquellas personas que están en Lesbos»
Oraitz García
Miembro de Zaporeak
La ceremonia estuvo acompañada por bertsos, un aurresku de honor y la presentación del periodista Joxe Felipe Auzmendi. Además de los pintxos, la jornada contó con un sorteo solidario, homenajes, música en directo y la entrega del Gran Premio Popular Juan Mari Arzak de Queso Idiazabal.
Si el esfuerzo de Zaporeak fue grande para organizar el evento, el compromiso de los participantes estuvo a la altura. Cocineros de diferentes establecimientos de la ciudad llenaron la plaza con sus mejores productos. Pintxos de todo tipo de sabores y texturas estuvieron expuestos para quien deseara colaborar con los más necesitados, al igual que diferentes puestos de ropa. Tanto vecinos del barrio como personas llegadas del resto de municipios guipuzcoanos se volcaron en ayudar.
«Dispuesto a ayudar»
Entre los participantes, con su puesto montado en la plaza, estaba Alex Oier, de Bixigarri Taberna, que presentó un pintxo elaborado a base de escalibada con alioli y pistacho. Junto a sus compañeros del establecimiento, esperaba con bandejas llenas a que la gente se acercara a hincarle el diente a su producto estrella. «Cuando nos propusieron participar en esta iniciativa no dudamos en ningún momento. Aunque no esperábamos que iba a haber tanta lluvia, por una buena causa siempre está bien ayudar», afirmó.
Los asistentes disfrutaban de la variedad de productos que podían consumir. Javier y Maribel no quisieron perderse la cita. «Hay que echar un cable a la organización, llevan mucho tiempo ayudando a la gente de Lesbos, Siria o Palestina», contaba la mujer. «Yo ya he comprado una sudadera en un puesto, y ahora estamos probando la pantxineta, que nos tira mucho el dulce. Está todo buenísimo», añadía, mientras se dirigía en busca de nuevos productos que degustar.
Tampoco faltaron los vecinos de Intxaurrondo. El proyecto de Zaporeak nació en el barrio donostiarra, y sus residentes están volcados con el trabajo de la ONG desde sus inicios. Los hay que cada año repiten la visita. «Venimos siempre. Está todo bueno, hay que colaborar. No hace falta ir a lo Viejo para comer un buen pintxo. Hoy hemos elegido el del Eguzki, de Gros», explicaban Josu y Alazne.
La fiesta de Zaporeak fue un reflejo de lo que la organización representa: compromiso, trabajo, solidaridad y comunidad. Y, aunque el cielo no ha acompañado, el espíritu de ayuda llenó la plaza.
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