Gipuzkoa refuerza la atención a víctimas de violencia machista con un nuevo centro

Con este centro para mujeres víctimas del maltrato se completa la reordenación de los recursos emprendida hace ya varios años. En el último lustro, las plazas se han duplicado. En concreto, el futuro centro será un recurso de corta estancia. Esto es, se calcula que quienes ingresen en este lugar van a estar una media de 38 días en el centro, a excepción de quienes estén en el espacio de valoración. En ese caso pasarán un máximo de siete días desde que entran hasta que los profesionales, después de acompañarles para analizar lo que necesitan, deciden cuál es la mejor opción para estas mujeres. Puede ser que ingresen en ese mismo centro o que sean derivadas a otros servicios o programas.

Las habitaciones, sobre todo en la zona para madres con niños menores, «están diseñadas en modo apartamento», con dos camas y una especie de sala de estar. También va a haber «un espacio de biblioteca, una sala de juegos, otra de ordenadores, e incluso un espacio donde poder bailar o hacer yoga. Que las mujeres que en ese momento estén en el centro puedan elegir la actividad que quieren realizar en cada instante». Incluso tendrán la opción de cocinar todas aquellas que así lo deseen. «Es muy importante para la socialización y para desarrollar la autonomía», explican las mismas fuentes. «Necesitamos ofrecerlas apoyos profesionales, pero también su autonomía y empoderamiento, sin infantilizarles».

En definitiva, lo que busca el área que dirige Maite Peña es convertir el nuevo centro en un recurso de corta estancia para víctimas de violencia machista. Y, de este modo, transformar el centro actual de corta estancia en uno de media estancia, ampliando así las plazas destinadas a estas situaciones en la actualidad. Alrededor del 25% de las mujeres que ingresan en un centro de corta estancia en Gipuzkoa, donde hay un profesional por cada usuaria, pasan a uno de media estancia. En este último las mujeres están un tiempo medio de 121 días o, lo que es lo mismo, unos cuatro meses.

En el territorio hay otro recurso con nueve plazas «muy similar» al centro de acogida inmediata. Este va dirigido, sin embargo, a aquellas víctimas con «situaciones más complejas» de violencia. Por ejemplo, «casos en los que la violencia se entremezcla con problemas de salud mental o situaciones de desprotección». Suele ser para mujeres sin hijos y surgió de la «necesidad» que los profesionales veían «en el día a día para separa espacios» en los que hubiera o no menores. A fin de cuentas, el 34% de las personas atendidas en los centros para víctimas de violencia machista son hijos de las mujeres maltratadas. «Son víctimas también por ley», recuerdan desde Políticas Sociales.

Cuando la situación de las mujeres es algo mejor o ya han pasado por el resto de recursos con éxito, suelen ser derivadas a los pisos de autonomía. El 9% de las usuarias de los centros de acogida inmediata o corta estancia suelen llegar hasta aquí. En estos pisos la presencia de profesionales suele ser más reducida al tratarse del «final» del proceso. Desde los recursos de media estancia a los pisos de autonomía pasan el 25% de las mujeres atendidas y en este último servicio están entre 140 y 200 días –unos seis meses– hasta que se mudan a una vivienda libre o a una VPO cedida por Gobierno Vasco.

En las cuatro viviendas de autonomía que hay en la actualidad –en total diez plazas–, se atiende a unas catorce nuevas mujeres al año. En total, una veintena de personas, entre madres e hijos. En su mayoría son mujeres migrantes, «que tienen menos red de apoyo» en el territorio, así como «menos derechos» en el caso de quienes están en situación irregular. Para ser atendidas en estos recursos, las mujeres no necesitan haber presentado ninguna denuncia previa en comisaría. Mientras que el 54% de las mujeres que han pasado por el centro de acogida inmediata logran los objetivos marcados al comienzo del proceso, el 100% de las que pasan por los pisos de autonomía consiguen los retos que se han puesto.

El último centro que completa estos servicios es 'Haurtxoak'. Es un programa de tratamiento en régimen residencial dirigido a mujeres en situaciones de riesgo o exclusión social como maltrato, que están embarazadas o tienen hijos menores de 5 años, así como para diferentes niveles de desprotección infantil.

Sin tener en cuenta el centro de acogida inmediata o corta estancia que abrirá a comienzos del próximo año 2024, desde 2015 Gipuzkoa ha aumentado en un millón de euros el presupuesto para la violencia machista. En el último lustro, además, se han doblado las plazas de atención a las mujeres maltratadas por sus parejas o exparejas, que han pasado de ser 32 a 66.

Recientemente, además, Gipuzkoa ha anunciado la apertura de tres centros para víctimas de violencia sexuales. Estarán ubicados en Donostia y las comarcas de Debagoiena y Goierri y se pondrán en marcha a finales de este año. Con un equipo especializado, quienes hayan sufrido una agresión sexual en algún momento de su vida podrán acudir a este servicio en el que recibirán acompañamiento y asesoramiento desde el primer momento.