La víctima de Elgoibar murió desangrada tras la cuchillada en el cuello
El fallecido presentaba una segunda herida en la zona alta de la espalda, según se comprobó en la autopsia | El detenido, al que se le imputan un delito de homicidio y otro de lesiones, será puesto hoy a disposición del juzgado instructor de Eibar
Pablo Acuña, el ciudadano nicaragüense que falleció la madrugada del sábado en Elgoibar víctima de una agresión por arma blanca, murió desangrado. La ... herida que sufrió en el cuello le produjo una hemorragia que le llevó a caer desplomado al suelo. El presunto agresor, de 36 años y de la misma nacionalidad que la víctima, permanecía anoche en los calabozos de la Ertzaintza y todo apunta a que hoy será puesto a disposición judicial.
La autopsia que se le practicó el domingo a primera hora de la mañana, y que se prolongó durante nada menos que ocho horas, vino a confirmar lo que los médicos forenses ya intuyeron en el escenario de los hechos. El fallecido presentaba una herida causada por un arma blanca en el cuello que le produjo una pérdida masiva de sangre.
La necropsia, sin embargo, desveló la existencia de una segunda herida, una puntada, en la zona alta de la espalda, lo que induce a los investigadores a sospechar que el presunto homicida persiguió a la víctima y le agredió primero por detrás y posteriormente en el cuello.
La Ertzaintza descarta la violencia machista a pesar de que la familia dijo que la mujer conocía al agresor
La Ertzaintza ha descartado que la agresión obedezca a un móvil relacionado con la violencia de género. Con ello, la Policía vasca viene a desmentir lo manifestado por familiares del fallecido, que el domingo reconocieron que el presunto homicida y la mujer que en el momento de los hechos le acompañaba, también nicaragüense, hubiesen mantenido una relación. Por lo tanto, la motivación machista parece descartada según la Policía autónoma.
Las averiguaciones realizadas en este sentido por el Servicio de Investigación Criminal Territorial de la Ertzaintza llevan a concluir que no existe dato ni indicio alguno sobre la existencia de cualquier tipo de relación ya sea sentimental o de otro tipo entre el presunto homicida y la mujer.
Tres días después de los hechos, no obstante, la Policía no ha desvelado el motivo que llevó al presunto homicida a actuar con la agresividad con la que lo hizo, aunque fuentes consultadas asocian en parte su desmedida reacción con el consumo de alcohol.
Se sabe, eso sí, que el incidente que desencadenó los hechos se produjo en el bar Lagunak, un establecimiento situado en la calle San Franzisko y que es frecuentado por personas de origen latinoamericano. Los dos varones mantuvieron en el local un acalorado altercado al que el propietario del establecimiento puso fin momentáneamente expulsándoles del bar.
Persecución
Una vez en el exterior, el fallecido y la mujer con la que estaba se encaminaron hacia el domicilio en el que ella trabajaba al cuidado de una persona mayor, en la calle San Inazio. El agresor les siguió a cierta distancia y una vez frente al portal, el atacante se acercó esgrimiendo un arma blanca.
En los instantes posteriores, todo induce a creer que el investigado hirió en primer lugar a la mujer, a la que causó algunas lesiones principalmente en la zona de las extremidades superiores. Seguidamente, de acuerdo a las iniciales averiguaciones, el presunto homicida inició una persecución sobre la víctima que para entonces había emprendido la huida. Se piensa que el agresor alcanzó al fallecido, al que asestó una primera cuchillada en la espalda y seguidamente le agredió en el cuello, lo que le produjo la pérdida masiva de sangre.
A partir de ese momento, Acuña ya no pudo correr más. Instantes más tarde, se apoyó en una pared y cayó desplomado al suelo. Poco después, su corazón dejó de latir como consecuencia de un shock hipovolémico, es decir por disminución del volumen sanguíneo.
El atestado policial de este caso está a punto de ser entregado al juzgado. No obstante, queda todavía mucho por instruir. La unidad de investigación ha remitido a sus laboratorios de Erandio las prendas que el agresor vestía en el momento de su arresto por si en ellas se descubren manchas de sangre pertenecientes a la víctima. Asimismo ha enviado el arma empleada en la comisión del crimen que fue abandonada en las proximidades del lugar, también por si se detectan restos biológicos del investigado.
La Ertzaintza ha decidido apurar las 72 horas que le permiten la ley para mantener a un sospechoso en calidad de detenido y salvo que la autoridad judicial prorrogue su estancia en los calabozos, hoy será puesto a disposición del juzgado de Instrucción de Eibar. Sobre el acusado recae una doble imputación: una por homicidio y otra por las lesiones que causó a la mujer que acompañaba a la víctima mortal.
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