Incidencia desigual en los súper: los grandes con generadores salvan el apagón, cierran los pequeños de barrio

El apagón de este lunes ha afectado de manera desigual a la actividad de los supermercados en Gipuzkoa. El factor diferencial ha sido que dispongan o no de sistemas alternativos de suministro eléctrico, como grupos electrógenos o sistemas de alimentación ininterrumpida (SAI). En general, los hipermercados y los súper de mayor tamaño han podido seguir operando, al contar con la electricidad recibida de sus propios generadores, lo que ha mantenido activas las cámaras congeladoras y de refrigerados, así como las cajas registradoras, los sistemas de cobro por tarjeta, y una iluminación suficiente en el establecimiento. Los más afectados han sido los súper de barrio, ya que la mayoría carece de alternativas a la red eléctrica general.

En el primer grupo se encuentran, entre otros, los hipermercados de Carrefour, Alcampo y Mercadona, y «la mayoría» de los de Eroski. Fuentes de este último grupo indican que «la mayoría de nuestros grandes establecimientos han tirado de los grupos electrógenos y hemos tenido que cerrar solo aquellas tiendas más pequeñas que no tienen generador. En la sede del grupo se ha trabajado con normalidad».

En los dos hipermercados de Carrefour en el territorio (Oiartzun y Olaberria) «se han activado los generadores y hemos trabajado con normalidad», apuntan fuentes de la cadena, que señalan que «sí se han visto afectados los negocios que ocupan las galerías comerciales» de ambos centros comerciales. También las tiendas más pequeñas de barrio que operan bajo la enseña francesa, como la del barrio de Lorea de San Sebastián.

Algo similar ha sucedido en los centros comerciales de Alcampo en Irun y Oiartzun. Los hipermercados han operado gracias a sus sistemas propios de suministro energético, pero no así la mayoría de establecimientos anexos de las galerías comerciales. También se han visto afectadas las tiendas de barrio de la cadena gala. En la amplia mayoría el problema vino por no poder utilizar las cajas registradoras hasta que se solventó el apagón.

En Garbera, su directora Nuria Vegas dibuja para DV una situación similar. «El hipermercado de Eroski ha podido seguir funcionando gracias a que dispone de un sistema de alimentación ininterrumpida que le suministra electricidad para 6-8 horas», mientras que «las tiendas y negocios de hostelería han tenido que parar durante el tiempo que ha durado el apagón, ya que han quedado inutilizadas sus cajas registradoras, sistemas de cobro por tarjeta...». «La incidencia ha durado algo más de una hora, de 12.30 a 13.45, más o menos», el tiempo que ha durado el apagón en San Sebastián.

Vegas remarca que más allá del cese temporal de actividad de los establecimientos, en el centro comercial no se han registrado incidencias personales. «No se ha quedado nadie atrapado en los ascensores ni en los baños para personas con discapacidad, que tienen puertas automáticas». Explica que «tenemos un protocolo de emergencia para estos casos que hemos activado. En primer lugar condenamos los accesos a los ascensores y al parking subterráneo, que sin luz puede convertirse en un punto de peligro. También hemos anulado los accesos a los baños para personas con discapacidad, y al caerse las telecomunicaciones hemos tirado de walkie-talkies».

La directora de Garbera se felicita de que todo ha quedado en un susto y que a falta de hacer un balance detallado, «no parece que se hayan producido grandes pérdidas», ni siquiera en los negocios que podrían haberse visto más perjudicados, como la hostelería.

Entre las tiendas que sí han visto alterada su actividad corriente están las del grupo guipuzcoano Uvesco (BM y Super Amara). Fuentes de la compañía admiten que «la falta de suministro eléctrico durante entre una y dos horas ha supuesto un inconveniente importante», pero remarcan que la organización y trabajadores del grupo «se han adaptado de manera ágil a las circunstancias» y una vez recuperada la electricidad «las tiendas iban recuperando su actividad». Poco después de las 17.30 horas solo seguían inoperativos en Gipuzkoa los establecimientos de Hernani y Elgoibar, localidades donde a esa hora no se había recuperado aún el suministro energético.

El incidente también ha afectado al canal online del grupo, donde hay complicaciones para suministrar los pedidos del día y asegurar los previstos para el martes, si bien las fuentes recalcan que la compañía «está volcada en intentar prestar el servicio en las circunstancias que sean».

A media mañana del martes la normalidad había vuelto a todas las tiendas del grupo de distribución irundarra.

Ante las dificultades que ha supuesto el apagón, algunos establecimientos en los que sí había luz y la incidencia se circunscribía a las cajas registradoras y los terminales de pago (TPV), han optado por cobrar a los clientes en efectivo y anotar las compraventas con bolígrafo y papel, como en el Eroski de la calle Legazpi o la pastelería Aramendia de la cercana calle Bengoetxea, ambos en la capital guipuzcoana.

Poco después de las 13.00 horas, mientras al apagón seguía activo, en la puerta del Mercadona de Galarreta en Hernani, Ander, Manu y Txomin, tres estudiantes del campus de Galarreta de la Mondragon Unibertsitatea (MU), daban fe de que este establecimiento seguía abierto al público. A diferencia de lo que hacen habitualmente, este lunes han tenido que ir a comprar la comida del día a ese supermercado, ubicado frente al recinto estudiantil. «Hemos venido a comprar porque no funciona el microondas de la universidad y no podemos calentarnos la comida», explican. Detallan que el apagón masivo que ha afectado a toda España les ha «pillado en la uni», pero recalcan que la actividad ordinaria en la facultad no se ha detenido «porque los servicios básicos han vuelto a funcionar enseguida gracias a los generadores, suponemos».

Lo que hacia las 13.00 horas no se había recuperado era la electricidad que alimenta el microondas en la que habitualmente se calientan los 'tuppers' que llevan desde casa para comer. «Por suerte tenemos el súper cerca y hemos venido a comprar. Por suerte las cajas han seguido abiertas».

Dentro del establecimiento comercial clientes y trabajadores mantenían relativamente la actividad habitual, aunque a medio gas. Gracias a los grupos electrógenos, el supermercado mantenía luces encendidas y varias cámaras seguían funcionando. Aunque el apagón parecía haber invalidado aparatos de consumo más intensivo como hornos«.