Urretxu, cerrado por Semana Santa

Urretxu es uno de los nueve municipios guipuzcoanos que se encuentra marcado en rojo por el departamento vasco de Salud –con la incidencia por encima de los 400 casos por cada 100.000 habitantes– y que desde ayer cuenta con unas medidas más restrictivas que permanecerán en vigor durante toda la Semana Santa. Las que más polémica han suscitado han sido el confinamiento municipal, salvo para aquellas personas que hubiesen reservado algún alojamiento en Euskadi antes del 26 de marzo, y la restricción de los horarios de bares y restaurantes a desayunos y comidas.

Los más espabilados salieron el fin de semana antes del domingo para salvar sus planes, lo que se ha hecho notar en el ritmo de la localidad, cuyos vecinos aún no se han sobrepuesto de una medida (la de bajar el límite de zona roja de los 500 a los 400 casos) que consideran «trampa». Porque muchos municipios que superan ahora esa incidencia, algunos de la misma comarca, no tendrán que aplicar esas medidas.

Ofelia Mendez Ferrero disfrutaba de unos rayos de Sol en la terraza en la mañana de ayer, mientas opinaba sobre los últimos acontecimientos. «Deberían pensarlo mejor, toman medidas que no tienen sentido. Nosotros a nuestra edad no vamos a ir a ninguna parte, pero a los hijos y los nietos les han chafado los planes, y no vamos a decir a la gente que trabaja en Semana Santa. Además, es absurdo que se hagan diferencias entre dos pueblos que funcionan como uno solo», en referencia a la vecina Zumarraga.

Iker Arbizu Zabalo, distribuidor de bebidas local, cree que el hecho de que se rebaje el límite para aplicar la zona roja «aporta inseguridad. Tanto cambio no sirve mas que para confundir a la gente y las medidas deberían ser mas continuistas». Sus planes para estos días no se han visto truncados, «porque habíamos pensado quedarnos por aquí, pero para hacer turismo un día por un sitio y otro día por otro, la costa, Donosti... No teníamos nada reservado, pero ahora estamos apañados». No puede evitar pensar en los compañeros del sector de la hostelería con los que trabaja a diario. «Se están tomando medidas que afectan continuamente a este sector, habría que ser más sensibles con ellos».

En Urretxu son muchos los que critican las decisiones adoptadas en el último LABI. Joseba Madina, de 21 años, afirma que «al final se perjudica a los de siempre. Personalmente no habíamos hecho planes ante la inseguridad existente, asi que nuestros temores se han confirmado y pasaremos estos días en el pueblo».

El matrimonio formado por Ane Isabel Gordo y Jesús Mari Lucena lucha como otros tantos por salir adelante en su negocio de hostelería en el Bar Navarro de la localidad. Han replanteado su actividad tras la pandemia y no pensaban sino en trabajar esta Semana Santa, pues disponen de terraza en la plaza Iparragirre, lugar muy frecuentado por visitantes. «Nos van a meter en rojo cuando ellos lo deseen, ahora ha sido 400 y en nada serán 300. La gente ha comentado que la medida podría estar motivada en parte porque la hostelería ha ganado con su demanda en los juzgados. Nos dejan dar comidas, pero nos quitan desayunos, meriendas... Y eso si el tiempo acompaña, porque las terraza con lluvia es como no tener nada», y critican que ayer muchos pueblos de Gipuzkoa entraron en zona roja pero Salud no les aplicará las mismas restricciones. «Solo queremos trabajar y tampoco nos lo ponen fácil. Y luego tienes que ver a alemanes y franceses que pueden venir aquí y disfrutar de una buena juerga sin control, es como una burla».