Estos días he leído varias noticias sobre una compañía minera australiana, llamada Fortescui, que ha anunciado que va a crear un tren cuyo consumo es ... cero y que llevará el hierro, extraído de las montañas situadas en la región de Pilbara, hasta el puerto Hedland que está a 620 km de distancia. Y después volverá a las montañas para recoger de nuevo un cargamento de hierro. Y así una y otra vez. Incansablemente. Al tren lo han bautizado como «tren infinito».
He de confesar que cada vez que oigo que algo funciona para siempre sin aporte de energía se me ponen los pelos de punta, y pienso que se trata de una versión moderna del imposible «móvil perpetuo».
Pero lo he leído más a fondo y he visto no solo que es posible sino que es una idea fantástica. El tren se carga con 42 toneladas de hierro, a una altura aproximada de 414 m, y comienza su recorrido, cuesta abajo, hasta llegar al mar. En el trayecto utiliza la técnica de frenado regenerativo para cargar unas baterías sumamente eficientes. Al llegar al puerto se descarga, y con 42 toneladas menos, las baterías lo empujan cuesta arriba hasta llegar a la cumbre de la montaña.
La energía la obtiene de esas 42 toneladas de hierro que descienden 414 m. Básicamente se trata de usar la gravedad para conseguir energía.
Idea brillante, aunque hay que tener en cuenta que solo funciona cuando el peso del tren al descender sea mucho mayor que cuando asciende.
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