«Estamos trabajando en condiciones durísimas, el desgaste físico y emocional es impresionante»

Están «hartos», «enfadados», «agotados». También «preocupados» por lo que pueda suceder en los próximos meses, teniendo que lidiar con una «escasez de medios humanos y materiales». Trabajadores del Hospital Universitario Donostia se concentraron este viernes a las puertas del centro para denunciar el «desbordamiento y la sobrecarga» que sufre la plantilla y que se ha puesto de manifiesto con la crisis del Covid-19, por lo que piden al departamento de Salud soluciones «inmediatas y de calado». Los sindicatos Satse, ELA, LAB, SME, CCOO, UGT y ESK convocaron concentraciones en los hospitales de Osakidetza, que suceden a las organizadas el pasado viernes en los centros de Atención Primaria. A día de hoy, la situación en las UCI es «del 50% de ocupación y para el resto de los ingresos se están ampliando espacios en previsión de que esto va a ir en aumento, pero la situación empieza a ser por lo menos preocupante», advierte José Luis Paulín desde el Sindicato médico de Euskadi.

El problema «viene de lejos. Las políticas de recortes de los últimos años y el debilitamiento progresivo del sistema sanitario han lastrado la respuesta al coronavirus y han provocado que, también en el día a día, el personal tenga que realizar su labor sin los refuerzos necesarios y con la escasez habitual de medios», critican los sindicatos. La situación en la que ha tenido que trabajar la plantilla durante los peores momentos de la pandemia ha sido «extrema», con «una falta alarmante de medidas de protección, que derivó en altas tasas de contagio; cargas de trabajo intolerables y estrés físico y emocional». Esta situación la conoce muy de cerca Amalia González, enfermera del Hospital Universitario Donostia, que se unió a la concentración en defensa de una sanidad pública fuerte y de calidad. «Estamos muy cansados, hay poco personal y la gente eventual que sigue hilando contratos no ha tenido vacaciones ni ha podido descansar física y psicológicamente. Llegas a casa y no desconectas. No sables dónde vas a estar mañana...», reclama esta enfermera.

Yolanda Arufe, auxiliar de Enfermería del Hospital Universitario Donostia durante 20 años -16 de ellos en Intensivos- también sabe de lo que habla su compañera. «Las condiciones son durísimas. El personal trabaja durante 5-7 horas forrado en plástico, con las gafas, las pantallas, la ropa y los guantes de protección… sin tiempo para tomarse un solo descanso y sin posibilidad de cambiarse el uniforme».

Arufe también acusa el «impresionante desgaste físico» que tanto se repite en los discursos de sus compañeros. «Hay falta de personal y los refuerzos son necesarios. En el área de Intensivos, que se distribuye en tres salas con una capacidad de 48 camas en total, actualmente dos de ellas están llenas (ocupadas por personas con Covid positivo). Además la precariedad en la contratación es importante. Hay compañeros que llevan desde febrero sin un día libre», reclama.

Al cansancio que arrastran los profesionales sanitarios se le une la huella emocional que está dejando el coronavirus a su paso ya que, según recalca, «estamos tratando con personas, te implicas en esas vidas, en las familias….y sentimos mucha impotencia de ver que hay gente que sale y gente que no. Personas, jóvenes y mayores, que están luchando por su vida». Por todo ello considera importante que exista «una comunicación entre direcciones, sindicatos y personal para informar de lo que se vive a pie de cama. Es importante que la población sepa que no solo el sueldo es un motor en nuestra carrera».

En la entrada de las consultas del Hospital Comarcal del Bidasoa, cerca de 60 sanitarios y pensionistas, que se sumaron a la causa, portaron mensajes que pedían un nuevo acuerdo y más medios para poder trabajar en unas condiciones óptimas. Según informa Ekaitz Retamosa, los trabajadores se concentraron este viernes durante 15 minutos, para exigir «soluciones a los graves problemas del sistema sanitario», según recogió el comunicado emitido por los sindicatos que convocaron la protesta. El delegado del sindicato Satse del hospital comarcal subrayó que «no hay personal sanitario suficiente para seguir trabajando». Pidió que la nueva dirección de Osakidetza «revierta la situación» y que les traten «como un personal sanitario responsable», con mayores medios para trabajar.

Los sanitarios estuvieron acompañados por el movimiento de pensionistas de Txingudi. Jokin Uranga, responsable de la plataforma en la zona, comentó que se unieron a la convocatoria porque los pensionistas son «uno de los grupos de más riesgo y los que más usan la sanidad». Añadió que «ahora» es cuando más hay que apoyar al sector sanitario y «no solo cuando se salía al balcón a aplaudir».

Las movilizaciones continuarán el próximo sábado 3 de octubre, con la convocatoria de una manifestación en Bilbao, que partirá del Sagrado Corazón a las 12.00 horas.