Trabajadores que vienen a Donostia alertan de intentos de estafa en alquiler de vivienda
«Estuve a punto de caer y perder 1.100 euros por un falso anuncio de un piso en Donostia alojado en un portal de referencia», advierte una joven recién llegada a la ciudad
Victoria creía haber encontrado el chollo del año. O del siglo. Recién acabados sus estudios universitarios en Pamplona, durante este verano realiza prácticas laborales en ... una empresa de San Sebastián, con la expectativa de poder continuar en la compañía. En cuanto en mayo le confirmaron esta posibilidad, lo primero que hizo fue iniciar la búsqueda de alojamiento, conocedora de la dificultad de encontrar acomodo en la capital de Gipuzkoa y sus alrededores. Más aún a las puertas del verano.
Cuando vio el anuncio en una de las plataformas inmobiliarias de referencia no se lo podía creer. Un apartamento de 55 metros cuadrados en la Avenida de Navarra del barrio de Gros por 550 euros al mes. «Lo primero que pensé es que había un error o era un reclamo, y que en realidad se alquilaba solo una habitación. Pero aún así me interesaba y escribí al correo electrónico que aparecía como contacto», explica.
La respuesta de la presunta propietaria no pudo ser más ilusionante. «Me confirmó que el alquiler era del apartamento entero. Tal y como aparecía en el anuncio, constaba de un dormitorio, sala de estar, baño, plaza de garaje y estaba amueblado, con la cocina equipada, conexión a internet y aire acondicionado. Para entrar a vivir. Y el precio incluía todos los gastos (luz, agua, wifi, servicio de limpieza e impuestos locales)».
Ya en el primer correo la 'arrendadora' le explicó que reside en el extranjero y que por ese motivo buscaba un inquilino «serio, interesado en un alquiler de larga duración». También le avanzó que necesitaba saber si dispone de un contrato laboral, cuántas personas ocuparían la vivienda y por cuánto tiempo piensan quedarse. Nada fuera de lo común.
«Sin opción a verlo antes»
«Hasta ese instante en ningún momento pensé que pudiera ser una estafa», reconoce. «El anuncio estaba alojado en una plataforma online consolidada. El alquiler tan por debajo de la media lo achaqué a que la propietaria podía ser una persona que hace tiempo que reside fuera de San Sebastián y tiene desactualizados los rangos de precios en la ciudad».
No tardaron en sucederse las situaciones que la hicieron sospechar. «Cuando le dije que estaba ya en San Sebastián y que cuándo podía pasar a verlo, me contestó que no era posible, porque vivía en Italia, en la ciudad natal de su marido, adonde se habían mudado para recibir un tratamiento médico por unos problemas de audición». La respuesta añadía que «como sabes, con la edad también vienen ciertos problemas de salud, y hemos decidido establecernos aquí para disfrutar de nuestra jubilación». Una aseveración que por un lado le encendió una pequeña alerta, pues a Victoria le extrañó que la dueña no hubiera previsto tener una persona de contacto para mostrar la vivienda a los interesados, pero que, por otra parte, reforzaba su tesis de que se trataba de una propietaria de edad avanzada con una idea desactualizada de los precios del alquiler en Donostia.
Cuando Victoria pregunta a su interlocutora cómo formalizarán el contrato de arrendamiento si ella se encuentra en Italia, esta trata de infundirle confianza y tranquilidad. Responde que «en ocasiones anteriores he alquilado el piso a través de Booking.com. De esta manera puedes hacer la reserva y ver el apartamento antes de firmar el contrato de alquiler definitivo».
Y le explica el proceso a seguir. «Activaré el anuncio en el sitio web y luego lo compartiré contigo para que puedas realizar la reserva. Será por un mes de alquiler más la fianza. 1.100 euros en total. Asegúrate de tener el importe disponible en tu cuenta», le recalca. «Una vez realizada la reserva –continúa– y confirmado el pago (la confirmación suele tardar un día), el representante de Booking encargado de mi apartamento te presentará el calendario con los horarios disponibles para la visita. Si por algún motivo cambias de opinión o el apartamento no te gusta, se te reembolsará el dinero en ese mismo instante sin ninguna comisión», remata.
Por si acaso, le remarca que «si nunca has usado Booking.com y estás interesada en alquilar el piso, no dudes en decírmelo y estaré encantada de explicarte todo el proceso paso a paso». Y nueva dosis de credulidad: «El proceso a través de Booking es muy sencillo. Y en este caso, la mejor solución. Trabajo con ellos desde hace dos años y estoy muy satisfecha con sus servicios. Nos ofrecen la garantía de que todo el procedimiento de alquiler se lleva a cabo de forma correcta, incluso en mi ausencia», insiste tratando de aparentar que todo es legal y llevado por cauces seguros.
Hasta el punto de que Victoria sigue adelante y le pide a su 'casera' que le envíe el enlace del anuncio de la conocida plataforma para poder hacer la reserva y efectuar el pago.
Enlace falso a Booking.com
Es aquí donde está el mecanismo de la estafa, pues el enlace es a un sitio web falso que imita los anuncios de Booking pero que nada tiene que ver con la compañía holandesa.
El elemento definitivo que hizo sospechar a Victoria (y a sus padres, que también observaron situaciones inusuales) que podía estar siendo víctima de un engaño, fue que en el momento de hacer frente al pago acordado, este debía hacerse a través de una transferencia bancaria, sin posibilidad de pagar con tarjeta. Y que la persona titular de la cuenta no tenía el mismo nombre que con quien había estado tratando el alquiler del apartamento.
«Ahí ya detectamos que algo no era normal. Enviamos el enlace a mi tío, que es experto informático, y nos confirmó que se trataba de una web falsa, que ni se nos ocurriese pagar nada», explica.
Victoria respira ahora tranquila, pero es consciente de que estuvo «a un click» de perder 1.100 euros y advierte de que los anuncios falsos «aparecen también en las plataformas de referencia y que consideramos más seguras».
Un salto cualitativo que se suma a los fraudes en el alquiler vacacional y temporal
Los intentos de estafa a personas que buscan desesperadamente alquilar un piso en el que residir de forma estable se suman a los ya conocidos a turistas en busca de apartamento para pasar sus vacaciones o a los de potenciales inquilinos que necesitan un alojamiento temporal mientras dura un curso, un proyecto de investigación, un trabajo pasajero...
DV ya se hizo eco hace dos veranos de la estafa que sufrió una familia italiana que presuntamente había reservado un piso en Hondarribia para siete días y que al llegar a la localidad guipuzcoana comprobó angustiada que la dirección correspondía a un piso residencial común que no estaba en alquiler. Anuncio falso.
Y el año pasado este mismo medio destapó a otra víctima, también italiana. En este caso un
estudiante que llegaba a Donostia con una beca Erasmus, que había adelantado 500 euros como fianza del piso en el que pensaba pasar el curso y que, al llegar a la ciudad, descubrió que tal vivienda no existía.
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