El último tramo del TAV en Gipuzkoa se reactiva para intentar acabar antes de 2023
El Hernani-Astigarraga está en un impasse desde 2015 por un cambio sustancial del proyecto
En Hernani, desde el polígono Akarregi, los trabajadores de las empresas observan desde hace años como un elemento más del paisaje urbano un viaducto a ... ninguna parte. Una de esas plataformas o carreteras que, en las películas, conducen al vacío, y en las que solo los protagonistas más sagaces logran frenar a tiempo para evitar precipitarse al vacío. Por el vial de Hernani no circula nadie, de hecho, en el futuro circularán trenes, no coches. Pero sí lleva unos años en el vacío constructivo. En un impasse al que cayó en 2015 después de una modificación sustancial en el proyecto, y del que ahora definitivamente va a salir con el diseño y la adjudicación, de nuevo, de las obras que faltan para acabar los trabajos. Para que esa plataforma alcance su destino: enlazar el último tramo del TAV en Gipuzkoa con la vía convencional para que los trenes de alta velocidad puedan cruzar el territorio y entrar también en San Sebastián. Un enlace, además, donde se construirá una estación, que hoy se presenta por primera vez.
Este trazado, de 2,4 kilómetros, es el último que quedará en Gipuzkoa para completar el ramal, sin contar con la futura plataforma de alta velocidad entre Astigarraga y Lezo, que se construirá una vez la Y vasca esté en marcha y para la circulación de trenes de pasajeros o mercancías que no tengan que entrar en la capital. El Gobierno Vasco, encomendado para ejecutar la obra del TAV en este territorio, ultima la tramitación para reactivar el Hernani-Astigarraga a final de año, con algún mes de demora sobre los planes originales. Lo que no cambia es su optimismo respecto a la finalización. Oficialmente sitúan el último trimestre de 2022, sin querer pasar esa barrera de 2023 a la que se aferran para ver en marcha Y vasca, pese a que la realidad administrativa y técnica sigue dando evidencias de que será imposible.
Pero para terminar, lo primero es empezar. Y en eso está Euskal Trenbide Sarea, la gestora ferroviaria vasca, una vez que cerró la primera parte de la obra y el pasado 22 de noviembre fue recepcionada por Adif. Esos trabajos, los más visibles y los que no se ven tanto, comenzaron en 2012, después de la adjudicación un año antes. Se trataba de construir una nueva plataforma de ancho UIC, la vía de alta velocidad, y habilitar la conexión con la vía convencional Irun-Madrid, de ancho ibérico, por la que seguirán circulando trenes. Este nexo de unión entre ambos trazados ferroviarios se enredó después de que las administraciones, Gobierno central y vasco, modificaran el plan original, que incluía establecer en ese punto la estación principal del TAV, finalmente en Donostia. Un cambio sustancial, en volumen de obra y en diseño, que obligó a readecuar el proyecto y a resolver los contratos iniciales.
Los datos
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2,4 kilómetros es la longitud de este tramo, que ya se ha ejecutado en un 40% desde que la obra se adjudicó por primera vez en 2011. Esta segunda parte, presupuestada en 46 millones, plantea condicionantes técnicos importantes a salvar como el río Urumea, edificios y la conexión entre las dos redes ferroviarias.
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Plazos previstos :
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Obra Hernani-Astigarraga: En marzo se licita el nuevo contrato, en julio se adjudica y a final de año comenzarán los trabajos.
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Paso a nivel de Ergobia: Se ha iniciado la pasarela provisional, el 1 de abril empieza a construirse el paso superior y el 3 de mayo se cierra el paso a nivel y se abre la pasarela.
Hasta ahora, según informa ETS, se han ejecutado, entre otros, trabajos como el viaducto de aproximación de 617 metros -el que acaba en el vacío-, viales de acceso, muros pantalla, o un paso superior sobre las vías de ancho convencional, por donde siguen y seguirán circulando los trenes de Cercanías o Larga Distancia de Renfe. «Se ha rematado esa obra, y ahora hay que licitar y adjudicar el nuevo proyecto con lo que falta», indican desde ETS, que maneja el nuevo calendario de trabajos. «El objetivo», avanzan, es que una vez Adif revise el proyecto constructivo y le dé luz verde, se licite la obra este mes de marzo, el proceso de adjudicación finalice en julio, y los trabajos se reanuden en «el último cuatrimestre» para concluir antes de que acabe 2022. «Cuando se resolvió el contrato, se habían ejecutado el 40% de los trabajos previstos», indican. Aunque ahora comienza una fase con una «complejidad extra»: la conexión de ambas redes ferroviarias. O lo que es lo mismo, acompasar el ritmo que imprima el Gobierno Vasco al trazado nuevo, con el que logre Adif en la adaptación de la vía actual mediante el tercer hilo, trabajos que siguen a la espera de volver a adjudicarse un año después de su paralización en Gaintxurizketa tras problemas de la empresa constructora.
Nexo entre redes
En concreto, ETS divide en tres partes las obras que quedan por hacer en el tramo Hernani-Astigarraga, que ahora están presupuestadas en 46 millones de euros (sin IVA), a los que habría que sumar los 86 ya invertidos desde 2011. De forma general, los operarios deben culminar la plataforma del tronco UIC, el de alta velocidad, «insertándolo entre las vías de la línea de ancho ibérico», con el fin de conectar ambas redes «una vez superadas las diferencias de cota que los separan». Esta obra generará «una playa de vías», con alta velocidad en el tronco central y ancho ibérico en los laterales, que tendrán «la misma alineación recta y pendiente constante», explican desde ETS. Y es en el entorno de esa confluencia de vías donde se proyecta construir la nueva estación de Astigarraga, que se suma a la red de Cercanías pero cuyas singulares características dará a conocer hoy la consejera Arantxa Tapia.
La primera tarea de este otro 'nudo' de Gipuzkoa es terminar los «viaductos de aproximación y del tramo central de Hernani», donde los técnicos tienen que bregar con el río Urumea -sus resguardos, los cruces sobre su cauce...- y con el viaducto del corredor viario que tienen que cruzar por debajo. La segunda complicación técnica está en la «curva en S» que el trazado describe a la salida de ese segundo viaducto, el de Hernani Tramo Central, antes de enfilar la alineación recta de la playa de vías donde conectan las dos redes ferroviarias. «Las edificaciones y un meandro del río» condicionarán esa curva. Y la tercera parte es la propia playa de vías, que también está «condicionada por edificaciones en su parte final, alineaciones de pilas del viaducto del Segundo Cinturón y por la exigencia de que el «perfil longitudinal» de esa zona de vías quede «por encima de las cotas de avenida de 500 años en el Urumea», explican con todos los detalles técnicos desde la gestora ferroviaria vasca.
Al final, el tramo central de alta velocidad en este punto tendrá una longitud total de 2.160 metros. Fuera de ese trazado, y en otro proyecto constructivo que también está en redacción, quedará ese futuro apeadero de Cercanías del que podrán beneficiarse los vecinos de Astigarraga. Es una de las tres nuevas estaciones previstas en el territorio, junto a Ezkio -que será puesto de adelantamiento y estacionamiento de trenes (Paet)- y a la principal del TAV en San Sebastián, que igualmente se encuentran en fase de redacción de los proyectos antes de que se inicien las obras, si se cumplen las previsiones más optimistas, este mismo año.
El tramo Hernani-Astigarraga es el último previsto en el cronograma del Gobierno Vasco para el ramal del TAV en Gipuzkoa. Con este trazado son cinco los que están en marcha, aunque la mayoría están avanzados en más del 90% y se prevé que concluyan este mismo año. Según la última actualización del estado de las obras, está a punto a finalizar el tramo Urnieta-Hernani que enlaza con este último. ETS también tiene previsto entregar a Adif el Zizurkil-Andoain; Hernialde-Zizurkil y el An-tzuola-Ezkio/Itsaso Oeste. Si se cumple la previsión, Gipuzkoa tendría su red de alta velocidad completa, a falta de esos 2,4 kilómetros y del nudo de Bergara, pero ya no depende del Ejecutivo vasco.
Una pasarela superior sustituirá desde mayo el paso a nivel de Ergobia
Los trabajos del TAV generan afecciones o cambios en los entornos urbanos por los que cruzará el tren. Algunos resultan negativos para el paisaje, el medio natural o para los propietarios de terrenos que se ven expropiados forzosamente pese a las compensaciones económicas, pero otros pueden resultar beneficiosos como, en este caso, para los vecinos de Ergobia, que ya no tendrán que atravesa a ras de vía el paso a nivel con barreras que aún permanece en el municipio. Las obras del trazado Hernani-Astigarraga, y la futura estación de Astigarraga, requieren eliminar dicho cruce, donde hace años ya se registró algún siniestro, y sustituirlo por un paso superior para que los vecinos de Okendotegi no queden «incomunicados» y puedan seguir atravesando de un lado a otro, uno perteneciente al municipio de Astigarraga y otro a Donostia. Entre tanto, una pasarela provisional que ya ha empezado a construirse permitirá el tránsito.
La construcción de esa pasarela comenzó hace unos días, y está previsto que se abra a los peatones el 3 de mayo, fecha en la que se cerrará el paso a nivel. Será, indican desde ETS, una «estructura iluminada con rampas y escaleras, suelo antideslizante y pantallas antivandálicas en la zona sobre las vías». Las obras de la solución definitiva para ese cruce,y el paso superiorse inician el 1 de abril, y está previsto que se prolonguen 10 meses.
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