Subida a los pastos sin mucha fiesta

Serán cerca de 17.500 ovejas, 750 cabezas de ganado caballar y 1.000 de vacuno los que se dispersarán por más de 3.300 hectáreas, que abarcan todo el área central de la vertiente guipuzcoana de la sierra de la Mancomunidad Enirio-Aralar. Tierras que pertenecen a los municipios de Legorreta, Itsasondo, Arama, Altzaga, Gaintza, Zaldibia, Ataun, Beasain y Lazkao, y las pertenecientes a la unión de Amezketa.

Hace ya 22 años que el 1 de mayo de 1998 se marcó como la fecha festiva de la apertura de los pastos de Aralar. Fue en 1998, cuando se organizó el Día de Aralar en Larraitz, una sencilla celebración a llevar a cabo en ese kilómetro 0 y punto de partida del ascenso a la sierra. La Mancomunidad Enirio Aralar es la encargada de organizar dicha fiesta que supone el permiso para los ganaderos de la zona para el aprovechamiento natural y lógico para los rebaños, ganado vacuno y caballar, del forraje con el que alimentarse hasta el otoño.

Hecho que está aceptado en la actualidad, pero que provocó numerosos conflictos durante generaciones entre ganaderos y pastores de los valles cercanos. Por ese motivo, la Mancomunidad dando respuesta a las correspondientes trabas administrativas que se produjeron durante años, el 14 de noviembre de 1409, firmó una escritura que ponía fin al litigio que desde años antes mantenían en torno a la titularidad de estas tierras Juan de Amezketa y las localidades agrupadas en torno a Ordizia: Legorreta, Itsasondo, Arama, Altzaga, Gaintza, Zaldibia, Ataun, Beasain y Lazkao, y las pertenecientes a la unión de Amezketa (Bozue): Abaltzisketa, Orendain, Ikaztegieta y Baliarrain, titulares de algo más de 3.300 hectáreas, que abarcan todo el área central de la vertiente guipuzcoana de la sierra, ayuntamientos, agrupados en la Mancomunidad Enirio-Aralar.

Este año, el ganado disfrutará de los pastos, pero los humanos deberemos esperar unas semanas para poder verlos en los alrededores de Enirio.

El 1 de mayo no es la única cita importante que ha ensombrecido el coronavirus este año. El miércoles de la Semana de Pascua, Ordizia se transforma en el escenario de la celebración del Artzain Eguna. Una cita ineludible para pastores, elaboradores de queso, especialistas gastronómicos y otros muchos aficionados de este delicioso manjar. El Covid-19 ha provocado que este año no han podido participar en la fiesta en la que se da a conocer el nuevo queso Idiazabal.

Una fiesta que comenzó a celebrarse el 20 de mayo (sábado) de 1995, organizada por el Ayuntamiento, la Denominación de Origen Idiazabal, la Cofradía del Queso Idiazabal de Ordizia, y la entonces Asociación de Agricultura de Montaña, hoy agencia de desarrollo rural; Goimen, acompañada de un mercado extraordinario. Con esta iniciativa sus organizadores han querido ofrecer un sencillo homenaje a esas personas o entidades que sin ser, en su gran mayoría, parte intrínseca del sector le han apoyado.

Además, cada año, un invitado tiene el honor de realizar el corte del nuevo queso Idiazabal. El primero, aquel mayo de 1995, fue realizado por Juan Mari Arzak. Al año siguiente, lo efectuó Pedro Subijana y le siguieron Hilario Arbelaitz, José Juan Castillo, Karlos Arguiñano, Martín Berasategi, así como Andoni Luis Aduriz, Elena Arzak, Iñigo Lavado, Joxe Mari Aizega, Rubén Trincado, Roberto Ruiz y el maestro Luis Irizar entre otros muchos.

El año pasado, el Artzain Eguna asistía a su vigesimoquinta edición, especial conmemoración en la que procedió a hacer los honores, Aizpea Oihaneder (Xarma jatxetxea, de Donostia). Este año continúa la incógnita de quién cortará el queso Idiazabal como se ha realizado, y cuándo, ya que el ayuntamiento de Ordizia no ha decidido la fecha para tan importante cita. Habrá que esperar, pero seguro que la espera mercerá a pena. El virus no podrá con la calidad del queso Idiazabal de 2020.