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Gonzalo Tofiño e Idoia Muniain, durante una comida junto a sus tres hijos Araitz, Arnau e Irune Muniain Tofiño. dv

Solo el 5% de los guipuzcoanos pone el apellido materno a los niños

La reforma del Código Civil eliminó en el año 2000 la prevalencia del apellido del padre, aunque en Gipuzkoa «solo unos pocoshacen el cambio»

Lunes, 26 de septiembre 2022

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Sea por la inercia de la tradición o por simbolismo, el primer apellido sigue siendo el paterno a la hora de inscribir a los hijos. Desde que se aprobó la Ley del 6 de noviembre de 1999 -que eliminó la prevalencia del apellido del padre y permitió a los progenitores poder decidir el orden de los apellidos- a día de hoy quienes optan por realizar el cambio son una minoría. De hecho, no existen datos estadísticos en los registros civiles de Gipuzkoa pero según observan a diario, «no ha supuesto un 'boom'» de progenitores que anteponen el apellido de la madre ni mucho menos. En concreto, el año pasado se recibieron tan solo 70 solicitudes para registrar el apellido de la madre en primer lugar del total de 1.233 recién nacidos en el territorio, por lo que esta opción es casi anecdótica.

La reforma del Código Civil, a pesar de su importancia por incorporar el principio de igualdad, apenas ha tenido impacto en el número de bebés con apellido de la madre, pues solo representan el 5% del total. Así que de momento, parece que la tradición se mantiene a favor del apellido paterno. «La gente sabe que existe esa posibilidad, tienen la información, pero es algo que ni se plantean», según comentan en el Registro Civil de San Sebastián.

Conservar el apellido más original, el que está provisto de más simbología o para evitar que desaparezca son las razones que suelen influir a la hora de invertir el orden de los apellidos. También hay quienes ven una «discriminación» la prevalencia del apellido masculino y consideran que poner primero el patronímico de la madre es una forma de visibilizar la igualdad.

Desacuerdo

La ley también prevé el supuesto de que el padre y la madre no alcancen un consenso a la hora de inscribir al bebé. Por defecto, el apellido paterno es al que se le daba preferencia hasta que en 2017 la ley dio un paso más. Entonces se modificó nuevamente el artículo referido al orden de los apellidos, que señala que «en caso de desacuerdo, el encargado del Registro Civil deberá decidir el orden teniendo en cuenta el interés superior del menor. Aunque «todos los casos que nos llegan, bien directamente desde el hospital o quienes acuden al Registro Civil, lo hacen de común acuerdo, nunca hemos tenido un caso de conflicto en este sentido», aseguran en las oficinas donostiarras.

LOS PASOS A SEGUIR

  • Apellidos de la familia

  • Por defecto Hasta hace cinco años, con la modificación del artículo referido al orden de los apellidos, el sistema español daba preferencia al apellido paterno.

  • Cambio de orden El padre y la madre, de común acuerdo, pueden invertir el orden de los apellidos del hijo en el momento de solicitar la inscripción del nacimiento de este. La inscripción del nacimiento debe hacerse en el hospital o en el Registro Civil. Para ello, la pareja debe indicar que van a optar por la inversión del orden de los apellidos. Para ello, no es necesario aportar ninguna documentación extra, aunque deben acudir ambos progenitores conjuntamente a realizar la inscripción.

  • Para toda la saga El orden convenido para el primer vástago regirá en las inscripciones de los siguientes hijos de los mismos padres.

  • Decisión de los hijos Al alcanzar la mayoría de edad, los hijos pueden solicitar que se altere el orden de sus apellidos.

En caso de tener más descendencia, todos los hermanos deben tener sus apellidos en el mismo orden en las inscripciones de nacimiento posteriores. Si hubiera hijos de anteriores parejas, el orden de los apellidos de estos no afectaría a la hora de decidir el de los nuevos descendientes en común.

Además, los hijos únicamente pueden llevar como primer apellido el primero de la madre o del padre, no el segundo ni posteriores.

Al alcanzar la mayoría de edad, los descendientes pueden solicitar que se modifique el orden de sus apellidos. Eso sí, esta alteración del orden sólo puede realizarse una vez, de tal forma que no es posible volver a la situación anterior» explican desde el Registro Civil de San Sebastián.

Solo el del padre

El apellido es la primera herencia que se recibe nada más nacer si bien las leyes son diferentes en cada país, desde olvidar el de la madre a primarlo por encima del padre. De hecho, hace una década, casi toda Europa usaba primero, e incluso únicamente, el apellido el padre para inscribir a los hijos, aunque las cosas han ido cambiando con el tiempo. En Francia, desde 2005 los padres pueden elegir poner uno o dos apellidos, y en el orden que quieran, al igual que en Italia, donde los progenitores ya pueden decidir asignar a sus hijos ambos apellidos en el orden que quieran o sólo uno de ellos, a raíz de una sentencia del Constitucional italiano del pasado 27 de abril, que tumba la ley que atribuye automáticamente el apellido del padre por considerarla «discriminatoria y perjudicial para la identidad del hijo».

En Rusia y otros países como Bulgaria, el apellido se forma añadiendo un sufijo al nombre del padre, variando en función del género del hijo o hija. Uno de los casos curiosos es del de Suecia, donde la pareja decide el orden de los apellidos pero si no hay acuerdo se registra al niño con el de su madre.

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