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Las puertas de Aralar ya coronan el Santuario de San Miguel
Un centenar de personas ha acompañado a los bueyes que transportaban las nuevas puertas desde Uharte Arakil los últimos 10 kilómetros hasta el santuario de San Miguel de Aralar
El Santuario de San Miguel de Aralar ya tiene colocadas sus nuevas puertas tras un largo viaje transportadas al antiguo modo, en un carro llevado ... por bueyes. Este domingo un centenar de personas ha acompañado a la comitiva los últimos diez kilómetros de recorrido, desde Uharte Arakil. Tras 80 kilómetros de marcha desde Pasaia, hoy ha finalizado el periplo para colocar las nuevas puertas elaboradas por carpinteros de Albaola tras el ataque sufrido hace unos meses en el que un incendio destruyó las puertas anteriores.
El pasado miércoles un percance con uno de los bueyes que transportan la puerta del Santuario de San Miguel de Aralar provocó retrasos en la ruta de los animales y obligó a la organización a sustituirlo y hacer parte del recorridode ese día en remolque.
Desde primera hora, mientras cubrían el tramo entre Tolosa y Lazkao, uno de los animales comenzó a mostrar problemas en una pata y ha bajado el ritmo. Aunque en un principio conseguió seguir, a medida que sumaba kilómetros a sus patas el animal empeoró y ya no podía ni caminar ni arrastar el peso del carro. Por ello, los organizadores, velando por el bienestar animal, decidieron retirarlo y llevarlo de vuelta a su criadero en Errenteria para ser debidamente atendido.
Este domingo se ha puesto fin fin a 80 kilómetros que se han dividido en siete etapas para atravesar en peregrinación popular todo el territorio de Gipuzkoa de norte a sur y llegar a Navarra. Desde el pasado día 9 se han recorrido 21 pueblos de Gipuzkoa y Navarra. Ha sido un peregrinaje cargado de «tradición, comunidad y fe» y que culminacon la instalación y bendición de la puerta y la inauguración de la renovada Ermita de la Trinidad.
Decenas de personas han presenciado la bendición de las nuevas puertas, que ya presiden la entrada al santuario. Tal y como ha recordado el capellán del santuario de Aralar, Alfonso Garciandia, «en Tolosa nos hicieron una gran acogida a nuestro paso por Tolosaldea. Allí, nos entregaron una llave en cuyos dientes está inscrita la palabra en euskera: 'hitz'. Espero que las buenas palabras superen a las malas». El navarro quiso destacar el carácter conciliador del proyecto de colocación de las puertas de Aralar, que se han convertido en un símbolo de 'auzolan', trabajo comunitario.
En términos similares se pronunció Agote, satisfecho por la respuesta de los fieles y los que, sin serlo, mostraron su apoyo a los impulsores de la iniciativa, «tras el atentado que se produjo en el santuario. No en vano, San Miguel es el guardián de toda Euskal Herria y hemos querido mostrar la importancia del suceso dándole la visibilidad que consideramos ha sido insuficiente hasta ahora. Las consecuencias del fuego que dañaron prácticamente las antiguas puertas íntegramente, podían haber sido muchos mayores teniendo en cuenta las características del edificio, ya que la techumbre del atrio de San Miguel es de madera y podía haber prendido todo el edificio con la consecuente pérdida de un lugar muy querido y venerado por mucha gente».
Compañeros de camino
Desde que el lunes, el equipo de trabajo capitaneado por Xabier Agote partiera desde Pasaia, han recorrido unos 66 kilómetros hasta su destino, el santuario de Aralar donde centenares de personas esperaron la llegada de las puertas que han realizado el trayecto sobre un carro tirado por una pareja de bueyes guiados por Aitor Matxain.
La hazaña no ha sido sencilla, pero superando diferentes contratiempos, como el exceso de calor, la amenaza de tormentas, la lesión de alguno de los protagonistas, ha sido acompañado de numerosas anécdotas. Alfonso Garciandia ha sido el encargado de animar la marcha haciendo sonar un amplio repertorio de canciones religiosas y populares lo que ha hecho el camino mucho más ameno y que el buen ambiente imperara entre los asistentes a las siete jornadas que han separado Pasaia de Uharte Arakil, y más concretamente del santuario de Aralar.
Junto a Garciandia, Agote, Matxain y los bueyes ha habido un grupo de senderistas que han participado en todas las jornadas de traslado. Julio ha sido uno de ellos. El hernaniarra se mostraba muy satisfecho tras haber completado el recorrido. «Ha sido una bonita experiencia que hemos ido haciendo a buen ritmo». Koro, Mari Jose y Loli eran tres de las acompañantes que han apoyado la iniciativa. En el caso de Loli, también ha sumado los 66 kilómetros de recorrido hasta el santuario. La vecina de Hernani guarda un gran recuerdo de la experiencia y destaca las numerosas cosas positivas que le ha aportado haber formado parte de la comitiva que trasladó las puertas de Aralar.
En el santuario, la llegada de estas generó gran expectación y el propio excapellán del templo navarro, Mikel Garciandia, obispo de Palencia en la actualidad, quiso presidir la misa oficiada al mediodía en la que participó la Capilla de música de la Catedral de Pamplona. Tras el oficio religioso, se bendijo la ermita de la Trinidad que ha sido restaurada. El sonido de las campanas fueron las encargadas de animar la mañana de este domingo que a pesar de la niebla y viento fresco de Aralar, ha convertido el acto de inauguración de las nuevas puertas en un momento histórico.
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