Piden prisión permanente para el asesino de la eibarresa Rakel López y de su hijo Markel, de 12 años
Tras dos años, la instrucción del caso ha terminado y está pendiente de que se señale la fecha del juicio | Los hechos serán juzgados por un jurado en la Audiencia de Madrid, ya que los crímenes se cometieron en un piso de Alcobendas
Han transcurrido dos años desde que se cometieron los asesinatos de la eibarresa Rakel López Airas y su hijo Markel, de 12 años. Los cuerpos ... de ambos fueron hallados con múltiples heridas por arma blanca en la vivienda de Alcobendas donde madre e hijo vivían junto a la pareja sentimental de ella, el ciudadano marroquí Mounir Ayad, de 39 años, autor de los crímenes. Hoy, la instrucción judicial del caso está cerrada. Ya solo resta que el presunto asesino sea juzgado. Aún no hay fecha señalada para el juicio, pero fuentes próximas al caso afirman que será en el transcurso de este año.
La vista tendrá lugar en la Sección 26 de la Audiencia Provincial de Madrid y será un jurado popular el que tendrá que determinar el grado de culpabilidad del procesado. Mounir Ayad se enfrenta a las máximas penas que el ordenamiento jurídico español contempla para quienes cometen delitos de esta naturaleza.
La Fiscalía Provincial de Madrid y la acusación particular que ejerce la familia de Rakel y Markel sostienen que el investigado es autor de dos delitos de asesinato. Por la muerte de la madre solicitan veinticinco años de prisión, en tanto que por la de Markel reclaman lo máximo que se puede pedir: prisión permanente revisable. En el procedimiento está también personada la Comunidad de Madrid, que demanda veinticinco años de cárcel por cada uno de los asesinatos.
Además, las acusaciones exigen que el encausado indemnice con 180.000 euros a cada uno de los dos hijos que Rakel tuvo en una relación anterior y con otros 120.000 a cada uno de los padres de la propia Rakel.
La familia está representada por profesionales del mundo del derecho pertenecientes a un despacho de Madrid, aunque es la letrada eibartarra María Luisa Soroa quien desempeña las labores de coordinación y comunicación entre los abogados madrileños y la familia de las víctimas.
Fiscalía y acusación piden 25 años por el crimen de Rakel y prisión permanente revisable por el de Markel
La eibarresa fue hallada en su domicilio con 32 puñaladas; su hijo tenía seis y signos de asfixia
La defensa del acusado pide la absolución. Sostiene que Mounir Ayad actuó condicionado por una alteración psíquica producto del consumo de alcohol y drogas. Entiende que en el momento de los hechos no era dueño de sus actos y cree que lo adecuado sería la aplicación de una eximente por alteración psíquica.
Tras su detención, el acusado se acogió a su derecho a guardar silencio, si bien con posterioridad compareció voluntariamente ante el juzgado instructor, donde se le tomó declaración. De sus palabras, sin embargo, fue poco menos que imposible obtener un reconocimiento de los hechos.
Asesinatos brutales
Los asesinatos de Rakel López y su hijo Markel fueron cometidos con gran brutalidad. Baste señalar que la autopsia reveló que la madre presentaba nada menos que 32 heridas por arma blanca. El menor tenía en torno a media docena. Los médicos forenses que practicaron la autopsia hallaron en el pequeño evidencias de que pudo haber sufrido algún tipo de presión en el cuello, como si el agresor hubiese tratado de asfixiarle.
El doble crimen conmocionó a la sociedad. En Eibar, localidad natal de la madre y donde la familia reside, el impacto fue todavía mayor. Cientos de personas se dieron cita dos días después en una concentración de repulsa convocada en la plaza de Unzaga.
Los cuerpos de Rakel, de 44 años, y su hijo fueron descubiertos la mañana del 2 de mayo de 2017, en una vivienda de la calle Dos de Mayo de Alcobendas. Sin testigos directos de lo acontecido, salvo el propio acusado, el Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía cree conocer lo que pudo ocurrir el día de autos en la casa. Sospechan que el agresor accedió al domicilio y que una vez dentro se inició una discusión en el transcurso de la cual Mounir Ayad apuñaló a Rakel. Mientras, Markel, que según se cree permanecía dormido en aquel instante, se habría despertado a causa de los gritos, tras lo cual acudió en auxilio de su madre, momento en el que fue agredido.
Tras cometer los hechos, el autor huyó de la zona y dispuso de unas horas para buscar un lugar seguro. Sin embargo, transcurrido un tiempo informó de lo que había acontecido. Lo hizo mediante una llamada que realizó a una prima suya residente también en Alcobendas. En ella admitió los acuchillamientos y tras este aviso, otro familiar se personó en el piso donde vivían y halló los cadáveres.
28 días huido
La huida del sospechoso hizo que se desplegase un amplio dispositivo de búsqueda. La Policía Nacional cursó la orden de detención y puesta a su disposición tanto a la Guarda Civil, a la Ertzaintza como a los Mossos. También tramitó la denuncia a la Interpol, ya que sospecharon que el procesado había podido abandonar el país y esconderse en Marruecos, ya que allí contaba con el apoyo de familiares directos y allegados. También se barajó la posibilidad de que hubiese escapado a Francia, donde había residido y, por lo tanto, disponía también de amigos.
Por todo ello, los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado habían extremado la vigilancia en los puntos críticos con mayor tránsito de personas como estaciones de tren y autobuses, así como en puertos y aeropuertos.
El investigado tenía la experiencia suficiente como para desenvolverse en ámbitos de fuera de la legalidad. Contaba con antecedentes policiales por «delitos graves», según indicó entonces la delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Concepción Dancausa, a las pocas horas de que se conocieran los asesinatos. Se sabía que sobre Mounir Ayad recaían imputaciones por homicidio en grado de tentativa en 2003, así como por violencia e intimidación.
El sospechoso permaneció huido de la justicia tres semanas. Nada se supo de él hasta que el día 30 del mismo mes fue descubierto por dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía, Alberto y Lorena, que hacían deporte en el parque Rodríguez Sahagún de Madrid. «Mi compañero y yo estábamos haciendo 'footing' cuando nos hemos dado cuenta de la presencia del sospechoso. Estaba sentado en un banco. No se le veía nervioso y tampoco parecía que estuviera adoptando ninguna medida especial de precaución. Nos ha visto llegar y se nos ha quedado mirando. Le hemos preguntado que cómo se llamaba y seguidamente le hemos requerido la documentación. Era él, Mounir Ayad. No ha realizado ningún movimiento para darse a la fuga», declaró la agente de policía a este periódico a las pocas horas de la detención.
El detenido fue conducido en primer lugar a la comisaría y más tarde fue puesto a disposición del juzgado competente, cuyo titular dictaminó su ingreso en prisión «comunicada y sin fianza». El acusado permanece desde entonces recluido en la penitenciaría de Soto del Real, en Madrid. El pasado 23 de abril, la Audiencia prorrogó su situación de privación de libertad, ya que está a punto de expirar el plazo máximo de dos años que una persona puede permanecer privada de libertad sin ser juzgada.
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