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En una sociedad cada vez más envejecida como es la guipuzcoana, las ayudas a la dependencia no hacen más que sumar beneficiarios. Los usuarios de estas prestaciones en el territorio son ya casi 16.000 y alcanzan así la cifra más alta de los últimos ... siete años. Se reparten entre quienes reciben un cheque para contratar a un asistente personal (PEAP) y los que prefieren dedicar la paga al cuidado en el entorno familiar (PECE). Además, hay algunos, aunque sean la minoría, que optan por solicitar la ayuda que contribuye al coste de una plaza en una residencia privada mientras se consigue una cama en régimen concertado (PEVS). Sea como fuere, pese al esfuerzo de la Diputación de Gipuzkoa por profesionalizar los cuidados en el hogar en los últimos años, todavía son mayoría los dependientes que optan por la asistencia de un familiar que convive con ellos en el hogar en vez de contratar a una persona formada para ayudarles en todo lo que necesiten.
Desde 2018, el número de personas que reciben estas prestaciones ha aumentado un 2,5%, según datos del Departamento de Cuidados y Políticas Sociales. Pero si se comparan las cifras del 2023 con el año que acabamos de despedir, el incremento es de más de un 4%. Suben tanto los perceptores de las ayudas para contratar a un cuidador, que se situaban en 6.593 el pasado noviembre, como los que reciben la prestación para el cuidado en el entorno familiar, que son un total de 9.056. Sin embargo, baja la cifra de quienes piden la ayuda para cubrir una plaza residencial privada mientras logran el acceso a una concertada (278).
El año terminó así con la mayor cifra de beneficiarios de los últimos tiempos. ¿El perfil? Más de la mitad, el 56%, tiene entre 80 y 99 años y la mayoría, casi dos de cada tres, son mujeres. Así, el grupo más abundante lo forman 8.909 mayores, de los que 6.262 son féminas. Pero también hay menores que reciben las ayudas a la dependencia, que como el nombre indica están destinadas a todas aquellas personas que necesitan de un apoyo en su día a día. Es más, 1.125 perceptores no llegan a la mayoría de edad. Casi la totalidad de este colectivo percibe las ayudas para cuidados en el ámbito familiar (PECE), dirigidas a contribuir en la cobertura de los gastos de la atención de la persona en situación de dependencia por parte de un familiar que debe convivir en su mismo hogar y, por ende, estar empadronado en la misma dirección.
Precisamente las PECE son las prestaciones más demandas en la actualidad en Gipuzkoa, aunque hace tiempo que el área de Cuidados y Políticas Sociales trabaja para reforzar los cuidados profesionalizados en el hogar quitando la carga extra que recae en los familiares, normalmente mujeres que en ocasiones incluso dejan su trabajo para dedicarse por completo al bienestar de la otra persona.
Hace justamente ahora un año que la Diputación modificó las cuantías mínimas que van desde los 100 euros mensuales a los 200 para que todas las personas dependientes puedan percibir una ayuda económica independientemente de la situación económica previa. Y el Departamento que lidera Maite Peña ha lanzado recientemente una campaña para que todos aquellos posibles beneficiarios que por ahora no perciben ningún tipo de ayuda la pidan. La cantidad depende del grado de dependencia del solicitante y, en lo que corresponde a la paga para cuidados en el entorno familiar, la cuantía asciende hasta los 524 euros al mes en caso de menores con un grado III de dependencia, y hasta los 424 euros para los mayores en la misma situación. Se abonan doce pagas al año, siempre que se cumplan algunos requisitos, como estar empadronado y ser residente en Gipuzkoa, entre otras cosas.
Profesionalizar los cuidados de las personas dependientes es uno de los objetivos del área de Cuidados y Políticas Sociales de Gipuzkoa. En el último lustro, cerca de 7.200 cuidadores familiares han recibido formación para ayudar a dependientes en el territorio y este mismo año el Consejo de Gobierno ha aprobado el expediente de contratación del servicio para el apoyo a las familias cuidadoras de personas dependientes de Gipuzkoa. Desde el año 2018, es obligatorio que las beneficiarias de la ayuda económica de cuidados en el entorno familiar PECE acrediten que el cuidador principal cuenta con una formación básica para prestar la atención.
Después de las PECE, las prestaciones más demandadas son las PEAP, que contribuyen en la cobertura de los gastos de la contratación de asistentes personales que faciliten la autonomía de las personas con dependencia. El objetivo de Gipuzkoa, en cualquier caso, es que vaya aumentando el número de perceptores de esta ayuda. Precisamente es el territorio donde más cobertura poblacional tiene la PEAP. A diferencia de lo que ocurre en el resto del Estado, en Gipuzkoa esta prestación está abierta a las personas mayores desde 2008, tal y como se refleja en los datos. Solo en nuestro territorio, 6.593 personas se benefician de ella, el 65% del total de usuarios que cobran este cheque en el conjunto del Estado. La mayoría aquí también son mujeres, el 71,12%, y excepto 24, el resto tienen más de 18 años. El grupo más abundante son los mayores de 80, como ocurre con el general de los beneficiarios de las ayudas a la dependencia, excepto las PECE. En este caso, las cuantías oscilan entre los 100 euros mensuales y los 876 para quienes tienen un grado III de dependencia.
En estos momentos, la edad media de los ingresos en residencias es de 84,42 años, y en su mayoría (86%), son perfiles de grandes dependientes (grados II y III). Los servicios más utilizados en el hogar son las prestaciones económicas y las ayudas técnicas, y la combinación de los diferentes servicios favorece una mayor permanencia en el propio domicilio, según un reciente estudio elaborado por la Diputación, que muestra que quienes antes de entrar a un centro de mayores han sido usuarios de alguna ayuda como la prestación para contratar a un cuidador PEAP o la PECE para cuidados en el entorno familiar ha retrasado su edad de ingreso en una residencia como mínimo un par de años.
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Macarena Tejada
Estas ayudas, recoge el estudio, «conducen a mantener a los usuarios en casa. Particularmente las prestaciones para contratar un asistente personal PEAP logran que el número de usuarios de centros de día que viven en sus domicilios sea mayor que quienes están en una residencia». Y no solo eso, retrasa la edad de ingreso a un recurso un lustro, mientras que quienes la combinan con otra ayuda ingresan en una residencia una media de 4 años más tarde.
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