La pandemia acentúa la caída de la natalidad en Gipuzkoa y la lleva a mínimos históricos

Nueve meses después del periodo en el que apenas se podía salir de casa, la cifra de alumbramientos ha caído en Gipuzkoa un 11%, a razón de un 9,4% en noviembre, un 8,2% en diciembre y hasta un 16,3% en enero. En esos tres meses vinieron al mundo 1.084 bebés en el territorio, 138 menos que los 1.222 del mismo trimestre de doce meses antes.

Son retrocesos muy superiores a los habituales. En los últimos años, el descenso medio de la natalidad ha oscilado entre el 2% y el 7%, en función de variables demográficas (mayor o menor aumento de la inmigración) y económicas (si se trataba de un año de crisis, estabilidad o recuperación). El año pasado, por ejemplo, el total de nacimientos en Gipuzkoa apenas se redujo un 2,15% respecto a 2019, hasta los 5.029, según las cifras preliminares del Instituto Nacional de Estadística (INE) obtenidos a través de las inscripciones en los registros civiles.

De hecho, el desplome producido en noviembre y diciembre por efecto del Covid truncó el que podía haber sido un año inusual en el que los alumbramientos aumentaran respecto al año precedente. Hasta octubre, el saldo era de una caída de apenas un 0,95% respecto a 2019, con 4.304 altas frente a las 4.345 del mismo periodo del año anterior. Como detalle, en seis de esos diez meses (febrero, marzo, abril, junio, julio y agosto) se habían producido más nacimientos que en el mismo mes de 2019, siempre según el INE. En la última década, solo en dos ocasiones (2010 y 2014) se ha registrado un aumento de partos.

El resultado es que el número de nacimientos se sitúa ya en Gipuzkoa de forma consistente por debajo de los 400 al mes, con 396 en noviembre, 399 en diciembre, y 357 en enero. Un hecho inédito que se compara con los más de 1.100 que se contabilizaban en 1976, al comienzo de la democracia; los 500 en el año 2000, y los 600 en 2010, año que marcó el fin de un periodo de crecimiento de 15 años y dio paso a la actual senda descendente.

Los datos confirman que por encima de la oportunidad que para la procreación pudieron suponer las largas horas de convivencia durante el confinamiento, han pesado más la incertidumbre sobre el futuro laboral y vital que ha traído la pandemia, y las dudas que existían en un primer momento sobre los riesgos añadidos que el Covid pudiera suponer tanto para las mujeres embarazadas como para los fetos.

El fenómeno no es exclusivo de Gipuzkoa. De hecho, la caída de la natalidad en los tres meses que van de noviembre a enero es mayor en Bizkaia (19%) y Álava (13%), para un descenso medio en Euskadi del 15%. Esto supone que se han registrado en la Comunidad Autónoma Vasca 594 nacimientos menos que en el mismo periodo del año pasado. En concreto, fueron 3.174 frente a los 3.768 del noviembre-enero anterior.

Lo mismo ha sucedido en el conjunto de España. En este caso la bajada en esos tres meses es del 16,8%, hasta los 73.878, que representan 15.000 bebés menos que un año antes. El desplome fue especialmente intenso en diciembre y enero, con sendas caídas en el número de alumbramientos del 20%, frente al ya relevante 10% que se había registrado en noviembre.

Otro dato que refleja fielmente el problema demográfico que afronta el país si la situación no se corrige es que en diciembre nacieron en España 23.226 personas, la cifra mensual más baja desde que existe la serie estadística del INE, que se remonta hasta el año 1941.

Aunque el número de nacimientos presenta desde hace ya varios años una constante tendencia a la baja, el descenso se ha acentuado nueve meses después del confinamiento, y lo ha hecho en todas las comunidades autónomas. En enero, el impacto fue mayor en Cantabria, Asturias y la Comunidad Valenciana, con retrocesos de natalidad del 27%, 24% y 24%, respectivamente. En el lado opuesto, las menores caídas se produjeron en Navarra (13%), Aragón (10%) y La Rioja (2,6%).

Con una de las tasas de fecundidad (promedio de hijos por mujer en edad fértil) más bajas del mundo, y a falta de comprobar cómo evoluciona la natalidad durante los próximos meses, la crisis del coronavirus puede acentuar para España y Gipuzkoa el problema demográfico que ya padecen desde hace años. Según Naciones Unidas, España es el tercer país con el índice más bajo del mundo, con tan solo 1,24 hijos por mujer, lejos de los más de dos que se necesitan para asegurar el relevo generacional, y solo por encima de China (1,22) y Moldavia (1,23).

Sin que sirva de consuelo, los datos de nacimientos en otros países nueve meses después de la irrupción del Covid apuntan en la misma dirección, aunque con retrocesos menos abruptos en general.

Así, en Francia se registró una caída del 7% en diciembre y del 13% en enero. Unos retrocesos que las autoridades galas consideran «particularmente fuertes». En Alemania, la previsión es que la cifra de alumbramientos se retraiga un 15%, mientras Italia presenta cifras equiparables a las de España, con un descenso de nacimientos del 21,6% en diciembre.

Fuera de Europa, en EE UU y a falta de conocer las cifras de 2020, diversos analistas ya estiman que en 2021 nacerán 300.000 bebés menos que en 2020, cuando la cifra ya se prevé menor que en 2019. Y en China, el país más poblado del mundo y de donde surgió el SARS-Cov-2, los nacimientos cayeron un 15% el año pasado, hasta los 10,04 millones, aunque en este caso es el cuarto año consecutivo de caída y en el dato también influyen las políticas de control poblacional implementadas por el Gobierno de Pekín.