«Mis padres me han inculcado la importancia de ayudar y he incluido a varias oenegés en mi testamento»
Miren es colaboradora de asociaciones como Save the Children y Médicos Sin Fronteras y ha decidido dejarles «un porcentaje» de su dinero cuando fallezca
Miren Rodríguez no concibe la vida sin ayudar a los demás. Desde que era bien pequeña, recuerda a sus padres colaborar con diferentes asociaciones. «Siempre han sido personas de hacer algo por los demás y tanto a mi hermano como a mí nos han inculcado la importancia de ayudar al resto», asegura esta vasca, de 54 años. Recuerda una historia de su madre que le marcó, y que en fechas como estas cobra aún mayor significado. «Hubo una época, cuando todavía vivía con sus padres, en la que acogió a una persona sin hogar en su casa». Recientemente, Miren ha hecho lo mismo con una refugiada ucraniana. «A veces pienso por qué me meto en estos líos, pero siempre merece la pena».
Su día a día gira en torno a la solidaridad. Es lo que ha visto en su casa y lo que, con el tiempo, ha repetido de manera automática. «Porque siempre que se pueda hacer algo por los demás, hay que hacerlo». Ella tiene una hija y está separada. El año pasado decidió que era buen momento para hacer su testamento y entre otras cosas ha incluido a varias entidades sin ánimo de lucro en él. «Un porcentaje del dinero que tengo en la cuenta irá para ellas», asegura, feliz de poder poner «al menos un poco. Porque muchos pocos hacen un mucho», insiste Miren, convencida de la trascendencia de ayudar.
Desde joven ha sido socia de diferentes oenegés y es voluntaria de Contra el Cáncer y el Banco de Alimentos
Su hija tiene 20 años y la decisión que ha tomado su madre le parece «genial». Sabe que para ella es importante ayudar a quienes más lo necesiten. «Y es totalmente compatible, porque ella va a seguir heredando mis cosas, mi casa... Todo». Precisamente por eso, Miren anima a todo aquel que tenga «una situación económica ordinaria» a hacer lo mismo.
Ella, además de ser socia de varias oenegés y colaborar económicamente con todas ellas, presta voluntariado presencial en el Banco de Alimentos y también en Contra el Cáncer. De joven, hizo sus primeros pinitos en Cáritas y entonces se dio cuenta de que «la satisfacción de conseguir que las cosas cambien un poco a mejor en este mundo que está fatal es inmensa».
