«Jamás se me ocurriría abusar de una menor, hay que estar enfermo para hacerlo»
El hombre acusado de violar a una joven de 14 años en una localidad de Urola Kosta niega los hechos por los que la Fiscalía pide para él una pena de 10 años de cárcel
«Jamás se me ocurriría abusar de una menor, hay que estar enfermo para hacer algo así», declaró ayer en la primera sesión del juicio ... el hombre acusado de agredir sexualmente a una joven de 14 años en una localidad de Urola Kosta. La Fiscalía pide para él una pena de 10 años de prisión y que se le imponga una orden de alejamiento sobre la víctima, que a petición de su defensa testificó a puerta cerrada para preservar su intimidad y anonimato. No obstante, al tratarse de un varón extranjero, el Ministerio Público reclama que cuando se hayan cumplido dos terceras partes de la pena se le expulse del territorio nacional.
Los hechos se remontan a la madrugada del 23 de enero de 2022. Ese día, por la tarde, víctima y procesado coincidieron en un bar mientras «tomaban algo y bailaban» con sus respectivos grupos de amigos. Al parecer, en un determinado momento, un grupo de chicos ajeno al de los dos protagonistas se acercó a la joven y, según explicó el investigado, «empezaron a acosarla». Visto el comportamiento «inadecuado» de estos, el encausado decidió intervenir con el fin de «proteger» a la menor. «Me acerqué a ellos para pedirles que pararan de acosarla, nada más», añadió en la vista ante el juez.
Pasado un rato, la víctima y el acusado, junto al resto de amigos, abandonaron el local y se quedaron hablando un rato fuera del mismo. En una de esas conversaciones mantenidas, el hombre, que tenía 23 años cuando presuntamente se produjo el suceso, considera que fue engañado por las chicas, quienes según él le mintieron diciéndole que si no se llevaba a su amiga a casa se iba a quedar en la calle porque no tenía a dónde ir. «No quería que viniese conmigo porque yo tenía novia y además mis padres me habrían echado de casa si nos llegan a ver, pero ellas no paraban de insistirme en que lo hiciera», relató el procesado en varias ocasiones.
Su defensa solicitó que declarase a puerta cerrada para preservar su intimidad y anonimato
Después de estar en las inmediaciones del bar todos se dirigieron hacia un campo de fútbol. «Cogimos un altavoz y las chicas algo de cena», expresó el investigado antes de añadir que vio cómo ellas «portaban también sustancias ilegales». La noche iba entrando y con ella el frío. «Yo me quería ir porque hacía frío y de repente vi que la chica (la víctima) se arrimaba mucho a mí. Estuvimos hablando y me contó varias cosas de su vida, entre ellas que estudiaba en un instituto y que tenía 18-19 años, pero yo no soy tonto y sabía que era una niña», argumentó ante preguntas de la fiscal en relación a lo ocurrido aquella noche. «Me hubiese creído que tenía 17-18 años, pero aun así yo no quería hacer nada y era ella la que no me dejaba en paz e incluso intentó besarme», reiteró el imputado por violación.
«Ella iba todo el rato detrás de mí y una vez en la cama me metió mano e intentó masturbarme»
Ya de camino a casa, siempre en declaraciones del acusado, este prestó su abrigo a la menor para que no se resfriase al tiempo que trataba de convencer a su amigo para que fuera él quien se llevara a casa a la joven. Sin embargo, el amigo no aceptó la propuesta y finalmente ambos acabaron juntos en la vivienda del investigado. «Terminé ofreciéndole que se quedase porque era eso o que se quedase tirada en la calle, pero le dejé claro que no haríamos nada», sostuvo en una comparecencia cargada de «contradicciones» respecto a lo comunicado en la fase de instrucción, según la Fiscalía y la abogada de la víctima.
Ambos sostienen que una vez en la vivienda del procesado, este la llevó hasta su dormitorio y se tumbaron en la cama. A pesar de que el hombre era «plenamente consciente» de la edad de la menor, mantiene el Ministerio Público, con intención de «satisfacer sus más reprobables instintos sexuales» comenzó a realizarle tocamientos, «pese a la negativa expresamente manifestada» por la menor en «varias ocasiones». Seguidamente, le quitó la ropa para «masturbarla y penetrarla en tres ocasiones» en un lapso de dos horas, «sin emplear preservativo».
«No hice nada»
Por su parte, el denunciado negó completamente haber mantenido relaciones sexuales con la menor y manifestó que fue ella quien llevó la iniciativa en todo momento. Al parecer, cada uno se colocó en un lado de la cama. La víctima, en el de la pared. «A mitad de la noche noté que me estaba metiendo mano y le dije que parase, que yo quería dormir. Se mosqueó conmigo, pero paró», expresó el encausado. Sobre las cuatro y media de la mañana, «ella se me puso encima y le dije otra vez que parara. Estaba en ropa interior, aunque no sé en qué momento se había quitado el resto, e intentó masturbarme».
Pese a todo, siguieron durmiendo hasta que una hora más tarde «ella se despertó llorando. Me comentó que había tenido una pesadilla por algo que le había pasado de pequeña. No me quiso decir nada más». Ya por la mañana, a eso de las nueve y media, la víctima abandonó el domicilio. «Fue en ese momento cuando me enteré de que tenía 14 años porque me lo dijo después de darme un abrazo». Horas más tarde, quedó con su amigo y recibió varios mensajes de las chicas con las que había estado el día anterior. «Ahí es cuando me dijeron que me iban a denunciar por violación. Yo no me lo podía creer», concluyó. Días más tarde fue detenido por la Ertzaintza. El juicio continuará hoy con la declaración de más testigos.
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