Casi la mitad de las empleadas del hogar en Euskadi no han tenido nunca un contrato laboral

Las profesoras e investigadoras Itziar Guerendiain, Iduzki Soubelet, Leire Amenabar e Izaro Bilbao representaron a la Universidad del País Vasco y expusieron ante el público congregado en una de las salas del Palacio Miramar de Donostia una extensa radiografía de todo lo que atañe a los trabajos del hogar y el cuidado a dependientes. El diagnóstico se ha elaborado tras haber realizado cuestionarios a cerca de 1.400 personas entre población general y empleados de este sector. El perfil tipo de estas empleadas -son en su mayoría mujeres- es el de una mujer de unos 42 años y procedente de países de Centroamérica, como Nicaragua u Honduras. En cuanto a la formación académica de las encuestadas, el 26,9% de ellas tiene estudios superiores, aunque el 80% no los tienen homologados, lo cual les impide acreditar de forma oficial esa formación, evitando su acceso a otros sectores profesionales.

Además, en el diagnóstico elaborado por la EHU e Ikerbasque se refleja que el 27,4% de las trabajadoras se encuentra en situación irregular viviendo en Euskadi y alrededor del 83% de las encuestadas creen que su labor «es indispensable en la sociedad». En cuanto a las tareas que desempeñan, el 77,8% afirma dedicarse a labores de limpieza y el 64,1% al cuidado de las personas mayores y a cocinar y planchar. Después, hay un 9,20% que también se encarga de cuidar a los niños pequeños que haya en el hogar.

Respecto a la modalidad de trabajo, el bloque mayoritario -un 32,10%- está trabajando como empleadas externas por horas en varios domicilios. Casi la cuarta parte de las encuestadas, un 23%, está interna toda la semana en el hogar en el que trabajan y solo el 11,80% lo está únicamente el fin de semana. Con todo, uno de los puntos que más interés suscita a nivel social es el de la forma en la que está regulada su actividad profesional. En este sentido, en el estudio realizado por la EHU, en el que también ha tomado parte Ikerbasque, se indica que el 43,10% de las trabajadoras que han tomado parte en este diagnóstico «nunca han tenido un contrato laboral». El 11,10% lo han tenido en alguno de los hogares en los que han trabajado y el 45,8% afirma haber tenido contratos reglados en todos los hogares en los que han estado. Los indicadores son muy parecidos en el punto de la Seguridad Social, donde los porcentajes son prácticamente idénticos. El 43,40% nunca ha estado dada de alta en la Seguridad Social, el 11,20% lo ha estado alguna vez y el 45,40% lo ha estado en todos los hogares.

En el otro lado de la moneda se encuentran los empleadores de estas profesionales, que también han sido parte importante de este diagnóstico de la EHU sobre los trabajos del hogar. «Se percibe una descompensación entre las condiciones laborales que identifican las trabajadoras y las que identifican los empleadores», destaca Itziar Guerendiain, quien señala que «el 70% de los empleadores consultados considera que había brindado a sus trabajadoras unas condiciones óptimas. Puede ser normal esta descompensación, porque nadie quiere reconocer que ha mantenido en condiciones precarias a sus empleados».

Cuando a los empleadores se les pregunta si estarían dispuestos a dar de alta en la Seguridad Social a sus trabajadoras, el 95% dice que 'sí'. Sin embargo, la disposición ya no es la misma cuando se les habla sobre «pagar los festivos trabajados, concederles horas libres para acceder a cursos de formación social y sanitaria, ponerles en contacto con sindicatos o con otras personas que les puedan asesorar bien sobre cuáles son sus derechos laborales, etc». El compromiso para garantizar estos últimos derechos «baja», sentencia Guerendiain.

En cuanto a los salarios que ofrecen a sus trabajadoras, el 62,30% de los empleadores consultados creen que sus nóminas son normales y el 16,90% opina que perciben sueldos «altos». Solo el 20,80% cree que ganan «poco» dinero por el trabajo que hacen y también hay un 5% que siente que las condiciones laborales de estas profesionales son «malas». El resto de los que han respondido a las cuestiones de las investigadoras de la EHU cree que las condiciones son «regulares» -23%- o «buenas» -72%-.

El estudio, que ha sido elaborado por la Universidad del País Vasco e Ikerbasque, ha contado también con la colaboración de SOS Racismo Gipuzkoa, la Agencia de Desarrollo de Oarsoaldea y la Universidad de Deusto. La financiación ha sido por parte de la Fundación Kutxa. Además de las profesionales que hablaron ayer en los Cursos de Verano, también han tomado parte en la investigación Lorena Gil de Montes, Maitane y Ainara Arnoso Martínez, Magdalena Bobowik, Maider Larrañaga y Uzuri Castelo.