1888 | Las iglesias del Sagrado Corazón
La historia de las iglesias donostiarras ofrece distintos episodios en los que por guerras, incendios o terremotos, han tenido que ser reconstruidas en el mismo ... solar que tenían. Así ocurre con Santa María y San Vicente, que del románico pasaron al gótico y de este, al barroco.
Otras situaciones son las de aquellas a los que se ha cambiado de ubicación, por tener que adaptarse a las nuevas necesidades urbanísticas, paisajísticas o residenciales. El caso más conocido es el de la milenaria iglesia de San Sebastián que a finales del XIX, para construir el palacio de Miramar, fue desplazada hasta la calle Matía. Entre otros, un caso bastante desconocido, y no poco curioso, es el de la parroquia de San Luis Gonzaga, de la que recibe su nombre esta plaza de Herrera. Su historia comenzó cuando en 1907 ocurrió un accidente de coche cerca del caserío Etxeluze y la señora Teresa Barcaiztegui, viuda de Luis Zappino, uno de los fallecidos, quiso recordarle construyendo una capilla en el lugar del suceso.
Para ello compró el caserío donde, en 1913, quedó inaugurada la iglesia y una escuela que su primer año contó con 109 alumnos. La capilla fue parroquia en 1929 y, debido a que se encontraba en el centro de lo que sería el encuentro de la carretera general con la Variante, al construirse esta fue derribada y reinaugurada en 1973 en los terrenos de Fausto Gaiztarro, en Bidebieta, donde permanece en la actualidad.
Sirve este preámbulo sobre iglesias donostiarras para recordar que tal día como el de ayer, allá por el año 1888, quedó inaugurada la segunda iglesia del Sagrado Corazón, cuyo relato también resulta, cuando menos, interesante.
Comienza su historia cuando el año 1885, afectada la ciudad por una epidemia de cólera, para que los feligreses no tuvieran que ir hasta la Parte Vieja, el cura ecónomo de Santa María, tras una entrevista del Ayuntamiento con el obispo, autorizó la apertura de una capilla en el barrio de San Martín, concretamente en la esquina de las calles Urbieta y San Marcial, donde conocimos la pastelería Maíz.
1888
Para evitar tener que ir hasta Santa María, la epidemia de cólera aconsejó construir una capilla en la calle UrbietaRecordando las clásicas de Lapurdi, uno de los pabellones del nuevo mercado de San Martín fue destinado a iglesia.
La que comenzó con carácter provisional pronto quedó obsoleta debido al constante aumento de la población en la zona, planteándose la idea de construir un gran templo acorde con las necesidades espirituales del nuevo barrio. El nuevo Plan General de la ciudad contemplaba un amplio mercado en dicho lugar y, mientras llegaba el proyecto definitivo, se alcanzó un acuerdo para instalar la iglesia en uno de sus pabellones.
Se optó por el más cercano a la calle del Príncipe, hoy Arrasate, separado por un pasillo central del dedicado a mercado en la parte cercana a la de San Marcial y, tal día como el de ayer, 25 de marzo de 1888, fue consagrada la nueva iglesia del Sagrado Corazón.
Por su oscuro maderamen, amplias galerías, coro y órgano, con capacidad para 1.500 personas, se resaltó su similitud con iglesias de Lapurdi. Contaba con altares dedicados al Sagrado Corazón, Santo Cristo, Virgen del Rosario, la Dolorosa, la Soledad, la Sagrada Familia y las Animas del Purgatorio, y fue clausurada al inaugurase en 1897 la actual catedral que, en origen, fue llamada del Sagrado Corazón, nombre sustituido por el del Buen Pastor al tener prioridad la iglesia que los jesuitas tenían programada, bajo dicha advocación, en la calle Garibai.
En 1902, el pabellón donde estuvo el templo se adaptó para pescadería y cinco años más tarde se construyó el pabellón central formando los tres que, en su conjunto, darían cuerpo al mercado de San Martín.
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