La calle de la memoria
1950 | El 'Ferrocarril Funicular al Monte Urgull'Nuestro DV, en su edición del 14 de junio de 1950, publicó una concisa carta, que decía así...
«La cesión del monte Urgull al ... Excmo. Ayuntamiento de San Sebastián está condicionada a que jamás este monte ni sus estribaciones podrán ser industrializados. De construirse el funicular que proyecta el eminente ingeniero donostiarra, ¿se respeta la cesión o se trata de que se lucren a la chita callando –de los beneficios que reportar pudiere este bello lugar– personas conocedoras de esta circunstancia prohibitiva?».
Firmaba «Un donostiarra, pero que no es ingeniero», aludiendo a «un ingeniero donostiarra», que era como firmaba Luciano Abrisqueta los numerosos artículos que publicó en el periódico dentro de su campaña personal en pro de crear un funicular que uniera el puerto donostiarra con la explanada del Macho del monte Urgull.
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En aquel año, el ingeniero Luciano Abrisqueta movió el proyecto de crear un funicular que permitiera subir a Urgull sin caminar. Pero el Ayuntamiento consideró que el vehículo ideado «no responde a ninguna necesidad ni interés público»
El ingeniero Abrisqueta, que había sido concejal en los años 20, resucitó y modificó un viejo proyecto para instalar un funicular al estilo del de Igeldo. Fue muy persistente. Lo presentó ante la junta que organizaba los actos del octavo centenario de la ciudad y logró ser escuchado en el Ministerio de Obras Públicas, competente en materia de vías férreas.
El 8 de mayo de 1950 apareció en el BOE un anuncio de la División inspectora e interventora de las Compañías de Ferrocarriles de Vía Estrecha: «A los efectos de la información pública que determina la legislación vigente para la construcción de ferrocarriles, se hace constar que ha sido presentado por don Luciano Abrisqueta un proyecto para la construcción de un ferrocarril funicular, que se denominará 'Ferrocarril Funicular al Monte Urgull'».
Sin embargo, aunque en 1950 tenía nombre y parecía estar cercana su construcción, el Ayuntamiento se opuso al funicular. La Comisión Municipal Permanente, a propuesta del alcalde Javier Saldaña, formuló «la reclamación oportuna, en nombre del Ayuntamiento de la ciudad y como propietario del monte Urgull, contra el proyecto de construcción de un funicular denominado 'Ferrocarril Funicular al Monte Urgull'».
Para el Ayuntamiento, el proyectado medio de transporte «no responde a ninguna necesidad ni interés público, ni a comunicar regiones o zonas aisladas», y «la mecanización haría perder al monte sus encantos naturales». Además, «en manera alguna pueden realizarse en el mismo reformas y transformaciones que alteren sus características».
Acercar el Sagrado Corazón
El ingeniero Abrisqueta insistió en DV en que «el funicular ni urbaniza, ni industrializa, ni modifica nada. La concesión sólo permite subir y bajar viajeros, y todo lo demás es música de otra parte». Otro factor que citaba a favor de instalar el funicular era el recientemente terminado monumento del Sagrado Corazón, que el proyectado funicular estaba llamado a acercar a todos.
El conde de Hervás le contestaba irónico en el diario que «si practicar estos actos piadosos al pie de su imagen supone el sacrificio (para los que sea un sacrificio), con el ascenso hasta él sin la comodidad del funicular, el mérito será mayor ante Él. ¿O es que los peregrinos de todos los signos no se han impuesto molestias?».
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