La mayor nevada en 22 años paraliza Gipuzkoa
El temporal, que se dejó sentir tanto en el interior como en la costa, generó graves problemas de movilidad, principalmente a primera hora del día. En Donostia y Zumaia se acumularon espesores de hasta quince centímetros y los arenales quedaron también cubiertos de un manto blanco
JAVIER PEÑALBA
SAN SEBASTIAN.
Jueves, 1 de marzo 2018, 06:43
No fue un amanecer nada fácil. Cubierta por nieve de norte a sur y de este a oeste, a Gipuzkoa le costó mucho arrancar el último día del mes de febrero. Carreteras y calles cortadas, miles de ciudadanos sin posibilidad alguna de llegar al trabajo, sin colegios, sin universidad, con retrasos y suspensiones en los servicios de transporte, con empresas a medio gas... La mayor nevada en Gipuzkoa de los últimos 22 años (la anterior fue en 1996) paralizó hasta el mediodía un territorio que si bien esperaba la acometida de 'La Bestia', tal vez creyó que el zarpazo no iba ser de tanta intensidad, al menos en la franja litoral.
Ninguna comarca se salvó esta vez de la nieve, cuyos primeros efectos se dejaron sentir a partir de las 3.00 de la madrugada. Precipitó de forma copiosa en el interior, pero lo que cayó en la costa no fue ninguna tontería Las poblaciones bañadas por el Cantábrico despertaron con sus playas blancas. En Donostia se acumularon en el centro de la ciudad espesores de unos diez centímetros, aunque en barrios altos como Aiete o Intxaurrondo se efectuaron mediciones que arrojaron cifras por encima incluso de quince. En el centro meteorológico del monte Igeldo se formó un manto de catorce centímetros.
En comarcas del interior nevó algo más. En Elgeta y Azpeitia rozaban los veinte centímetros y en Zumarraga alcanzaron diez. En Tolosaldea y Goierri se quedaron en diez. En el Bidasoa, la nevada fue también generalizada. En el observatorio del aeropuerto de Hondarribia llegaron a doce centímetros.
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Con esos mimbres y bajo temperaturas de dos grados bajo cero, las complicaciones no tardaron en producirse. Las carreteras fueron las primeras en acusar los efectos del temporal. Pese a que flota de las máquinas quitanieves estaba en situación de máxima alerta, sus conductores se vieron superados tanto por la intensidad de la nevada como por su amplia extensión. Esta vez, ninguna localidad guipuzcoana esquivó el mal tiempo y fue imposible que los chóferes pudieran abarcar la totalidad del territorio.
A las cinco de la mañana, la autovía que une Andoain con Navarra (A-15) quedó cortada al tráfico y así se mantuvo hasta las 12.30 horas. La situación se repitió en Etzegarate, que también se cerró poco después de las 5.00 horas, si bien se reabrió a las 9.45. En los restantes puertos de la red guipuzcoana, las complicaciones eran parecidas y se produjeron atascos en diferentes tramos de la AP-8 y también en la N-1. En la frontera se registraron colas de camiones de diez kilómetros por la prohibición del tránsito a camiones.
Un herido grave
Pero la adversidad no solo afectó a las carreteras que discurren por cotas elevadas. El tráfico resultó difícil a cualquier altitud, ya fuera en vías de primer o segundo orden. Incluso resultó muy compleja dentro de los cascos urbanos de pueblos y ciudades, donde los ciudadanos no tuvieron más remedio que desplazarse a pie.
Las cifras
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14 centímetros de nieve se acumularon en el observatorio del monte Igeldo, un espesor que también se midió en Zumaia. En Hondarribia el registro fue de 12 centímetros. En el interior de Gipuzkoa, en localidades como Berastegi llegaron a 20 centímetros.
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7 horas permaneció cerrada la A-15 entre Andoain y Navarra, por cuatro el puerto de Etzegarate.
Las malas condiciones meteorológicas originaron un múltiple accidente de tráfico, con un herido grave. Ocurrió sobre las cinco y media de la mañana, en la A-15, en el tramo comprendido entre Urnieta y Andoain. Tres turismos y un camión se vieron inmersos en el suceso que se saldó con una persona herida, un joven de 24 años, ocupante de un Seat Ibiza. El herido fue evacuado en una ambulancia, a la que abrió paso una máquina quitanieves. Además, se produjeron siniestros de menor consideración que solo causaron daños materiales.
Los accesos a pueblos y ciudades soportaron tráficos densos. Las retenciones a primera hora fueron una constante en poblaciones como Donostia e Irun.
Cancelaciones en el transporte
Con carreteras y calles cubiertas de blanco, el transporte se resintió sobremanera. Seguridad prohibió la circulación de todo camión de un tonelaje superior a 7.500 kilos, una medida que se mantuvo hasta la tarde, en que la situación experimentó una mejoría.
El transporte público sufrió retrasos y cancelaciones de servicios en prácticamente todas las compañías de autobuses que operan dentro de Gipuzkoa así como las que conectan con otros territorios limítrofes y comunidades del Estado.
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También las líneas ferroviarias acusaron las consecuencias del temporal. Tanto Euskotren como Renfe sufrieron retrasos. En el aeropuerto de Hondarribia, la nieve acumulada en la pista impidió que operaran los vuelos de la mañana.
En Donostia, el Ayuntamiento recomendó desde primera hora evitar el uso del vehículo privado y centró los esfuerzos en mantener abierto el acceso a los hospitales. Diversos viales que comunican las zonas bajas de la ciudad y los barrios altos permanecieron cerrados a primeras horas. El transporte público en la capital también se vio afectado y los autobuses urbanos entraron en servicio de manera paulatina. De los cien vehículos de la compañía municipal Dbus que deberían estar en servicio a primera hora, 70 estaba operativos, aunque varios de ellos circulaban con retrasos. Nueve líneas no estaban en servicio y otras no podían completar el recorrido hasta los barrios más elevados. La estación de autobuses permaneció cerrada hasta las 12.00 horas y solo aparcaron en las dársenas un autobús procedente Vitoria y otro del aeropuerto de Loiu.
En otras localidades como Irun, Eibar, Zumarraga, Errenteria, Beasain, Ordizia... también hubieron de salvar adversidades parecidas. En la última población, si bien el mercado tradicional de los miércoles no se suspendió, la presencia tanto de compradores como de vendedores sufrió una notable merma y ello repercutió en las transacciones.
Sin clases
El temporal dejó también secuelas en la enseñanza. Según el departamento vasco de Educación, las adversas condiciones generaron «importantes problemas en el normal funcionamiento» de los centros educativos, donde cada dirección escolar decidió, tras analizar su situación, mantener o suspender las clases. De acuerdo a la información facilitada, cuatro centros permanecieron cerrados en Gipuzkoa, los mismos en Álava, mientras que en Bizkaia lo hicieron 131. El resto abrió sus puertas, si bien la mayoría de ellos tuvieron dificultades para desarrollar su actividad con normalidad debido a los problemas de desplazamiento de docentes y alumnos.
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Esa situación generó cierto desconcierto entre los padres que, de manera sorpresiva, se vieron sin saber dónde dejar a sus hijos. Como casi siempre sucede en este tipo de situaciones, no tuvieron otra alternativa que recurrir a los abuelos o a otros familiares cercanos.
En San Sebastián, muchos de los escolares terminaron en las playas, donde se dedicaron a lanzar bolas de nieve y a sacarse fotos con sus móviles, el dispositivo más utilizado ayer sin ningún género de dudas. Otros echaron mano a trineos y plásticos para deslizarse por pendientes.
Las facultades universitarias se vieron obligadas a suspender la actividad en todos sus campus hasta las 15.00 horas.
Caídas y atenciones
Los centros sanitarios registraron diversos ingresos como consecuencia de fracturas y traumatismos causados por caídas y resbalones. La nieve acumulada en aceras, calles o pasos de cebra terminó convirtiéndose en una pista del hielo. Solo en Donostia, siete personas fueron atendidas por la mañana en la Casa de Socorro de la calle Bengoetxea. La mayor parte de los ingresos se produjeron entre las ocho y nueve y media de la mañana. Golpes en la cabeza, rodillas u otras partes del cuerpo fueron las principales atenciones. El personal sanitario indicó que ninguno de los pacientes revestía gravedad.
Tarde al trabajo
Las empresas fueron normalizando su actividad según transcurrían las horas. Por la mañana, fueron numerosos los trabajadores que no pudieran llegar al primero de sus turnos laborales. Fuentes de Adegi manifestaron, no obstante, que ningún centro de producción se vio obligado a cerrar.
Entidades financieras como Kutxabank, con una plantilla de empleados que a diario se tiene que desplazar desde Gipuzkoa a oficinas de Bizkaia, recomendaron a aquellos que no podían viajar que apoyasen a las sucursales de las poblaciones en las que residen.
En el Hospital Donostia se dio una circunstancia especial. Los profesionales que debían recoger el relevo del personal de los del turno de la noche tuvieron que alargar su estancia hasta que los primeros terminaran de llegar. Precisamente Osakidetza aconsejó anular aquellas citas no urgentes y a los usuarios les ofreció la posibilidad de acceder a nuevas citas con sus médicos y enfermeras.
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