Perseidas: Llega la noche de los deseos
La lluvia de estrellas veraniega alcanzará su punto álgido de actividad esta noche y los meteoros se verán en todo el mundo
Pablo Campano
San Sebastián
Martes, 12 de agosto 2025, 06:44
Si las nubes lo permiten, los fuegos artificiales de la Semana Grande donostiarra no serán lo único que iluminará el cielo nocturno de esta jornada. Hoy es el día de mayor actividad de la lluvia de estrellas fugaces denominadas perseidas, un fenómeno habitual de todos los veranos en torno al día de San Lorenzo, que se celebra el 10 de agosto.
En realidad, no son estrellas, se trata de fragmentos de un cometa, que se desprenden cuando este se acerca al sol, y que se desintegran al atravesar la atmósfera terrestre, produciendo un espectáculo luminoso digno de la fama que posee.
Este fenómeno sucede durante buena parte de los meses de julio y agosto, pero, en concreto, en la noche de hoy será más fácilmente observable, ya que todos los años se produce un pico de actividad entre el 9 y el 14 de agosto. Coincide así con la celebración católica de San Lorenzo (10 de agosto). Esto ha llevado a que popularmente se conozca a las perseidas como lágrimas de San Lorenzo, y originó la tradición de pedir un deseo al ver pasar una estrella fugaz.

LA CAZA DE LAS PERSEIDAS
Vista del cielo a las 22 h., mirando al Norte
Buscamos el NORTE porque allí está la constelación de Perseo, radiante de estas estrellas fugaces
Para localizarlo, debemos fijar la
vista en la ESTRELLA POLAR, de la
constelación de la Osa Menor
Lagarto
Osa Menor
Cefeo
Camelopardalis
CASIOPEA
PERSEO
La constelación aparecerá por el Noreste e irá ganando altitud
N
N0
NE
Es el radiante de los
meteoros, es decir,
el punto de donde
parecen ‘salir’
S
Silla para reclinar la cabeza, o una manta o esterilla para tumbarse en el suelo
No se necesita ningún instrumento
Alejarse de la luz. No exponerse a luces y pantallas antes de la observación
DV

LA CAZA DE LAS PERSEIDAS
Vista del cielo a las 22 h., mirando al Norte
Buscamos el NORTE porque allí está la constelación de Perseo, radiante de estas estrellas fugaces
Para localizarlo, debemos fijar la
vista en la ESTRELLA POLAR, de la
constelación de la Osa Menor
Lagarto
Osa Menor
Cefeo
Camelopardalis
CASIOPEA
PERSEO
N
La constelación aparecerá por el Noreste e irá ganando altitud
N0
NE
S
Es el radiante de los
meteoros, es decir,
el punto de donde
parecen ‘salir’
Silla para reclinar la cabeza, o una manta o esterilla para tumbarse en el suelo
No se necesita ningún instrumento
Alejarse de la luz. No exponerse a luces y pantallas antes de la observación
DV

LA CAZA DE LAS PERSEIDAS
Vista del cielo a las 22 h., mirando al Norte
Buscamos el NORTE porque allí está la constelación de Perseo, radiante de estas estrellas fugaces
N
N0
NE
Para localizarlo, debemos fijar la vista
en la ESTRELLA POLAR, de la
constelación de la Osa Menor
S
Lagarto
Dragón
Cefeo
Osa Menor
CASIOPEA
Andrómeda
Camelopardalis
Triángulo
Lince
PERSEO
La constelación aparecerá por el Noreste e irá ganando altitud
Es el radiante de los meteoros, es decir, el punto de donde parecen ‘salir’
Silla para reclinar la cabeza, o una manta o esterilla para tumbarse en el suelo
No se necesita ningún instrumento
Alejarse de la luz. No exponerse a luces y pantallas antes de la observación
DV
Las perseidas son especialmente conocidas porque se producen durante el verano. Sin embargo, existen otras lluvias de meteoros visibles desde la Tierra, como son las oriónidas, las leónidas y las gemínidas. Todas ellas deben su nombre a una constelación concreta, desde la que parecen 'nacer', por estar alineadas con ella desde nuestra perspectiva. Por ejemplo, las oriónidas, que proceden del famoso cometa Halley y están alineadas con la constelación de Orión, son observables en octubre. Esto no significa que tengan su origen en esa constelación; en realidad, cada una de estas lluvias se originan en distintos cuerpos celestes, y su máxima actividad se produce en diferentes momentos del año.
Por su parte, el Swift-Tuttle, cometa del que proceden las perseidas, fue descubierto en 1862. Como cualquier cometa, es una bola de hielo con polvo en su interior, formada en las zonas frías del Sistema Solar. Su órbita está en resonancia con la del planeta Júpiter, y cada vez que se acerca al sol, el hielo que forma parte de su composición se derrite, provocando que deje tras de sí un rastro de polvo y pequeñas rocas.
Cuando la órbita de la Tierra atraviesa cualquiera de esas nubes de restos, las partículas entran a la atmósfera a 200.000 kilómetros por hora. Aunque los restos suelen medir entre el tamaño de un grano de arena y el de un guisante, esa velocidad tan elevada hace que se produzca un destello de luz visible desde la superficie del planeta, o lo que es lo mismo, una estrella fugaz.
Presencia de obstáculos
Aunque se supone que los meteoros serán visibles por todo el planeta, en la práctica, algunas circunstancias pueden imposibilitar que esto se cumpla. Las probabilidades de observar una o varias de estas estrellas fugaces podrían verse obstaculizadas por dos elementos: las nubes y la contaminación lumínica. En Donostia, la presencia de ambas podría reducir su visión.
La capital de Gipuzkoa, al igual que la gran mayoría de zonas urbanas, posee unos niveles de contaminación lumínica elevados, y además, se encuentra en la lista de municipios guipuzcoanos en los que se espera que el cielo esté nublado durante la noche. Por lo tanto, sus residentes tendrán complicado apreciar este fenómeno sin salir de la ciudad.
Sin embargo, en cualquier zona de Gipuzkoa donde el cielo esté despejado y la contaminación lumínica sea mínima o inexistente, se podrá disfrutar del espectáculo que las perseidas ofrecen en el firmamento esta noche, al igual que sucede cada año.