Sermones por la megafonía callejera
En vísperas de un congreso eucarístico en 1945, instalaron altavoces por todo Irun para transmitir ambiente religioso
¿Se imaginan pasar el día escuchando música de órgano por la calle? Y, al atardecer, charlas religiosas. Es lo que les ocurrió a los ... vecinos de Irun allá por octubre de 1945.
Eran, desde luego, otros tiempos. La presencia de la religión católica en la vida pública era muy intensa en tiempos de la dictadura. En Irun se acercaba la celebración de uno de aquellos congresos eucarísticos con los que se movilizaba a la población en torno a la iglesia. En las jornadas previas, alguien decidió empezar a contagiar el ambiente religioso mediante altavoces instalados por toda la localidad.
«Grandeza y recogimiento»
Hoy acaso habría quejas por la invasión sonora pero en aquellos momentos, en su crónica en DV del 10 de octubre de 1945, el corresponsal hablaba con entusiasmo de la iniciativa…
«NUESTRO CONGRESO.- Para el visitante que ignore el acontecimiento que se prepara será motivo de sorpresa el escuchar de punta a punta de la población las notas del órgano parroquial que constantemente suena a través de los altavoces instalados en calles, plazas y paseos. Esta música, siempre solemne y majestuosa, envuelve a la ciudad en un ambiente de grandeza y recogimiento».
No lo dudamos, pero imaginamos que, fuera del contexto del interior de un templo, aquella omnipresente música de órgano acaso resultara más una tabarra que una invitación a la introspección.
Si la música religiosa con la sonoridad del órgano ya se nos hace extraña como elemento de la banda sonora urbana cotidana, imagínense el estar parado ante un semáforo, o saliendo de un bar, y de pronto escuchar por la megafonía la voz de un sacerdote pronunciando un sermón.
Eso también ocurrió en Irun en 1945. Lo contaban así en el diario...
«Y al anochecer, nutridos grupos de personas se estacionan junto a los altavoces para escuchar las magistrales conferencias del doctor don Santos Beguiristain. La primera fue una evocación caliente del sermón eucarístico de Cafarnaum para preparar los ánimos a la palabra del Señor: 'A quién iremos, si Tú tienes palabra eterna'. Y en seguida la enunciación del triple tema, en orden al triple motivo eucarístico: el misterio de la presencia real, el admirable sacrificio de la misa y el banquete del pan celestial».
Pie de fotoEsta página del 10-X-1945 incluía la información sobre el ambiente religioso en Irun.
Resumía el corresponsal la conferencia pía, antes de indicar que, además de quienes la escucharon por la calle, «la iglesia parroquial se vió muy concurrida de hombres».
En aquellas jornadas de intensidad religiosa entre los irundarras, mientras Beguiristain pronunciaba en la parroquia su charla, al parecer más enfocada hacia los varones adultos, «en el templo de los Padres Pasionistas desarrolló su conferencia para jóvenes y señoras Monseñor Wenceslao Mayora, sobre el tema 'El gran desconocido'» (el 'desconocido' era la propia eucaristía).
Monseñor empezó su plática con referencias al acontecimiento católico que se iba a desarrollar en la ciudad fronteriza…
«Primeramente se situó dentro de los momentos eucarísticos que Irún comienza a vivir, y animó a las mujeres que estuvieran a la altura de los momentos que les ha tocado vivir. Irún va a ser, en esta semana, la expectación de toda la provincia, y ellas han de demostrar que en los fervores eucarísticos no van a la zaga de los pueblos más eminentemente eucarísticos. De su colaboración depende gran parte del éxito del Congreso».
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