«¡Lástima de día!»
Pequeñas crónicas festivas de la Gipuzkoa de 1945
La página 2, la que EL DIARIO VASCO solía dedicar a difundir crónicas locales, 'Información de la Provincia', estaba hace ochenta años llena de referencias ... a las fiestas.
Por ejemplo, el 1 de julio de 1945 escribían con entusiasmo la crónica de los Sanmarciales de Irun…
«Verdaderamente espléndido resultó el día de San Marcial de 1945. Como siempre, desde primeras horas de la mañana nadie pudo quedarse en la cama ante los estampidos de los cohetes y bombas anunciadores de la gran jornada. Luego la diana de Villarrobledo y la Tamborrada (…)».
«Un gentío inmenso presenció el desfile del Alarde. Las calles del trayecto se hallaban cuajadas de gente, siendo muy ovacionadas las graciosas cantineras de las compañías. También fueron objeto de la general curiosidad y admiración tanto los ayudantes del 'general' como la escolta de Caballería, que ostentaba brillantes uniformes, cuyos modelos habían desaparecido hacía 24 años».
En Tolosa, sacaban una conclusión positiva de los recientes Sanjuanes, según leemos en DV el 3-VII-1945: «Las fiestas han servido de base para contrastar el verdadero valor de nuestra Banda Municipal de Música»…

Por cierto, que a continuación del párrafo anterior aparecía una curiosa petición, al estilo de los discos solicitados en la radio…
«Y, a propósito de la Banda, hemos recibido una atenta misiva de un aficionados tolosano. Nos ruega en ella supliquemos al señor Bernard ejecute en el próximo concierto la jota famosa 'La Dolores'». ¿Interpretarían aquella jota «grande como el mismo sol»?
Niños dantzaris
Según leemos en la misma edición de 1945, en las fiestas de San Pedro de Eibar habían dado que hablar dos niños. Fue durante la celebración de «el concurso de 'aurresku' por parejas, en el que tomaron parte seis parejas forasteras y una de la localidad».
Los eibarreses quedaron los últimos pero todas las miradas fueron para quienes obtuvieron el segundo premio, «E. Alcorta, de Berriz, y María Carmen Ibarra, de Durango, de once y ocho años, respectivamente, que se llevaron las simpatías de todo el público. No crea el lector que por su corta edad se les regaló el segundo puesto, sino que lo conquistaron a pulso después del desempate que tuvieron los tres primeros clasificados».
Eso sí, aquellos chavales que bailaban entre dantzaris mayores recibieron 25 pesetas extras, además de las 100 que les correspondía por obtener el segundo premio.
Una lluvia «pertinaz»
No todas las pequeñas crónicas festivas de hace ochenta años eran tan positivas. En la edición del 4 de julio de 1945, el corresponsal en Zumarraga no podía evitar lamentarse con amargura de que el tiempo lluvioso hubiese chafado la tradicional peregrinación y baile de la 'ezpatadantza' en la ermita de la Antigua.
«¡Lástima de día el segundo y principal de nuestras fiestas! Una lluvia menuda, pertinaz y fastidiosa descolgó sus cortinas desde hora temprana, y así hasta el anochecer, es decir, cuando no importaba que cesara».
Les dejamos con su crónica completa…

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