El ambiente sidrero resurge en Hernani

Si bien el ambiente va regresando esa recuperación está siendo gradual, y aún está lejos de la época prepandemia. Si en 2019 se llegaron a contabilizar hasta 80 autobuses de visitantes un sábado en Hernani (en marzo, el mejor mes de la temporada), el pasado fin de semana fueron 11. «En las sidrerías de momento se están moviendo muchas personas de la zona, no tanto venidas de fuera. Eso sí, los de aquí está claro que estaban con muchas ganas», afirman desde la Guardia Municipal de Hernani. Entienden que la situación poco a poco «irá a más hasta marzo, que es el momento de mayor afluencia», pero de momento «no se están generando problemas especiales. Está viniendo menos gente y el comportamiento no está siendo incivilizado en general». Eso sí, al igual que en temporadas anteriores, la policía local ha aumentado su plantilla para los días más intensos de la temporada, hasta doblarla.

Txapi es uno de los dueños del bar Atxur, en Andre kalea. «Se nota que la gente tenía ganas de recuperar la costumbre en torno al txotx, pero también es verdad que los viernes han bajado mucho, al igual que los sábados por la noche. La gente se mueve sobre todo durante el día. La fiesta se monta por la tarde». Pese a todo, deja claro que «todavía se está lejos de lo que era Hernani antes de la pandemia».

El cambio de tendencia con respecto a la noche es algo que viene de atrás. «Ya antes de la pandemia la noche había caído algo, es un cambio de costumbres», remarca Txapi. Una tendencia que corroboran los propios sidreros. «Desde bien pronto recibimos llamadas para venir a comer el sábado, en cambio para la noche es raro que estemos llenos. Es una tendencia que venía de antes, pero nunca se ha notado tanto como ahora. Se podría decir que nos hemos afrancesado en ese sentido», señala José Ángel Goñi, de la sidrería Gurutzeta.

Además, ha aumentado la demanda de las terrazas en las sagardotegis. Arantxa remarca que «es algo que antes no había y ahora se ha potenciado mucho, sobre todo si hace bueno». El virus ha dejado de momento inercias que se mantienen. «Nosotros nos preocupamos mucho del tema de la ventilación, la bodega, por ejemplo, la tenemos con las puertas abiertas».