Lo reconozco, soy un privilegiado. Sé que este año no me va a tocar la Primitiva, ni el Euromillones. No aspiro ni a la pedrea ... en algún sorteo de lotería. Nada. He ganado al juego del escondite al virus. Me lo ha chivado una aplicación móvil. Se llama Radar Covid. ¿Te suena? Me la descargué a comienzos del mes de septiembre. Dijeron que era lo que había que hacer, que todas las personas en España se lo iban a descargar, que iba a ser la herramienta esencial para hacer frente al virus desde nuestros teléfonos móviles. Pues a 23 de marzo, casi ocho meses después de descargármela, la aplicación no me ha alertado ni una vez de que me haya cruzado con algún portador del coronavirus. ¿Impresionado, verdad? Pues yo más.
La aplicación me ha convertido en Neo en Matrix esquivando las balas Covid y me siento como si hubiera superado el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter sin un rasguño. No hay dudas, en mi día a día he encontrado menos oposición que Serginho Dest en la banda derecha de Anoeta el pasado domingo; mi mascarilla ha sido la mejor, mi coche es el mejor y mi burbuja es la envidia del mejor champán.
Cada noche cuando desactivo el 'bluetooth' y reviso el informe del día de la aplicación, me aparece en blanco, igual que cuando le pregunto a mi vidente por la fecha en la que me van a vacunar. Desde que tengo instalado el Radar Covid se han contagiado en Gipuzkoa más de 40.000 personas, pero ninguna se ha cruzado conmigo lo suficiente para activar la alerta. He conseguido más 'match' en Tinder que en Radar Covid y eso que la cosa estaba muy paradita durante el confinamiento municipal.
Me he pasado el juego... o no. Acabo de leer una información con la que no contaba. Dice que solo el 18% de la población se ha descargado la APP y que el promedio de alertas que se han enviado por contagio es del 2%. Que solo 150.000 personas han sido avisadas por riesgo de contagio. Y la información dice una de las comunidades donde más éxito ha tenido la aplicación ha sido Euskadi. Mi gozo en un pozo entonces. Me quito mi disfraz de Flash frente al virus. Parece que el Radar Covid es menos radar frente al coronavirus en municipios pequeños y que los objetivos con los que se diseño y puso en marcha la herramienta –con 1,5 millones de euros de inversión– han servido para mandar 150.000 de alertas de posible riesgo. A diez euros la alerta, mientras en España se han detectado en el mismo tiempo 2,6 millones de contagios por coronavirus. Quizá hubiera sido más útil invertir esos fondos en contratar más rastreadores, aunque me tachen ahora de Capitán Aposteriori.
Lo que es seguro es que si lanzan en breve la aplicación Radar Vacuna, se la descargarán muchas más personas. Presumir de estar vacunado es mucho más 'cool' que avisar a las personas con las que casualmente te has podido cruzar durante un día de que –por causas ajenas a tu voluntad– estás contagiado; aunque esa acción, a medio plazo, pudiera acabar salvando vidas.
2,6 millones de contagios detectados en España desde agosto frente a 150.000 alertas de posibles contactos de la APP. Sin margen al éxito
La APP no ha servido para frenar al virus y ha caído en el mismo olvido que el test serológico
En definitiva, que el Radar Covid del que pocos se acuerdan ha sido lo contrario a un éxito. Como tampoco se acordarán muchos ya de los test serológicos. Sí, me han confirmado desde Salud que se siguen haciendo, aunque en una cifra sustancialmente inferior a la del pasado verano, cuando las empresas se lanzaron en masa a hacer test a sus empleados que demostrasen si tenían anticuerpos o no del virus. Esto es, si ya habían pasado la enfermedad en ese momento, aunque en dos días pudieran estar incubando el virus de vuelta y un resultado negativo no garantizara que no se hubiese entrado en contacto con el Covid-19.
En Euskadi se ha dado incluso una situación curiosa, y es que en las cifras globales de toda la pandemia, a día de hoy hay menos casos detectados por test serológicos que el pasado mes de septiembre. Casi 200 personas menos que entonces, cuando se alcanzaban casi los 7.900 contagios detectados tras realizar esta prueba 'a posteriori'. Una evolución cuando menos curiosa que desde Salud argumentan que es debido a que algunas de esas personas han dado posteriormente positivo en una PCR.
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